En febrero de 1959 tuvo lugar uno de esos misteriosos eventos que, por sus propias características, ha adquirido la etiqueta de «irresoluble». El Incidente del paso Diátlov se convirtió, más pronto que tarde, en una suerte de leyenda. La mala suerte quiso que su historia estuviese marcada por la desgracia, pues el origen de todo fue la misteriosa muerte de un grupo de 9 excursionistas. Sacudidos por la tempestad, escaparon muy asustados de su campamento base de «algo». Nunca se supo bien el porqué. Lo único que los investigadores pudieron sentenciar es que la causa de la muerte había sido hipotermia y traumatismos internos…
La historia pronto se volvió muy popular y dio origen a series, libros o películas. Buen ejemplo de ello fue el filme El paso del diablo, de 2013. Siempre fue objeto de curiosidad hasta el punto de que en 2015 y 2021 se abrieron sendas investigaciones para determinar los factores de tan nefasto evento. Los especialistas del momento determinaron que lo más probable era que hubiesen sido golpeados por una avalancha de losa. Nunca se pudo corroborar. Hay toda suerte de hipótesis, pero la verdad sigue siendo un misterio.
En ese contexto que nació Kholat, un videojuego de terror independiente desarrollado por la compañía IMGN.PRO. Lanzado originalmente en PC, hizo las veces de guía a través de la perspectiva en primera persona y la narración del popular actor Sean Bean. Tuvo buena acogida en el norte de Europa, pero en España no llegó a destacar. No al menos hasta que apareció Meridiem Games e hizo de las suyas. Es gracias a ellos que hoy podemos compartir con vosotros nuestras impresiones en Nintendo Switch, pues de otra forma —probablemente— habría escapado de nuestro radar.
Análisis de Kholat
Kholat se presenta como una historia de terror psicológico que trata de ofrecer algo de luz sobre el Incidente del Paso Diatlov. Nuestro personaje tiene por objetivo resolver el misterio, pero no lo tendrá fácil. Curiosamente, el estudio centra sus esfuerzos en recrear y aprovechar las numerosas teorías, especulaciones y suposiciones sobre el incidente, ya que a día de hoy sigue sin estar resuelto. Así pues, nos propone investigar la pequeña colina de Kholat Syakhl mientras una serie de eventos paranormales —relacionados, mayormente, con espíritus— nos golpean sin cesar.
Según nos cuenta Sean Bean —nuestro narrador—, los excursionistas huyeron aterrados de algo o alguien. Rajando la tienda de campaña en la que se alojaban desde el interior, corrieron despavoridos dejando sus efectos personales tras de sí. Tal fue la espantada que, aún con el frío de la montaña y las dificultades geográficas del terreno, sus cadáveres fueron encontrados en ropa interior. Kholat juega mucho con el sentimiento de pánico y logra despertar nuestra más sentida curiosidad. ¿Qué diablos ocurrió en aquel lugar para que escapasen de aquella forma?
Descalzos, enfrentándose a temperaturas inferiores a los 30 grados bajo cero, no tenían oportunidad de sobrevivir. Y aún así corrieron por la colina sin —al parecer— intención de dar marcha atrás. La historia no solo es desoladora, sino que alimenta nuestro enfermizo sentido del mobro. Queremos, aunque sepamos que no lo haremos, descubrir la verdad. Nunca se ha hecho, pero Kholat ofrece sus propias conclusiones y explicaciones. Se basan, eso sí, en lo paranormal, pues su objetivo es engendrar una buena historia de terror. Y lo consiguen.
Un misterio sin resolver
Kholat se construye como un juego de supervivencia y aventuras en primera persona. Durante unas cinco, seis o siete horas —depende si queréis completarlo al 100% o no— investigaremos los hechos con breves dosis de terror. Por momentos se asemeja a una novela visual con toques de thriller; la investigación y la exploración del terreno son el componente principal. Es más, por momentos simula las características de un walking simulator. Podría haber pasado desapercibido, pero al final nos hemos encontrado con una experiencia bastante positiva.
En gran medida se debe al buen trabajo del estudio con los efectos de sonido y la banda sonora, la cual destaca por méritos propios. Sobre todo el tema inicial. Ese te pone los pelos de punta. También la narración. Sea como fuere, la jugabilidad es bastante escueta. A grandes rasgos nos limitaremos a caminar un paraje de carácter montañoso —y con mucha nieve— en donde la visibilidad es más bien reducida. Nos iremos orientados con una brújula y un mapa que se actualiza cada vez que encontramos puntos clave. Os aviso: os va a tocar dar unas cuantas vueltas para llegar a vuestro destino.
Mayormente, los puntos importantes suelen destacar de una forma u otra en el entorno, así que no tendréis que preocuparos por pasar de largo sin daros cuenta. Ahora bien, cabe preguntarse, entonces, cuál es la gracia del juego. ¿Qué ofrece? Pues una historia muy interesante y una narrativa sencilla, pero potente y atractiva. Kholat no pretende revolucionar la industria. Al contrario. Se centra en desgranar los misterios en torno a un evento que, a día de hoy, sigue generando curiosidad entre los amantes de la conspiración y el misterio.
Perdidos en la nieve
Por eso creo que hay que valorar lo bien que ha trabajado el estudio la sensación de perdida. Como jugadores nos sentimos, hasta cierto punto, indefensos. La atmósfera de Kholat te atrapa con relativa facilidad —os recomiendo encarecidamente que jugéis con auriculares— y te hace sentir pequeño. Nos enfrentamos, a fin de cuentas, a la naturaleza… y a lo sobrenatural. Es curioso, pues el terror es una parte vital de la experiencia, pero no da tantos sustos. Solo cuando toca. Ahora bien, también es secundario. Lo importante es la historia y es algo que quiero que os quede muy claro. De otra forma podéis sentiros engañados con su peculiar propuesta.
Su jugabilidad pasa por explorar escenarios abiertos. Esto provoca que a veces se pierda la tensión, pues dar vueltas durante treinta minutos por un escenario de nieve en el que no sucede nada… Te relajas. Habrá momentos, inclusive, en los que sientas que estás perdiendo el tiempo, y más si se te escapa parte del progreso al caerte por donde no toca. Hay pasajes que rozan lo tedioso; el sentido del ritmo adolece cuando nos toca superar largas secuencias de exploración que no ayudan en nada al conjunto global del juego. Si a eso le sumamos que no hay demasiados puntos de guardado… Hay momentos en los que puede ser algo frustrante. Ahora bien, esto potencia el sentido de supervivencia.
Esto destaca especialmente en Nintendo Switch, pues influye notoriamente el lugar o la hora del día en el que juguemos. Por ejemplo, no es lo mismo hacerlo tumbado en la cama por la noche que en el salón de estar al medio día. El ambiente influye. En cualquier caso, la híbrida de Nintendo se porta bastante bien con Kholat. El rendimiento es aceptable. Cumple con lo esperado. Eso sí, hay momentos en que le cuesta cargar los elementos del escenario e irás viendo como van apareciendo rocas en el suelo. Gráficamente es inferior al de otras versiones, pero es algo que ya esperábamos. El apartado visual no destaca por grandes texturas ni una definición excesiva. Es bastante normalito.
Conclusiones
Creo que Meridiem Games ha encontrado una aventura interesante. Kholat me ha parecido un juego recomendable para quienes busquen algo ligeramente diferente. Especialmente recomendable para los amantes del misterio y lo paranormal, construye bien su narrativa aprovechando las bondades de un evento real —de por sí— muy interesante. Es más, nos hace preguntarnos por qué no se hacen más juegos basados en hechos reales. Este ha funcionado bastante bien sin demasiado presupuesto. A modo de resumen, Kholat no marcará un antes y un después, pero cumple con lo que promete y ofrece una experiencia divertida a su modo. Una elección, cuando menos, interesante.
Análisis de Kholat. Clave de juego para Nintendo Switch cedida por Meridiem Games.
