Recientemente, gracias a Kitsune Manga, hemos podido disfrutar de un nuevo manga romántico. Se trata de El amor de Mobuko, de Akane Tamura. El libreto, que se presenta como un slife of life, ha sido publicado con presentación rústica con sobrecubierta y tapa blanda en formato 13 x 18 cm. O lo que es lo mismo, el formato estándar tipo tankōbon de toda la vida. La serie, mayormente, ha sido descrita como un josei. Sea como fuere, ya sabéis que opino de las demografías: me parecen una tontería. En teoría, un josei es un manga para mujeres adultas. Bueno, pues a mí me ha gustado, así que no veo el porqué no le podría gustar a otros hombres adultos. Tampoco veo motivo por el cual un joven adolescente no puede disfrutar de su sutil narrativa.
Porque, en efecto, El amor de Mobuko es una obra sensible y bien escrita, con mucho tacto y un precepto relativamente interesante dentro del espectro de los dramas amorosos. No obstante, de eso hablaremos más tarde. Por el momento prefiero continuar con mi presentación hablando de las dos primeras páginas de Akane Tamura. Sobre el porqué, es muy sencillo: arranca con una doble página a color muy bonita con una paleta de colores muy suave. Es, inclusive, tranquilizadora. Sobre el manga, sigue en publicación. Denominada originalmente Mobuko no Koi, se estrenó en marzo de 2017. Por el momento se han recopilado 10 volúmenes compilatorios, pero sigue abierta.
Sinopsis
A Mobuko Tanaka nunca la han sacado a bailar. Siempre ha sido una chica callada y tímida, un personaje secundario en la obra de su propia vida. Pero ahora, con veinte años, Mobuko se ha enamorado por primera vez. El chico de sus sueños es Irie, un compañero del supermercado en el que trabaja. Aunque Mobuko trata de mantener las distancias, cuando otra compañera del supermercado descubre lo que siente por él, la anima a acercarse a Irie. ¿Tendrá Mobuko el valor suficiente para deshacerse de su timidez y conquistar al chico por el que se le derrite el corazón?
Reseña manga de El amor de Mobuko
El amor de Mobuko, de buenas a primeras, se presenta como la típica historia de amor adolescente entre dos jóvenes cualesquiera. Engaña. En realidad su arranque es prototípico, pero la narrativa es bien diferente. Escapa, por lo tanto, del espectro de la tipicidad a través de su protagonista, Nobuko Tanaka, una joven universitaria bastante introvertida. Empieza la historia con una entrevista de trabajo en la que confunden su nombre con «Mobuko», cuyo kanji «Mobu» significa personaje secundario. Esto, por cierto, lo explica muy hábilmente su traductora, Raquel Viadel.
Es más, hace un trabajo excelente durante toda la obra sabiendo adaptar bien los términos, manteniendo la esencia de la historia —o eso parece, pues no he leído la original— y marcando bien el tiempo. Lo mismo me he columpiado, pero es la sensación que me ha trasmitido. En cualquier caso, no sabemos mucho de Nobuko. Durante los primeros episodios, mayormente, solo recogemos las primeras pinceladas de su personalidad: es amable y trabajadora, pero muy, muy apocada. Cuando entra en escena, nos la imaginamos hablando flojito mientras aparta la mirada.
Tamura, con una maestría impropia de alguien con poca experiencia como mangaka, nos ofrece un relato de situación que aborda las dicotomías del primer amor. Tal y como diría la propia editorial, Kitsune manga, es una obra que habla de «la importancia de creer en uno mismo». Y la verdad es que lo definen muy bien, porque durante los 5 primeros capítulos del primer tomo observamos como Nobuko aborda sus propios sentimientos y afronta una pequeña parte de sus miedos para hablar con el chico que le gusta. Llegados a este punto cabría esperar que él esa clase de chico que destaca a simple vista: alegre, amigable e, incluso, escandaloso. Un tópico, vamos. Pues no. Irie —así se llama— se parece, en cierto modo, a Nobuko.
El valor de una buena narrativa
Lo curioso de todo esto es que El amor de Mobuko se construye —el esquema— como una comedia de situación. Es decir, toda la acción se resume a los encuentros entre los personajes en el supermercado con alguna que otra interacción fuera del mismo, ya sea a través de una comida entre compañeros de trabajo o un paso hasta la estación de tren. De la misma forma, apenas se revelan detalles relevantes respecto del día a día de los protagonistas. Por ejemplo, de Nobuko solo sabemos que trabaja en el supermercado —el escenario principal del manga— y que es una estudiante universitaria. De Irie… pues más de lo mismo. De los compañeros, casi menos.
Es un estilo, cuando menos, chocante, pero que encaja a la perfección el ritmo que emplea Tamura. La narrativa, muy delicada, nos ofrece una suerte de relato de sucesos que nos van desvelando, poco a poco, peculiaridades de nuestra protagonista a través de una serie de cuadros de diálogo que explican por qué hace una cosa u otra. Todo a través de una narrativa muy sensible que sorprende por la fuerza de su escritura. Sin ofrecer nada del otro mundo, tiene el don de capturar al lector. Es una historia que enamora por la simpleza de su expresión y la ligereza de su lectura. Gusta y convence, aunque tiene que llamarte la atención de buenas a primeras.
Es, a fin de cuentas, una historia de amor, pero con un guion (acaba de empezar, eso sí) mucho menos enrevesado. La trama no parece compleja y, al menos de momento, no hubo ningún giro inesperado. Empieza con tranquilidad. Sin prisa. Se toma su tiempo y nos presenta a Nobuko en diversas formas. Nos habla de sus dificultades sociales y de su timidez, siendo esta —en más de una ocasión— un problema para ella. Por ejemplo, no «sabe» corregir a un dependiente de una tienda de alimentos cuando le escucha mal y le ofrece un pedido distinto al que ha realizado. Ese tipo de cosas. Es exageradamente tímida.
Conclusiones
El amor de Mobuko se plantea como un manga interesante. Empieza sin romper demasiado, pero con una buena narrativa y una escritura soberbia. Apunta maneras; tiene potencial, pero necesita tiempo, aunque las primeras páginas están desordenadas en algunas tiradas según pudimos ver. Este primer tomo apenas nos cuenta nada y funciona como introducción, aunque nos deja muy claro cuáles son los dos puntos centrales de la historia: el romance y el amor propio. De buenas a primeras, diría que Kitsune Manga ha acertado con su nueva licencia. Las sensaciones son buenas. Quiero leer más, y eso es buena señal.