¡Hola, muy buenas amantes de los videojuegos! En esta ocasión he querido traeros mi análisis de Bloodstained: Ritual of the Night, un metroidvania desarrollado por ArtPlay y distribuido por 505 Games. Sin lugar a dudas, uno de los juegos más esperados del genero en años gracias a uno de los llamados padres del género: Koji Igarashi. El otrora productor de la serie de juegos Castlevania concibió su desarrollo allá en 2014 tras su marcha de Konami. La idea nació de las múltiples solicitudes del público, quienes querían más del legendario programador. Dicho y hecho.
Tras una muy exitosa campaña de crowfunding en Kickstarter y convertirse en uno de los juegos con mayor financiación de la historia de la plataforma, todo comenzó. Como suelen decir, lo bueno se hace de esperar, y vaya si nos hicieron esperar. Ritual of the Night salió con un retraso de dos años al mercado, pero nadie fue capaz de poner pega alguna tras observar los resultados obtenidos. Con una calidad incuestionable, el llamado sucesor espiritual de Castlevania dejó a propios y extraños con la boca abierta. Y a un servidor también.
Bloodstained: Ritual of the Night, un metroidvania al estilo de la vieja escuela
Bloodstained: Ritual of the Night nos transporta a la Inglaterra de principios del siglo XIX. Prontamente se nos pone en situación: tiempo atrás, un grupo de alquimistas logró hacerse con el poder. Secundados por sus ricos patrones, hicieron de su hegemonía una droga a la que se volvieron adictos. No resultó extraño que, cuando sus inversores se marcharon y perdieron relevancia, el país llorase al son de sus maquiavélicos tejemanejes. Buscando retomar el control, experimentaron con humanos y piedras cargadas de poder demoníaco. Así nacieron los ligafragmentos, seres a los cuales usaron en rituales y sacrificios para invocar un ejercito de diablos.
El gremio de alquimistas quiso hacer acopio de estos para ejercer la política del miedo, pero fueron incapaces de manejar a tan cruentas criaturas. El pueblo inglés pagó las consecuencias; los alquimistas fenecieron víctimas de sus propio malversado sentido de la justicia. Los demonios lo arrasaron todo a su paso. El caos y la destrucción fueron totales, mas tras una ardua y sangrienta batalla, lograron expulsar a los demonios. Inglaterra, golpeada por la tocada de la desgracia, libró una guerra sin parangón. Pero la herida nunca terminó de cerrarse.
Diez años después entró en escena Gebel, el único ligafragmentos que sobrevivió al ritual. Eso se pensaba, pero en realidad fueron dos: Gebel y Miriam. Nosotros controlaremos a Miriam, quien acaba de despertar después de esos mismos diez años. Quien dijo ser su amigo, Gebel, se ha aliado con los demonios y los ha traído a escena una vez más. ¿Su objetivo? Venganza, aunque parece esconder algo. De esta forma, Miriam se sumirá en viaje de autodescubrimiento y dolor en donde buscará salvar a su enemigo y derrocar a las fuerzas del mal.
Una excusa perfecta para no parar de jugar
Como habréis podido comprobar, Bloodstained: Ritual of the Night no destaca por poseer un guion demasiado original. De hecho, nos recuerda mucho a la franquicia de la que se dice sucesora espiritual: Castlevania. Si bien es cierto que el argumento dista mucho de sorprender y atrapar, es entretenido y cumple muy bien su función. Porque, al final, el verdadero protagonista del juego es su precioso diseño y su espectacular jugabilidad. La historia pasa a un segundo plano y deja que sean sus mecánicas quienes tomen el control y nos impidan soltar el mando.
Con todo, el juego sabe regalarnos giros interesantes e inesperados —hasta cierto punto—. En nuestra aventura contaremos con el apoyo moral y táctico de Johannes, un alquimista que busca la redención por lo que hicieron sus antiguos compañeros. También nos ayudará Dominique, integrante de la iglesia. Nos enfrentaremos a diversos enemigos y buscaremos rescatar y/o destruir a Gebel, así como a Gremory. Este último es un alquimista superviviente que busca un poderoso libro solo Dios sabe para qué.
La premisa girará sobre estos dos: Gebel y Dominique, quienes hacen las veces de antagonista principal. No obstante, la figura de villano principal flaquea siendo este, sin lugar a dudas, el mayor punto débil del título. La historia carece de ese enemigo cargado de carisma que nos invite a querer saber más y más de él tal y como hizo Dracula en Castlevania.
Sangre de demonio
Y aquí empieza lo bueno. Bloodstained: Ritual of the Night se ha convertido, por méritos propios, en un coloso dentro del género. Como buen metroidvania, la acción y el plataformeo en 2D están a la orden del día. Con movimientos en scroll lateral y horizontal, exploraremos un complejo y gigantesco conjunto de mapas repletos de enemigos y secretos. Debo confesar que me ha sorprendido la gran cantidad de contenidos que esconde el juego entre sus muros. Abordaremos un castillo cargado de demonios deseosos de catar el sabor de nuestra sangre, pero…
Seremos nosotros quienes nos alimentemos del poder de sus almas. Como ligafragmentos, podremos usar el poder y la sangre cristalizada de los demonios para desbloquear nuevas habilidades. Por consiguiente, contaremos con un arsenal bastante amplio de poderes sobrenaturales. ¿El problema? Llevar muchos fragmentos, o subir demasiado de nivel los que tenemos equipados, puede producir que la corrupción se apodere de nuestro cuerpo. Los ligafragmentos están condenados a muerte por culpa de la ponzoña del poder demoníaco, pero haremos lo que sea por obtener la victoria…
Al tiempo, no podemos olvidarnos del factor rolero. Tendremos a nuestra disposición una muy variada gama de armas, desde botas de combate hasta espadas, mandobles y trabucos pasando por látigos y dagas. Total nada. Cada tipo de arma tendrá un tipo de impacto, el cual puede ser más o menos efectivo contra cierto tipo de enemigos. A eso hay que sumarle estadísticas tales como la vida, la defensa o el daño, las cuales influirán directamente en nuestra capacidad de matar. Por si fuera poco, podremos equiparnos con armaduras y vestidos, cascos y otros complementos, accesorios, etc. que modifiquen nuestras estadísticas
Rituales de sangre
En las 18 horas que me ha durado el juego —sin completarlo al 100%— he podido comprobar el tremendo esfuerzo que se ha realizado a la hora de diseñar el mapa y el sistema de combate. En lo referente al mapeado, no es solo que el diseño sea precioso, sino que tiene un encanto único y especial. La paleta de colores es fría y oscura, cargada de tonos rojos y secuencias lúgubres y siniestras. La atmósfera que se respira es diabólica y esperpéntica; espectacular. Y no solo porque se vea bien, sino porque todo casa a la perfección. Historia, diseño y contexto casan a la perfección logrando, en el proceso, una experiencia audiovisual extraordinaria.
Porque, por si lo dudabais, los efectos de sonido y la banda sonora también son una delicia. Al respecto del combate, la sensación es muy buena. La hit box es precisa y fluida, ya que el control es cuasi absoluto. La única pega a este respecto es que, en ciertos momentos, el combate cuerpo a cuerpo puede ser algo irregular; tocar a un enemigo inflige daño, sea cual sea su posición u estado, lo cual puede ser molesto. No obstante, no deja de ser una decisión de diseño más.
De igual forma, podríamos concluir con una jugabilidad entretenida y satisfactoria; posee la capacidad de engancharnos durante horas. Si a eso le sumamos no solo una variedad de armas colosal, sino un catálogo de poderes y un bestiario digno de Las cien y una noches, lo que obtenemos es un gameplay repleto de opciones y posibilidades, muy flexible y con una cantidad de estrategias posibles ingente. Al final, aunque pertenezca a un genero con rasgos tan particulares, cada jugador podrá optar por un estilo de juego u otro en función de sus preferencias.
La curva de dificultad puede ser un tanto errática
El único problema es la curva de dificultad. Al menos en normal. Al comienzo tendremos que jugar con cabeza y tranquilidad. De buenas a primeras, ciertos enemigos pueden ponernos las cosas complicadas, pero… Bueno, tras pasar unas horas farmeando por el castillo —lo cual terminaremos haciendo gracias al complejo y laberíntico mapeado (todo un acierto)—, nos volveremos demasiado poderosos. La curva de dificultad decae y todo se simplifica demasiado. Se consigue, de esta forma, un juego accesible, pero que necesita ser completado para desbloquear dificultades más desafiantes; es a partir de los nuevos niveles de dificultad cuando más se disfruta de Bloodstained.
En lo referente a su rendimiento, el estudio ha logrado optimizar el título de forma muy meritoria. Siendo Nintendo Switch la única excepción con sus 30 fps estables, en el resto de plataformas alcanzamos los 60 fps. Debo destacar, para mal, las traducciones; distan mucho de cumplir nuestros estándares mínimos, aunque se entiende todo a la perfección. Además, hay apartados que no están demasiado pulidos, pues podremos encontrar pequeños bugs de distinta índole a lo largo de nuestra partida. Por ejemplo, hay ciertos bocadillos de texto en los que pueden desaparecer palabras.
Contaremos con doblaje tanto en inglés como en japones y textos en castellano. Respecto a los primeros, ambos son muy buenos y trasmiten muchísimo. Volviendo al tema de la dificultad, al superar el juego por primera vez y desbloquear nuevos modos de juego, tales como la Nueva Partida+, los contrarrelojes, etc., todo sube de nivel. El juego se supera a sí mismo y se convierte en una experiencia de juego sublime que, pese a sus fallos, engancha.
Conclusiones
Bloodstained: Ritual of the Night no es un juego para todo el mundo, y lo digo desde ya. Hablamos de un género, al igual que sucede con otros tantos, con un público muy concreto. No obstante, su propuesta hace que sea bastante más accesible para el gran público. De hecho, diría que es una excelente opción para quienes quieran iniciarse en los metroidvania. Los jugadores más avezados encontrarán irrisoria la dificultad base, pero disfrutarán mucho más cuando desbloqueen nuevos niveles de desafío.
Su precioso arte gótico y su arrebatador diseño, su amplio abanico de posibilidades y su fastuosa banda sonora, así como su gran jugabilidad, convierten a Bloodstained: Ritual of the Night en una verdadera joyita del género. Quienes no hayan tenido la oportunidad de jugar, no sé a que esperan. La pega son sus villanos, algo faltos de carisma, y el diseño de ciertos enemigos, pues palidecen ante los más trabajados dentro del mismo catálogo.
Si queréis mi más sincera opinión, dadle una oportunidad. Sí sois admiradores del trabajo del señor Koji Igarashi, no podéis dejar escapar este su último trabajo. Por otro lado, si os apetece probar algo diferente —o profundizar vuestra experiencia en un metroidvania—, Bloodstained es una fantástica posibilidad.
Análisis Bloodstained. Clave de juego para PlayStation cedida por 505 Games España.