‘Estafadoras de Wall Street’, review sin spoilers

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Tras causar sensación en su paso por Toronto -varios críticos llegaron a pedir el Oscar para Jennifer Lopez-, llega a nuestras pantallas Estafadoras de Wall Street. Nosotros ya la hemos visto y en esta entrada os contamos qué nos ha parecido.

Crisis financiera bajo el prisma de un grupo de strippers (de Wall Street)

¿Ganar dinero de forma ilícita es algo amoral? Una cuestión así no debe tener cabida en las mentes pensantes que rigen las economías mundiales -si la tuviera, igual no estábamos como estamos-. Porque muchas de las grandes fortunas se han generado por las dificultades de grandes mayorías que, sin el menor atisbo de poder, asisten atónitos a la perversión del sistema. Ya lo dice JLo en un momento de la cinta «Estados Unidos es como un enorme club de striptease, donde unos pocos lanzan billetes y el resto baila para ellos».

Los americanos llevan varios años llevándose «palos». Desde que Michael Moore pusiera en cuestión la gestión del atentado acontecido el 11 de septiembre de 2001 por parte del gobierno en su imprescindible Fahrenheit 9/11 -posterior a su archiconocido Bowling for Columbine-, no pocos cineastas han cargado también contra el sistema americano. Desde Adam McKay hasta Steven Soderbergh con su reciente The Laundromat (2019).

Estafadoras de Wall Street (Lorene Scafaria, 2019) tiene mucha conciencia de eso, creando una cinta cuyo fin es atacar de manera directa la praxis de todos aquellos que, a través del mercado bursátil, llevaron al mundo a una de las mayores crisis económicas que se recuerdan. Una historia de mujeres que, dada su cercanía a la bolsa de Nueva York, decidieron engañar a todos aquellos hombres (en su mayoría) que, valedores del dinero de muchos, se creyeron con el poder de hacer lo que quisieran.

Estafadoras de Wall Street

Una buena película, pero sin la excelencia que se le presuponía en Toronto

Estafadoras de Wall Street tiene dos puntos que destacan por encima del resto. El primero, y más evidente, es una fuerte carga político financiera; una radiografía de por qué la crisis financiera fue, en parte, producida por el mercado bursátil. La segunda es un drama de personajes centrado en cuatro mujeres bien definidas y con aspiraciones y preocupaciones reales.

De hecho, las interpretaciones de Constance Wu y Jennifer Lopez son de lo mejor de la película. Wu está fantástica en su rol de chica nueva que entra en un club de striptease con la intención de ganarse la vida y Lopez como «madame» (jefa del cotarro) en una actuación que, quizá no al Oscar -a título personal me parecería excesivo-, pero que podría abrirle las puertas al globo de oro. Las acompañan unas muy acertadas Lili Reinhart y Cardi B.

No obstante, y pese al brilli brilli de su puesta en escena, creo que a Estafadoras de Wall Street le falta algo de punch. Es una gran película, pero quizá habría sido mejor si apostara menos por el melodrama y se centrara más en la feroz critica a la gestión financiera -entiéndase también hacia el sistema patriarcal- que realiza. Una lástima, pues algunos pequeños cambios la habrían convertido en una cinta de diez.

Veredicto

Con la clara intención de seguir poniendo el sistema americano en jaque, Estafadoras de Wall Street se erige como una película notable que funciona gracias a las buenas interpretaciones de sus protagonistas y a un montaje ágil que le imprime un ritmo trepidante. Lástima que en ciertos momentos se pierda entre el drama de sus personajes, funcionales pero siempre a menor escala que el feroz retrato de una sociedad avariciosa y manirrota.

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