Cuando Distrito Manga reveló que estaba preparando el lanzamiento del manga de Dead Mount Death Play, se convirtió —automáticamente— en una reseña que estaba deseando preparar. Y eso que, en realidad, no conocía la serie gracias al anime. No era la primera vez que había escuchado hablar de él, pero la animación no me llamaba demasiado la atención. No tanto como la premisa, la cual sí que me parecía muy interesante. Siempre he sido un ferviente admirador de las historias que buscan explorar el lado oscuro del ser humano y esta en concreto prometía hacerlo de manera pocas veces vista.
No me equivoqué. Al menos no de buenas a primeras. Nada más empezar, la obra de Ryohgo Narita (guion) y Shinta Fujimoto (dibujo) aborda el concepto de la vida y la muerte de manera muy peculiar. Nuestro protagonista, el Dios Cadaver, es un ser de pesadilla que ha estado causando estragos en el mundo desde hace años. Es uno de los nigromantes más poderosos de la historia y su mera existencia es sinónimo de peligro. Su esencia es la de un ser carcomido por la oscuridad que solo desea la muerte.
O así debería ser. Juzgado por la iglesia, fueron los actos de los fanáticos religiosos los que produjeron su caída en desgracia… hasta que reencarnó. Vencido por el héroe que compartía con él la maldición de El Ojo del Mal, por fin encontró el descanso que jamás le concedieron en la no vida. Perseguido durante décadas, aterriza en nuestro mundo, pero conservando tanto sus recuerdos como parte de sus poderes. Y así, como quien no quiere la cosa, ocupa el cuerpo de un niño asesinado para destrozar la dicotomía entre el bien y el mal, y entre la vida y la muerte.
Reseña del manga Dead Mount Death Play n.º 1 | Portada, sinopsis y edición
Un poderoso dios nigromante ha acumulado un poder inconmensurable y el destino del mundo pende de un hilo. Ahora, la única esperanza para los humanos es que un legendario héroe consiga la victoria en un enfrentamiento épico contra el dios. Todo parece ser esperanzador, pero, en el último momento, un giro de los acontecimientos hace que la suerte esté de la parte del mal… Tras esta batalla, un joven llamado Polka Shinoyama se despierta en un callejón de Shinjuku, en pleno Tokio contemporáneo. Desorientado, se sorprende al no reconocer su entorno, ¡y al parecer, una joven intenta acabar con su vida! Inesperadamente, consigue vencerla gracias a sus poderes nigrománticos, ¿se habrá reencarnado el dios en un joven japonés?
| Colección | Dead Mount Death Play vol. 1 de 13 (serie abierta) |
| Autoría | Ryôgo Narita y Shinta Fujimoto |
| Género | Acción, comedia, drama, fantasía, sobrenatural |
| Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
| Precio | 9,95 € |
| Tamaño y páginas | 13,1 cm x 18,1 con 256 páginas en b/n |
| Maquetación | Yellowkids |
| Traducción | Gemna Tarrés Guasch (Daruma) |
| Fecha de lanzamiento | 04/04/2024 |
En general, como viene siendo habitual cuando hablamos de Distrito Manga, no podemos ponerle pega alguna al contenido y producción del manga. En materia de impresión, maquetación y traducción cumple con todos nuestros estándares de calidad. De esta manera, la editorial nos ha vuelto a recordar que es una de las más en forma del mercado español en estos momentos. Eso sin contar que viene con una postal y la primera página está a color con papel duro. Un plus de los que da gusto.
El señor de los muertos hace acto de presencia
Dicho esto, ¿qué podemos esperar de Dead Mount Death Play? De buenas a primeras, una historia algo atípica en la que el protagonista no es ni bueno ni malo, aunque su posicionamiento y sus actos lo alinean más con las ya clásicas fuerzas del caos que con el héroe prototípico del tebeo japonés. Su nombre es El Dios Cadáver y, por diversas circunstancias, se reencarna en el cuerpo de un niño recién asesinado: Polka Shinoyama.
Tras asesinar a la joven que dio muerte a su nuevo receptáculo, revivirla y colaborar con la agencia de mercenarios contratada para acabar con su vida, comienza a vivir en el mundo humano con un único objetivo en mente: encontrar la paz que no le permitieron disfrutar en su mundo de origen. El problema es que El Dios Cadáver, ahora Polka, tiene una manera muy particular de entender la vida. Para él, los seres humanos son poco más que juguetes, y trastear con sus almas es el pan del cada día. Frío e impío, no siente apenas nada cuando tortura o mata.
Al menos a las personas adultas, pues sus actos lo elevan a algo así como un protector (y vengador) de niños desamparados. Esto es algo que vemos rápidamente cuando salva a unos muchachos atrapados en un incendio o destroza las extremidades —hasta hacer nudos entre piernas y brazos— de un puñado de adultos que acabaron con la vida de un grupo de niños. No es un héroe, pero tampoco lo puedes ver como un villano. No al menos del todo.
Gran ritmo desde el minuto uno
El caso es que esta es solo su presentación, pues resulta extremadamente complicado resumir su compleja personalidad en unos pocos párrafos. Esto me basta (eso sí) para realzar su papel como protagonista, siendo uno de esos caracteres a los que da gusto seguir durante largo tiempo. Tiene potencial para convertirse en una pequeña estrella de la industria y, ciertamente, creo que lo hará. Lo único malo es que la lobreguez, mortandad y oscurantismo de su existencia a veces se ve empañado por ciertos dejes de ecchi altamente innecesarios.
Una escena que muestra unos pechos por allá, un poco de fanservice por allá, y parte de ese ambiente tétrico que con tanto gusto devoramos se marchita durante unas cuantas páginas… Hasta que te olvidas de lo que ha pasado. Reclamo, a mi juicio, innecesario, pero que no empaña un gran arranque y una premisa altamente interesante. Dead Mount Death Play tiene gancho, empieza fuerte y te atrapa desde el primer momento. Genera curiosidad, te hace querer saber más y te deja con ganas de seguir leyendo. Lo «peor» del primer tomo es que acaba en un momento realmente interesante.
Es más, diría que es uno de los mangas que he leído en mucho tiempo que mejor empieza. No diré que es el que más destaca, ni el más rompedor, pero sí uno de los que muestra mejor ritmo desde el primer minuto. Narrativamente, está muy bien llevado, pues sabe explicártelo todo de manera dinámica y ágil mientras te introduce en un contexto completamente nuevo, sin dejarse llevar por los cuadros de diálogo abusivos, las escenas excesivamente lentas o la imperiosa necesidad de avanzar mucho muy rápido.
Reseña del manga Dead Mount Death Play n.º 1, conclusiones
Todo sea dicho, será mejor que vengáis con ganas de cosas extrañas. A fin de cuentas, hablamos de una serie en donde un nigromante reencarna en el cuerpo de un niño muerto y se alía con su asesina al tiempo en que fija el alma del susodicho muchacho en un dron (y luego en un peluche) hasta encontrarle un mejor recipiente. Las cosas empiezan a ponerse raras desde el primer momento y la personalidad de la chica es… hay que ver cómo avanza, pero es un tanto cuestionable.
Sea como fuere, Dead Mount Death Play es un manga bastante interesante que llama la atención desde el primer momento gracias al guion, los diálogos, el dibujo y el desarrollo de los eventos. Está muy bien construido y la base es buena, por lo que es fácil engancharse en pocas páginas. Corre el riesgo de convertirse en un seinen de los que dejan huella durante años y en una obra de las que no puedes evitar recomendar a todo el mundo.
- Engancha desde el primer momento.
- El dibujo es realmente bueno.
- La premisa es atractiva.
- Como maneja la vida y la muerte.
- El diseño y el carisma del protagonista.
- El ritmo y la narrativa.
- El fanservice.
- Ciertos gestos y diseños de personaje.
