¡Hola, muy buenas amantes del anime y el manga! Con el ocaso de 2019, son muchos quienes han decidido dejar a un lado el espectro de las navidades pasadas con no otro objetivo más que el de enfrentar una nueva oleada de series de aventuras. Con la temporada de invierno de 2020 asomando la cabeza, desde FreakEliteX no hemos querido dejar pasar la oportunidad de hablaros de uno de los estrenos más destacados del año. Tras revisar los primeros episodios y contaros nuestras impresiones al respecto, en esta ocasión toca trazar un análisis un tanto más exhaustivo del fin del mundo tal y como lo conocemos. En efecto, queridos lectores. Hoy os traemos nuestra reseña anime de Dr. Stone, serie licenciada por la plataforma de streaming Crunchyroll.
Sinopsis
Senku es un joven extremadamente inteligente con un gran don para la ciencia y una ácida personalidad, y su mejor amigo es Taiju, que es muy buena persona pero más apto para usar los músculos que para pensar. Cuando tras cierto incidente toda la humanidad acaba convertida en piedra, ellos logran despertarse en un mundo miles de años después, con la civilización humana completamente desaparecida y con toda la humanidad congelada en piedra como ellos estuvieron. Ahora es su obligación rescatar a la gente y crear un nuevo mundo.
Agua de sierra y sombra de piedra
A la hora de valorar cualquier tipo de producción audiovisual relacionada con el mundo de la animación, sin lugar a dudas, uno de los aspectos más importantes es el guion. El argumento de Dr. Stone, a priori, es sencillo. En pleno siglo XXI, el auge de las ciencias es una realidad. El taxativo devenir de los tiempos ha esclarecido una clara jerarquía en base al éxito monetario de aquellos quienes se dicen líderes. Entretanto, un joven de naturaleza curiosa hace las veces de mente maestra jugando con las mismas leyes de la física. Su nombre es Senku, y observando su impulsivo deseo de conocimiento comprendemos —prontamente— que le aguarda un gran futuro.
Sin embargo, la situación se ve ensombrecida por una sinuosa ola de color verde que lo destroza todo a su paso. El mundo tal y como lo conocíamos se ve golpeado por una extraña y cruenta realidad: la petrificación. El ser humano, y golondrinas de por medio, es asolado por un enemigo desconocido. Así comienza el mundo de piedra y, de forma literal, todo se va a tomar por saco. Miles de años después, Senku despierta en misteriosas circunstancias junto a quien dice ser su mejor amigo: Taiju.
Así comienza un juego de supervivencia donde se suman la potencia física de Taiju y la inteligencia de Senku, quien pronto descubre la fórmula para deshacer la petrificación. En el proceso reviven a Yuzuhira y al llamado el hombre simio más fuerte: Tsukasa, un joven de fuerza extraordinaria y gran astucia. El enfrentamiento entre Senku y Tsukasa, otrora aliados, no tarda en estallar, pues el segundo quiere destruir las estatuas de los adultos y fundar un nuevo e incorrupto mundo formado por los jóvenes.
Imperio de la Ciencia vs. Imperio del Poder
Si bien es cierto que los primeros episodios son algo lentos, y que la serie en líneas generales no destaca por un ritmo trepidante, el estudio saber medir a la perfección el timing argumental. Observaremos, asombrados, cómo de la misma nada Senku es capaz de crear medicina y hacer nuevos aliados, crear maquinaria rústica y, en resumidas cuentas, provocar el renacer de la ciencia tal y como la conocemos, pero desde un punto de vista mucho más arcaico. Entretanto, Tsukasa —quien logra hacerse con la fórmula de la resurrección— funda un imperio basado en la juventud y la fuerza, así como la cooperación y el carisma.
Senku, separado de sus amigos, hace lo propio, pero usando su inteligencia como arma. Más pronto que tarde se hace con el control, de forma legal y amistosa, del único pueblo existente: gentes primitivas, pero fuertes, con inteligencia promedio y algún que otro… «brujo». Así nace el Imperio de la Ciencia, que pronto luchará contra el Imperio del Poder. Podría hablar de aspectos más concretos, personajes determinados y secuencias puntuales, mas considero que os estropearía la sorpresa. Pues, aunque no lo parezca, Dr. Stone tiene la capacidad de sorprender gracias a las argucias de sus personajes y la sorprendente construcción de su reparto.
El guion, pese a repetir las mismas pausas una y otra vez, es sólido y original. La historia no se parece a nada que haya visto con anterioridad. A decir verdad, la premisa inicial me parecía poco atractiva, pero más pronto que tarde se redescubre a sí misma de manera increíble. La evolución de los eventos, así como el procedimiento para crear nuevos inventos y recuperar ciencia del pasado, es simplemente genial. El transcurrir de los eventos, la forma en la que se desenvuelve la situación y los pequeños giros de guion que nos iremos encontrando en nuestro visionado hacen de Dr. Stone un imprescindible para los amantes del anime.
La magia de la animación nipona
Podríamos destacar dos aspectos, en lo relativo al diseño y la animación, si hablamos de Dr. Stone. Por un lado, la caracterización de sus personajes. Lejos del exacerbado detallismo de otros tantos autores, y de una serie de rasgos muy marcados, Dr. Stone pregona por personajes un tanto más simples en lo que a trazado se refiere. Al menos en el género femenino, pues así se puede observar en personajes tales como Yuzuhira y Kohaku. Por su parte, los miembros del reparto masculinos poseen unos rasgos definitorios mucho más marcados. Y no solo porque estudio y autor hayan querido realzar mucho más sus músculos. No. Esto también se trasmite a través de sus propias expresiones faciales.
Siendo sincero, no termino de comprender las motivaciones detrás de estas variaciones en el estilo de dibujo, mas resultan… ¿Interesantes? En lo personal, con todo, no ha sido un detalle que me agrade del todo. Al mismo tiempo, el propio diseño —de forma general— puede ser un tanto obtuso. Es de fácil digestión, pero tiende a generar un impacto inicial demasiado descarado. Con esto quiero decir que, de buenas a primeras, la estética de los personajes no es del todo agradable. Hay algo extraño en ellos, mas no sabría explicaros a ciencia cierta el qué. No sucede de igual forma con los escenarios, las transiciones o la animación en líneas generales, pues esta otra goza de gran calidad.
Por un lado —disculpando las inevitables tomas de menor calidad que presenciamos en casi cualquier anime para reducir gastos—, las imágenes en estático es buena. Al tiempo, el movimiento es fluido; la cantidad de fotogramas empleada, aunque la desconozco, no debe ser demasiado baja. Entretanto, la paleta de colores escogida es bonita a la vista. La combinación de diversos entornos, el contraste entre naturaleza y ciencia, es adecuado y verosímil. La recreación del mundo postapocalíptico gana enteros gracias al increíble hacer del estudio, quienes han sabido trasmitir —con gran acierto— los sentimientos que el mangaka plasma en sus dibujos.
Una producción de gran calado
Uno de los aspectos más interesantes de la serie, sin duda alguna, es su banda sonora. Acompañada de sus carismáticos personajes, y de su irrefrenable sentido del humor, logra enganchar al público. Por consiguiente, hablamos de una producción musical que sabe alterar el tono a la perfección para envolvernos en diversas atmósferas: acción, drama, comedia, tensión, etc. Dejando a un lado canciones de apertura y cierre, gozamos de una composición estable y sólida, con pocos altibajos, y que sabe cuando ceder el protagonismo. De igual forma, los efectos de sonido están muy conseguidos. Esta situación destaca, por encima de todo, en los procesos de invención, pues se recrea muy bien lo que debería haber sido. Por su parte, las escenas de combate o de acción carecen del impacto que nos gustaría a ese respecto, pues tienden a ser demasiado artificiales.
Sucede de esta misma forma con otros aspectos. Por ejemplo, la inteligencia de Senku (aunque roce lo paranormal) resulta creíble. Hablamos, a fin de cuentas, de un joven muy estudioso que se ha dedicado casi por entero a estudiar y descubrir. Cuando aparece Tsukasa, por poner otro ejemplo, ese margen de fino realismo se evapora cuan nube de vapor. No es que solo tenga una fuerza sobrehumana, sino que posee una serie de características físicas fuera de toda razón. En lo personal, no me gusta. Habría preferido un enfoque mucho más apegado a la realidad en donde, en efecto, la fuerza hubiese sido un factor fundamental, pero no sobrehumano.
Por suerte, el elenco acompaña muy bien. Encontramos, al final, todo tipo de personajes en ambos bandos. Ilusionistas aparte —sus secuencias son de mis favoritas—, el enfrentamiento de conceptos es técnicamente una delicia. La forma en que se desarrolla la escena es loable, aunque en ello colabora —cómo no— el increíble hacer de los actores y actrices de voz presentes en el proyecto.
Conclusiones
En resumidas cuentas, Dr. Stone es una serie de gran calidad tanto por guion como por animación, así como por reparto y producción musical. No exenta de ciertos fallos, tales como escenas en estático sacadas del siglo pasado o diseños cuestionables, hablamos de una serie que sabe manejar muy bien los tiempos. Las escenas de tensión y acción son muy buenas, el drama nos llega hasta lo más profundo del corazón y la comedia encaja a la perfección. Nota especial merecen ciertos momentos, tales como cuando Senku descubre la verdad sobre su padre, pero no diré mucho más. No me ha terminado de gustar, eso sí, que las mujeres de la serie tengan un enfoque más… ¿Blando? Aun habiendo guerreras de gran poder, su diseño sigue siendo un tanto extraño, lo cual no me ha encajado del todo.
Con todo, creo que Crunchyroll ha dado en el clavo con esta licencia. Se la recomendaría a casi todos mis conocidos, pues creo que casi cualquier tipo de público podría llegar a disfrutar de su emisión.