¡Hola, muy buenas amantes de los videojuegos! Regresamos con un nuevo análisis. En esta ocasión hablaremos sobre Desperados III, un videojuego de acción en tiempo real desarrollado por Mimimi Games —súper fan del nombre— y distribuido por THQ Nordic y Koch Media. A grandes rasgos, es una precuela de Desperados: Wanted Dead or Alive, aunque en mi caso nunca lo jugué. Actualmente, el título se encuentra disponible en PC, Xbox One y PlayStation 4; nosotros lo hemos probado en esta última.
Desperados III
Desperados III es un western, o lo que es lo mismo, un título sobre el viejo oeste; Charles Bronson, John Wayne y Clint Eastwood siempre en mi memoria. Es posible que los más jóvenes no seáis conscientes de ello, pero hubo un tiempo en el cual cine y cómic sucumbieron ante la fiebre de indios y vaqueros. Lo curioso es que, en una época ahora muy lejana, tuvo sus pinintos en la industria del videojuego. Claro ejemplo de ello fue Gun, un gran olvidado de PlayStation 2 abocado al exilio por culpa de Red Read Redemption. No obstante, hoy la cosa es diferente. Hoy no hablaremos de disparos en forma de shooter ni de grandes sandbox. Hoy venimos a hablaros de una obra de las que crean escuela: Desperados III, o lo que es lo mismo, una obra magna de acción y sigilo en tiempo real.
Ahora sí, como dijo Jack el Destripador, vayamos por partes. Una de las grandes incógnitas en este tipo de proyectos es, cómo no, la historia. No por nada, «western» suele ser sinónimo de forajidos, tequila, disparos y venganza. Por suerte o por desgracia, Desperados III es eso, pero también es mucho más. No obstante, no lo es gracias a un argumento legendario. Al contrario: el guion es lo más sencillo del mundo. Así pues, Mimimi Games nos presenta como protagonistas a un grupo de mercenarios bien intencionados, pero sin muchos escrúpulos: John Cooper, la efigie de la venganza, será quien haga las veces de líder. No estará solo, claro está, pues le acompañarán Kate, una novia a la fuga de armas tomar, Doc McCoy, un sicario de pura cepa, Héctor, un cazador, e Isabelle, una usuaria de vudú (mi favorita), serán sus acompañantes.
Hasta los nombres son típicos. No sé yo, pero no me daría jugarme un par de monedas a que el equipo está compuesto por unas cuantas personas que se criaron con Bronson y compañía. Volviendo al tema, lo interesante es la narrativa. En un viaje por diferentes lugares del país, junto a una traducción excelsa y una serie de diálogos muy potentes, descubriremos que no hay venganza sin sangre. No será necesaria una gran historia, solo un buen puñado de personajes cargados de carisma y un destino. Una cosa no quita la otra, todo sea dicho, y es que los momentos que buscan meternos en tensión lo consiguen; el clímax final es… Chapeau!
Tequila con sabor a venganza
Y todo gracias a dos recursos tan simples como los ya mencionados diálogos y la información contextual. Desperados III se divide en una suerte de capítulos lineales conectados a través de la figura de John Cooper. Cada capítulo nos situará en un escenario en donde, por norma general, contaremos con la cooperación de uno o varios mientras del grupo. John y los demás no solo irán intercambiando palabras, sino que hablarán de sí mismos, sus capacidades o su equipamiento. Parece una tontería, pero la cohesión narrativa es enorme gracias a detalles como estos. Todo, al final, tiene lógica. Si McCoy es quien se ocupa de asesinar a un vigilante a 100 metros es porque tanto el jugador como los personajes saben que es el indicado para ello.
Así pues, y como habréis podido suponer, cada personaje tiene una serie de habilidades distintas. Por ejemplo, John. Mr. Cooper dispone de un cuchillo, una pistola y una moneda. Con el primero puede asesinar a corto y medio alcance sin hacer ruido, aunque tendrá que recuperarlo si lo lanza. Por otra parte, la moneda le permitirá crear distracciones. McCoy, por poner otra variante, tiene un rifle de largo alcance que no hace ruido. Es, en cierto modo, nuestro fracontirador. Entre el resto de personajes, por no desvelaros todo, tendremos desde trampas para osos hasta cositas relacionadas con el vudú. De esta forma, el juego nos ofrece una serie de herramientas para superar los niveles.
Lo que verdaderamente me ha encantado es que todos los personajes son útiles. Me explico: nos moveremos desde una perspectiva isométrica, aunque tendremos casi todo el escenario sin niebla ni restricción de visión alguna desde el primer momento. Nada más comenzar el capítulo se nos revelará nuestro objetivo, aunque también tendremos retos adicionales con los cuales completar la experiencia. La cosa será cumplir ese objetivo principal, ya sea acabar con los asaltantes del tren en el que viajamos hasta derrocar a una banda de maleantes en un pueblo. Habrá que ser creativos, y es que no solo contaremos con varias herramientas distintas, sino con rutas diferentes e interactuables de terreno. De estos últimos, todo sea dicho, no hay tanta variedad ni cantidad como habría deseado.
Cinco destinos
Volviendo al tema, iremos avanzando. En el proceso, en más de una ocasión, tendremos que acabar con la vida de nuestros enemigos, aunque también podremos intentar noquearlos. Esta segunda opción es más complicada; ser moralista es difícil. Inclusive, a veces será imposible, pues habrá tareas que solo podamos cumplir cobrándonos un par de vidas. Con todo, el camino depende del juicio del jugador y de nadie más. A decir verdad, me ha parecido muy interesante el hecho no solo de incluir desafíos al más puro estilo «mata a cierta cantidad de enemigos de esta forma», sino de «cumple la misión en x cantidad de tiempo». Esta segunda nos obliga a pensar todavía más. Ah, sí, no os lo he dicho: vais a tener que darle duro al tarro. La nota negativa la pone el mando, ya que tiene carencias muy notables como controlador; se siente como un juego de PC.
Espera, ¿con mando no se puede? Al contrario. Sigue siendo satisfactorio, pero no deja de ser inferior al ratón y teclado. En parte, por el movimiento, el cual es algo errático con el joystick de nuestro Dualshock. También por la cámara, algo incómoda de controlar… Los títulos de estrategia, por sus cualidades inherentes, siempre son más satisfactorios en ordenador. Empero, no quiero desviarme. Sigamos hablando del gameplay. No os he dicho que para actuar es mejor ir en sigilo, pues de lo contrario es muy probable que terminemos muertos. Nuestros enemigos tendrán conos de visión los cuales evitar a través de recursos tales como la moneda. Los obstáculos y coberturas, en ese sentido, serán nuestro mejor aliado.
Como también lo serán barrancos y setos, ya que en estos podremos arrojar los cadáveres de nuestras víctimas. Todo tiene bastante lógica si obviamos el hecho de que un equipo de cinco personas pueda asesinar a grupos de 50 personas en períodos inferiores a la hora. Licencias aparte, la jugabilidad es tremenda. Los personajes casan muy bien con los otros y habrá momentos para todos. No se reduce, por suerte, a las incontestables capacidades de un protagonista venido a más bajo el espíritu del todopoderoso héroe americano.
«Pienso que necesitáis un nuevo sheriff»
Y ahora llega lo mejor: el modo duelo. Está muy bien eso de lanzar un cuchillo o poner una trampa, ¿pero y si necesitamos realizar una secuencia de acciones? Pues podremos recurrir al modo duelo, una especie de menú de pausa en que podremos encadenar acciones. Cuando activamos el modo duelo, todo movimiento que realicemos se convierte en un supuesto. Nada de lo que hagamos se cumple hasta que activemos la secuencia. De esta forma, podremos hacer que John se mueva y lance su cuchillo al mismo tiempo en que McCoy dispara a un segundo enemigo desde la retaguardia mientras Isabelle se encarga de un tercero. Y todo mientras le hemos dicho a Kate que se cuele por detrás del tren de turno y abra una cerradura.
A ver, este supuesto es muy complicado que se de, pero era por hacer un ejemplo muy gráfico. Lo mejor de todo es que, aunque puede parecer muy confuso, la información contextual, historia y tutoriales están tan bien planteados que no resulta complicado de aprender. No de dominar, eso es otra cosa. Si no me creéis, probad los niveles de dificultad más altos… Otra cosa no, pero me han bajado los humos pero bien. La cosa es que Desperados III nos permite hacer verdaderas virguerías por el escenario. Escenarios que, todo sea dicho, están cuidados hasta el más mínimo detalle. Si bien es cierto que el apartado gráfico es bastante normalito, es muy bonito a su manera.
Trasmite mucho aun sin necesidad de grandes alardes técnicos. Es llamativo, aunque su banda sonora flojea un poco en la comparativa. Sucede lo mismo con el combate directo, el cual nos ha dejado bastante fríos no solo por su dificultad, sino por su falta de fluidez. Es muy complicado disparar, ponerse a cubierto, etc. con sus controles, mas sigue siendo igual de cierto que no está pensado para eso. No pretende ser un juego de disparos ni una especie de shooter, sino de estrategia. Hay que pensar mucho y disparar poco.
Conclusiones
Desperados III, con sus virtudes y sus defectos, es un verdadero juegazo. Primero, por su narrativa. Sí, el guion no es nada del otro mundo, pero me ha enamorado su forma de contarnos una historia. Además, sus cinco protagonistas están cargados de carisma y grandes momentos; es un homenaje al western como pocos he visto hasta ahora. Su definición como juego de acción en tiempo real es algo falsa, pues destaca más por el componente estratégico y sigilo que otra cosa. Con todo, lo hace muy bien. El gameplay es fluido y divertido. A grandes rasgos, da gusto jugar. Pese a ciertos fallos en el movimiento y una banda sonora —siento no haberla mencionado hasta ahora— algo flojita, funciona muy bien. Los efectos de sonido y el doblaje, por su parte, son de diez.
Como también es de sobresaliente su diseño de niveles y escenarios. La jugabilidad es muy variable dentro de su cerrado espectro. Sinceramente, creo que tanto los amantes del género como quienes se muestren algo temerosos ante semejantes experiencias lo disfrutarán enormemente. Pocas pegas puedo encontrarle. Recomendadísimo.
Análisis Desperados III. Clave de juego para PlayStation 4 cedida por Dead Good Media.