Los deportistas también son personas aunque nos olvidemos. Reseña manga Hajime no Ippo n.º 8

Quien piense que el trabajo de George Morikawa es solo boxeo se equivoca. Es mucho más que eso. Personalmente, es algo que ya sabía, pues llevo siguiendo su trabajo años. No obstante, entiendo que muchos de sus lectores están disfrutando de las primeras peleas de Ippo de manera inédita a través de Planeta Cómic. Es por esto mismo que en la reseña del volumen n.º 8 de Hajime no Ippo no quiero centrarme en la figura del púgil como tal, sino en la persona que hay detrás de él.

Y es que a veces se nos olvida incluso en la vida real. Detrás de todo deportista, sin importar la disciplina que practique o su relevancia internacional, hay un ser humano. A veces cuesta recordarlo, pero esto es así. Al igual que en la vida real, la ficción esconde esa misma dualidad, aunque es incluso más complicado de ver. A fin de cuentas, hablamos de un relato que no es real, y es por esto mismo que resulta fácil olvidarse de quién es Ippo en realidad. Sí, sabemos que es uno de los novatos más prometedores de Japón y un luchador con una pegada tremenda.

Sin embargo, sus múltiples victorias pueden hacer que olvidemos sus orígenes. Recordemos, pues, que Ippo es de familia humilde y que buena parte de su sustento procede del negocio de pesca que su madre regenta (ahora ella sola) tras la muerte de su esposo. Es un trabajo muy duro que requiere de mucha resistencia física y mental. Hasta hace poco lo hacía junto a su hijo, pero… ¿Y ahora? Buena parte del octavo volumen del manga habla sobre esa circunstancia. Os lo cuento no sin antes echarle un vistazo a la edición.

Reseña del manga Hajime no Ippo n.º 8 | Portada, sinopsis y edición

¿¡Logrará Ippo lanzar el puñetazo que le dé la vuelta al combate!? ¡Ippo lanza su ráfaga de potentes golpes contra la estrella veloz Takuma Saeki, pero no logra acertarle un golpe limpio! Por el contrario, el ojo derecho de Ippo ha quedado cerrado por los golpes de Saeki. ¡Los jabs no paran de llegar desde su punto ciego! Ippo trata de acertarle un golpe con el que sentirse conforme, pero ¿¡será capaz de hacerlo!?

Lo primero que podemos decir de este clásico del manga es que está bien acompañado por una edición que está a la altura de las expectativas. En líneas generales, el formato kazenban le sienta genial. Más todavía cuando recordamos que la serie es tan larga. La cosa no acaba ahí, porque tanto la traducción como la maquetación son de calidad. Aparte, los materiales empleados en la impresión son buenos, por lo que el resultado final es notable.

Boxeo vs. familia

Volviendo al tema que nos acontece, buena parte de este octavo volumen se centra en el día a día de Ippo. Actualmente, es una de las mayores promesas del boxeo japonés, pero eso no le vale. Al menos no cuando la economía de su familia es tan frágil. Es una estrella en potencia, pero la fama de un novato no sirve para pagar las facturas. Por desgracia, dedicarle tanto tiempo al boxeo le impide seguir ayudando con el negocio. Su madre, por supuesto, quiere que él se dedique a lo que de verdad le hace feliz.

Aunque es incapaz de ir a ver sus combates, pues ver a su hijo recibiendo puñetazos es algo que no puede soportar, le apoya con todo su ser. El problema es que ella ya no es tan joven y dirigir un negocio de pesca es mucho más duro de lo que parece. Como consecuencia, colapsa, provocando que la vida de Ippo de un giro de 180 grados. Por mucho que le guste el boxeo, su madre es lo primero. Ella lo vale todo, y es por eso mismo que deja de ir a entrar para ocuparse él mismo del negocio y cuidarla mientras está en el hospital.

La situación es cada vez peor, ya que tiene menos tiempo que nunca y no puede ni entrar. Cada día se salta más etapas de este y su siguiente combate está cerca. El escenario es perfecto para seguir ascendiendo, pues se enfrenta a otro púgil con mucho nombre. Es más, ya es el quinto rankeado nacional de su categoría, por lo que el título está relativamente cerca… Pero ni eso es suficiente. Es ahí cuando Ippo se enfrenta a la decisión más dura de su vida: retirarse del boxeo.

Responsabilidades y futuro

No importa que sea un gran novato ni una promesa. Tampoco que lleve ocho victorias por K.O. y siga invicto. Es por esto mismo que en el gimnasio tanto el entrenador como sus compañeros entienden que no pueda ir a entrenar e, inclusive, se plantee su retirada. Saben que no es por egoísmo ni por miedo. Es más, son perfectamente conscientes de que poca gente ama el boxeo tanto como Ippo lo hace. Tanto es así que hasta el propio Takamura dice que es imposible que se desligue del ring.

Pero eso da igual. La duda sigue ahí, y este octavo tomo se dedica casi por completo a toda esta situación. Bien es cierto que esto produce que el ritmo se ralentice y nos quedemos durante un buen tiempo sin boxeo, pero es increíblemente necesario. Hasta que no te paras a pensarlo, no te das cuenta, pero Morikawa-sensei acierta por completo. Durante siete volúmenes nos hemos olvidado casi por completo de la vida diaria de Ippo y ahora somos más conscientes que nunca de quién está detrás de él.

Su madre es su mayor apoyo y él no duda ni un solo segundo en renunciar a su pasión por ella. Eso nos dice mucho tanto de nuestro protagonista como de su familia y de la importancia que esta tiene. Por supuesto, sabemos que al final volverá, ya que de otra manera la serie no habrá seguido. Así pues, lo importante no es la conclusión, sino el trayecto realizado, y lo importante que es no olvidarse de que, ante todo, los deportistas siguen siendo personas con sus propios problemas.

• El dibujo es muy solvente y tanto los planos generales como los escenarios y los personajes funcionan.
• La premisa es atractiva y el boxeo no es un deporte tan explotado en el mundo del manga.
• La narrativa es coherente, los dibujos funcionan y el ritmo es entretenido. Funciona en todos los niveles bastante bien.
• En España acaba de empezar, pero tiene más de 1000 capítulos y va a mejor. Lo sabemos con certeza.

• Aunque el ritmo es bueno, a veces es un poco lento.