Análisis de ‘Townsmen – A Kingdom Rebuilt’, de HandyGames y THQ Nordic

Un juego de simulación y construcción medieval

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Townsmen – A Kingdom Rebuilt, una de simuladores medievales y construcción

¡Hola, muy buenas amantes de los videojuegos! Hoy quiero hablaros de un juego un tanto diferente al de mis anteriores análisis. En esta ocasión os traigo Townsmen – A Kingdom Rebuilt, un juego de gestión de recursos y en el que nuestro objetivo no es otro más que el de construir nuestro propio imperio. HandyGames ha sido el estudio responsable del juego, aunque en esta ocasión lo ha hecho bajo el cobijo de THQ Nordic. A su vez, hay que resaltar que se trata de una remasterización del juego que lanzaron allá por 2016. Su retorno, eso sí, viene acompañado de un nuevo set de misiones, edificios, misiones, etc.

Argumento

Análisis de 'Townsmen – A Kingdom Rebuilt', de HandyGames y THQ Nordic (1)

Townsmen – A Kingdom Rebuilt no es un juego que se caracterice, precisamente, por su argumento. De hecho, en realidad, no tiene algo a lo que podamos llamar modo historia o guion. Si tuviésemos que situar la trama en algún punto, tal vez, sería en su modo tutorial. Este, además de explicarnos las mecánicas del juego, nos presenta una pequeña historia de un noble venido a menos y sobornado por otro noble. Sin embargo, esto se entiende en base a una serie de muy pequeños diálogos cuyo propósito no es otro más que el de «obligarnos» a construir ciertos edificios para aprender su funcionamiento.

Pese a todo, la carencia de un argumento no es un aspecto negativo; el objetivo del juego es que te diviertas construyendo tu propia ciudad. Ante tal contexto, un argumento especialmente denso o de gran importancia habría cortado la experiencia de juego. Por consiguiente, el no desarrollar un guion es un punto positivo.

La cosa va de construir

Townsmen – A Kingdom Rebuilt nos introduce en su mecánica de juego mediante los ya mencionados tutoriales. Estos nos permiten comprender el funcionamiento del juego poco a poco, pero… Si os soy sincero, me ha costado arrancar. Los primeros compases son bastante sencillos de dominar, pero a veces las explicaciones son un poco laxas. A su vez, si le sumamos que la interfaz con la que manejamos los recursos es poco intuitiva (y a veces se siente que falta algo de información)… Pues cuesta hacerse con la mecánica inicial del juego. Cuando finalmente somos capaces de entender qué estamos haciendo y cómo funciona Townsmen nos encontramos con un juego de construcción interesante.

No hablo de una revolución del género ni de la panacea del mundillo, pero si de algo peculiar y curioso. Además, la gran variedad de edificios hacen que sea un título generoso en contenido. Al mismo tiempo, la existencia de estaciones y fenómenos meteorológicos aumentan su riqueza. Su peculiar sentido del humor en los «diálogos» de los aldeanos, así como su cuidada estética, hacen que Townsmen no esté nada mal.

Mapas

Ahora bien, ¿qué nos encontraremos al terminar los tutoriales? Pues nada más y nada menos que 50 mapas diferentes. De esos 50 mapas 26 estarán diseñados en base a una misión principal que debemos cumplir; es lo más cercano al modo historia junto al tutorial. Por otro lado, el resto de mapas cumplirán la función de juego libre. Los habrá de distintos tamaños, características y dificultad para poder desarrollar nuestra experiencia de juego de la manera que queramos. En lo personal creo que Townsmen echa de menos una última selección de mapas aleatorios y de generación procedimental que nos permitiesen disfrutar más de su rejugabilidad.

Apartado visual

Lo mejor que tiene Townsmen – A Kingdom Rebuilt es, sin lugar a dudas, su apartado gráfico. No hacen falta grandes inversiones para conseguir un juego bonito, y Townsmen lo demuestra. El apartado gráfico es sencillo y agradable a la vista; visualmente es una experiencia enriquecedora muy bien acompañada por una banda sonora ligera y simpática. Los aldeanos son muy graciosos y el diseño de los edificios me ha parecido francamente genial. He disfrutado interactuando con el escenario, descubriendo nuevos edificios y explorando las opciones que el juego me ofrecía. Al mismo tiempo, cuando llegaba una nueva estación, los edificios cambiaban. Cuando, por ejemplo, la nieve lo cubre todo es precioso. El clima, y eso es algo que se debe apreciar, afecta no solo al escenario de base, sino a lo que vamos construyendo.

Por otro lado, las animaciones son bastante fluidas y el pueblo que vamos construyendo parece tener vida propia. El mapeado tiene un estilo muy propio que, aunque no resulte tremendamente innovador, es muy agradecido.

¿Una experiencia compleja?

Algo que me ha parecido extraño en Townsmen – A Kingdom Rebuilt es la existencia de niveles. Cuanto más juguemos y más misiones cumplamos, más nivel obtendremos. Esto, a su vez, desbloqueará una serie de investigaciones… Me ha resultado raro que tales investigaciones no se desbloqueasen mediante edificios, pero tampoco es algo malo. Ha sido, simplemente, peculiar.

La experiencia de juego, en líneas generales, no ha estado mal, pero creo que el título peca de ciertos errores que restan mucho a nivel de jugabilidad. Además de una interfaz no demasiado intuitiva, la destrucción de los edificios me ha resultado muy molesta. Cuando creía que por fin lograba avanzar, mis edificios empezaban a verse acosados por el deterioro. No me parece una mala mecánica, pero es demasiado exagerada. En casi todo momento la progresión se ve frenada al tener que gastar ingentes cantidades de oro en reparar todo lo que se va estropeando. El título se vuelve lento a raíz de esta mecánica y… Todo se vuelve muy lento. Si logras hacerte con la mecánica, sin embargo, todos esos defectos desaparecen, pues es el único elemento que puede obstruir tu experiencia de juego.

Además, la curva de dificultad no está bien planteada. Uno de sus mayores encantos en la gran variedad de recursos y edificios, pero esto provoca que sea complicado hacerse con la idea de juego al verse eclipsada por el deterioro de los edificios. Sin dicha mecánica, seguramente, hablaríamos de un título muy diferente. Podemos mejorar los edificios para defendernos mejor de esto, mas es demasiado caro. Al final parece que estemos condenados a no tener oro y a no poder cumplir con todo lo que queramos. No es que la gestión sea difícil, es que se hace imposible al tener que arreglarlo todo en todo momento.

Conclusiones

Análisis de 'Townsmen – A Kingdom Rebuilt', de HandyGames y THQ Nordic (1)

Townsmen – A Kingdom Rebuilt es un buen juego de simulación de construcción medieval… y ya. Sus mejores bazas son, en primer lugar, la gran cantidad de horas de juego que ofrece. Si somos verdaderamente sinceros, posee una rejugabilidad teóricamente infinita al poder crear nuevas ciudades en los mismos mapas una y otra vez; no habrá dos partidas iguales pese a la carencia de un sistema procedimental. Seguidamente, su estética. Townsmen es un juego muy bonito y de estética muy family friendly.

Sin embargo, la jugabilidad que ofrece no es la mejor; el título a veces se siente pesado y lento por momentos por culpa de una sola mecánica: el deterioro de los edificios. Por suerte, el objetivo de Townsmen no es otro más que el de entretener, y eso lo hace. No considero que sea lo más adecuado para sesiones de juego muy largas, pues puede llegar a ser frustrante, pero el juego no está del todo mal. Si eres un amante del género disfrutarás de la experiencia, eso sí.

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