Al principio de la temporada pasada os dejamos unas primeras impresiones de Tower of God, pero teníamos pendiente hacerle reseña a la serie completa. Sin embargo, queríamos hacer algo un poco diferente. Hablando sobre el tema se nos ocurrió la idea de hacer un análisis de forma conjunta. Tanto Adrián como yo, Lakuna, estábamos siguiendo la serie, pero teníamos opiniones bastante diferentes. Nos dimos cuenta de que la reseña resultaría mucho más completa e interesante si incluíamos ambas visiones.
Habíamos pensado varias formas de hacer este análisis, pero al final nos hemos quedado con este formato que creemos que es mucho más ameno para vosotros, los lectores. Está estructurado casi más como una conversación que como un análisis propiamente dicho. Pero eso no quita que durante el artículo valoremos los puntos fuertes y las flaquezas de la serie.
Hemos intentado evitar hacer spoilers importantes en el artículo, aunque es inevitable que haya alguno leve. Por eso, si todavía no has visto la serie y prefieres ahorrarte destripes de cualquier tipo, recuerda que Tower of God está disponible en Crunchyroll.
Tower of God abre la veda de las adaptaciones de manhwa a anime
Lakuna: Soy lector habitual de manhwa y webtoons en general, así que esperaba como agua de mayo que empezasen a surgir adaptaciones a anime de estas obras. No es la primera vez que se adapta un cómic coreano a anime, pero la entrada de Crunchyroll en escena nos hace soñar con la posibilidad de que esto se vuelva una costumbre habitual. Tower of God, por la fama que le precede, era uno de los favoritos para dar el escopetazo de salida.
Empecé a leer esta obra hace unos 5 años y todavía la sigo a día de hoy, aunque mi interés por ella ha ido variando con el tiempo. La historia parte de una premisa relativamente simple, pero aun así consiguió enganchar a muchísima gente. Probablemente porque crea un mundo inmenso y con un funcionamiento muy complejo y bastante original. Además, aunque muchas cosas han evolucionado desde el comienzo de la obra, lo que no ha cambiado es el halo de misterio que la rodea, fruto de la tozudez casi obsesiva del autor por revelar los misterios de la trama a cuentagotas.
Trasladar estas características tan especiales al anime no era una tarea fácil, la verdad, y la sensación con la que me he quedado al terminar la serie es que solo lo han conseguido de forma un tanto superficial. Parece que no soy el único que piensa así, porque han surgido más voces críticas con el anime, sobre todo entre los seguidores del manhwa. Pero no deja de ser un punto de vista sesgado y por eso me interesaba conocer la opinión de alguien que llegó al anime sin saber nada del original.
Un anime de fantasía diferente a los demás
Adrián: Lakuna conocía Tower of God desde sus inicios, mientras que yo no conocía absolutamente nada de la serie. No os voy a engañar que viendo los tráilers no me enteré de que venía de un manhwa. Parece broma, pero no lo es. Me enteré de que el anime venía de un manhwa unos o dos días antes del estreno, pero para el tiempo que quedaba antes de que se estrenase pues no me iba a poner a leerlo —la pereza amigos, la pereza—.
Como podéis suponer yo llegué totalmente virgen a este anime —a excepción de un tráiler—, y sin duda me sorprendió para bien. Una animación fresca y con personalidad, un diseño de personajes que hace del elenco protagonista algo único. Una historia que empezaba con muchísimas dudas que son manejadas durante el primer episodio de manera magistral —esto es algo importante, que si no tenemos otro 18if—. Y la música, tremenda maravilla, sobre todo el tema que introduce a la serie.
Con todo eso en la coctelera —y alguna cosilla que me dejo para más adelante— a mí se me quedó una serie bien fresca, no les voy a engañar mis panas. Por fin, tras varias temporadas salía un anime de fantasía que no era igual que los demás. Un anime que desde el primer episodio irradiaba personalidad. Desde su historia, que aunque sea el camino del héroe que vemos reflejado en mil y un series, ya no es tanto el camino del héroe, es el camino de los héroes, personajes que no están para ayudar únicamente al protagonista, tienen una historia detrás, metas, sueños frustrados, búsquedas de venganza, respuestas.
En resumen, tienen vida propia y no están para rellenar huecos. El mundo es rico y diverso, pero está oculto, para que no desvíes tu atención de la trama principal. Misterios que te dejan pensando semana tras semana, nuevos personajes que dan aún más vida al universo de Tower of God. Con todo esto, por fin puedo decir que ha aparecido un anime de fantasía totalmente original.
Mantiene la curiosidad de los aficionados a través de sus misterios
L: Me pregunto si cuando empecé a leer el manhwa también tenía tanto entusiasmo como Adri con el anime… Es verdad que en cierto modo Tower of God es un soplo de aire fresco. El contexto en el que sitúa la historia se aleja mucho de los típicos entornos de fantasía medieval que se ven en la mitad de los animes de hoy en día, y eso se agradece. Lo que hemos visto hasta ahora es solo una pequeña parte de la historia, pues solo se ha adaptado hasta el capítulo 78 del manhwa. A día de hoy la obra anda por el medio millar de capítulos y no da muestras de estar acercándose a su final.
Tower of God vive mucho de mantener la curiosidad de los aficionados a través de sus misterios. Al enfrentarme al comienzo de la historia por segunda vez no he podido disfrutar de esa sensación de desconcierto y sorpresa que todos pasamos al principio. Aun así está bien echar la vista atrás y recordar de dónde proviene todo, porque la historia ha crecido tanto que resulta fácil olvidarse.
La historia de Bam: la historia de su cabezonería
A: Durante los dos primeros capítulos lo que más dudas me generaba era su historia. Su aire tan misterioso y esa tónica de plantearte tantas cuestiones sin soluciones lógicas a primera vista, me recordaba demasiado a 18if, serie que no recuerdo con especial cariño. Pero Tower of God rápidamente se aleja de esa tónica, dándonos respuestas rápidas a pequeños misterios de forma satisfactoria.
Una cosa que hay que dejar clara desde el principio si queremos hablar de la historia: El anime se divide en la historia de Bam y las historias de sus compañeros. Por un lado, la historia de Bam, la persona que entra en la torre con el objetivo de encontrar a Rachel, la que podríamos decir que es su primer y única amiga —al menos durante los primeros capítulos—.
Su historia me resulta… ¿Como decirlo? ¿Cabezona? Más bien, directa, en el sentido del objetivo de Bam. Bam quiere volver a ver a Rachel y durante todos los capítulos Bam repite la frase de «No pararé hasta encontrar a Rachel». Esto no es malo, One Piece lleva explotando esta idea desde 1997, pero lo hace de manera diferente. En One Piece el objetivo final de la serie se encuentra en la lejanía y se van acercando poco a poco, como si en verdad la búsqueda del One Piece fuese un objetivo secundario. Pero en Tower of God es un martilleo constante que llega a cansar bastante, además que el resultado de ese encuentro es un poco trufero.
Por suerte, la historia que realmente engancha es la de los personajes secundarios, los cuales, aparte de plantear nuevos misterios y subtramas muy interesantes, aportan vida al universo de Tower of God. El saber que hay muchísimas especies en la torre, con sus costumbres, idiomas, problemas como el racismo dentro de sus razas, hacen de Tower of God un mundo que invita a querer ser explorado.
Los personajes secundarios aportan vida al universo de Tower of God
L: Es fácil encontrarle el gusto a varios de los personajes secundarios porque reciben bastante atención. No hay un protagonista que los opaque, como ocurre en otros animes, y eso en teoría es bueno. El problema es que esto ocurre porque Ban es un poco pelele. Es tan insulso como protagonista que podrías cambiarlo por un palo de escoba con peluca y apenas notaríamos la diferencia. En el manhwa al menos se saca algún discurso épico puntual, pero es que en el anime hasta eso se cargaron.
Hablando de grandes discursos eliminados, Rak tiene varios que también pasaron completamente por alto. En la obra original, el personaje derrocha determinación y carisma, pero buena parte de esto se perdió en el salto al anime. Prefirieron ponerle un montón de escenas de bufón comechocolatinas. Una decisión a la que no consigo encontrarle sentido alguno. Rak es quizás el caso más sangrante, pero no es el único personaje que ha salido mal parado en la adaptación.
A: Rak, por lo que me ha comentado Lakuna fuera de cámaras —texto más bien—, es un personaje realmente interesante en la obra original, pero en la adaptación al anime ha sufrido mucho. Me gustaría confirmarlo al cien por cien, pero solo he leído uno de los discursos que Rak suelta en el manhwa, y se nota que el caimán podría haber sido uno de los personajes más interesantes de la obra. Pero, como menciona Lakuna, queda reducido a un comechocolatinas.
Pero Rak no es el único personaje que recibe algún cambio. La gran mayoría de personajes —por lo poco que he visto del manhwa— reciben cambios, pero ya no a nivel narrativo, sino estético.
Estética con identidad propia
L: La cuestión está en que la calidad de dibujo del manhwa en sus inicios era un poco cuestionable. En ese sentido, los diseños del anime son una notable mejora, aunque resultó chocante descubrir la extraña estética que le otorgaron a la serie. Supe desde el primer momento que iba a necesitar unos cuantos episodios para acostumbrarme. La espera dio sus frutos, en parte, y ahora puedo decir que ya no veo con malos ojos esos contornos de líneas irregulares y la paleta de colores que utiliza. Son parte de su personalidad y le dan un toque distintivo que no está nada mal. Pero tras 13 episodios hay algo que no he conseguido asimilar y me sigue chirriando de forma espantosa cada vez que lo veo: la escasez de sombras en los personajes.
Me explico. Normalmente en el anime vemos sombras en los pliegos de la ropa y en los ángulos del cuerpo de los personajes, además de gradientes de color. Esto les da profundidad y detalle. En Tower of God no hay. Mejor dicho, hay dos: bajo los párpados y en el cuello. Fin. Lo curioso es que esto solo pasa con los personajes, pero no con los escenarios ni objetos —ni con la anguila del primer episodio—. Está claro que es una decisión artística, pero en mi opinión el contraste resulta algo feo, incluso de apariencia cutre, y le pasa factura a la animación, que pierde brillo.
Diseños de personajes que nos hablan sobre ellos
A: Lo que dice Lakuna es una realidad como un templo. Pero, en cambio creo que es uno de sus puntos fuertes. Esta estética tan pobre en delineados y gradientes le da una identidad propia a la serie. Sin contar con que el diseño de personajes, en comparación con el manhwa, habla muchísimo más que algún personaje.
Por poneros un par de ejemplos hablemos de Androsi y Hoh. Pongo estos ejemplos porque creo que son los más claros. Hoh es un personaje cuya paleta de colores no pega ni con cola. Pelo rubio, tez rozando el color de la arcilla, y ropas blancas. No hay que olvidar su característico cuerno rojo. De Hoh lo que llama la atención no es su paleta de colores, es su combinación de rasgos angelicales y demoníacos. Su cabello rubio y su ropaje blanco puro son muy similares a las representaciones que vemos de los ángeles en las iglesias. Por otro lado, tenemos su tez y ese cuerno rojo que nos avisa de que no es una persona de fiar.
Así como dato curioso, navegando por Twitter me encontré con una imagen de una escena del capítulo ocho, donde Bam se reúne en la mesa a comer con sus compañeros. Fijaos dónde se sienta Hoh, y luego buscad la representación de la última cena de Da Vinci.
Con Hoh podemos ver sus intenciones desde su diseño de personajes, ¿pero Endorsi? En Endorsi primero tenemos el mayor upgrade de la historia de la animación a la hora de adaptar un personaje de un manhwa a anime. Con el nuevo diseño se entiende desde el primer momento que es un personaje que ha nacido para destacar. El personaje más esbelto, con la paleta de colores más viva, el único personaje con gradientes en su cara. Nos enseñan desde el primer momento que la vemos —sin capucha ni nada— que desde pequeña le han enseñado a destacar. Sus tacones, su forma de hablar, todo nos dice que ella no es como los demás, que viene de alta cuna. ¿Y la única familia importante que se menciona durante los primeros compases de la serie era…? Pues ahí lo tenéis.
En verdad la gran mayoría de los diseños son como mínimo aceptables. No hay ninguno repetido, y como poco son curiosos, ya que hay bastantes personajes secundarios que no son humanos como Bam, Khun, o Shibishu. Ahora, lo que gana en diseño de personajes lo pierde en algo realmente importante.
Coreografía de animación sin fuerza y mavillosa banda sonora
L: En efecto, hay algo que no ha conseguido convencernos a ninguno de los dos y tiene que ver con la animación. Ojo, no es que la animación sea mala a nivel técnico, en general se mantiene a niveles bastante decentes, con algún momento especialmente bueno. El problema está en la coreografía de la animación. Muchas de las escenas de acción de la serie resultan un poco sosas y escasas de fuerza. De poco vale que pongan a los personajes a dar saltos por los aires si los golpes y movimientos más básicos parece que están hechos sin ganas. Pero no todo es culpa de la animación, también es en parte responsable la dirección de sonido, que no ha sabido darle impacto a la acción.
A: Exacto, a los golpes les falta fuerza y la dirección de sonido… digamos que está. Cosa que me fastidia, porque su banda sonora me parece una maravilla. El tema introductorio de la serie nos mete de lleno en lo que será el primer episodio. Esa entrada con los timbales y el coro aportando misterio a la pieza. Los silencios largos, pero necesarios para generarnos dudas. Y de dudas va la serie.
No voy a meterme mucho en la música, porque hablar de música en un texto es algo complicado, más que nada por el formato. Solo quiero que os fijéis en la canción introductoria de la serie, Princesas de Jahad, y luego prestéis atención a cualquier otra pieza de la serie.
Kevin Penkin tiene ese mismo toc que Hiroyuki Sawano: dejar que una pieza sea la principal y resto de piezas giren en torno a ella. Es un detallito muy tonto, pero lo tengo que destacar, ya que la mayor parte de la banda sonora se basa en un tema casi hipnótico.
¿Da la talla como adaptación?
L: Tower of God tiene muy buena música, no seré yo quien lo niegue. El estilo tan especial de Kevin Penkin le queda genial a un anime con una ambientación tan extraña. Algunos de los temas que se escuchan a lo largo de la serie son capaces de mejorar escenas que por sí solas se quedaban algo sosas. Es una buena banda sonora, aunque habría brillado más en una serie con un poco más de fuerza.
Echando la vista atrás me doy cuenta de que he puesto la serie a caer de un burro y tampoco es que me desagrade. No es un anime excepcional, pero se deja ver. Es entretenido, curioso por su mundo y sus elementos originales, y con algunos personajes bastante interesantes. Mi problema con él es que me ha resultado decepcionante como adaptación. No soy un gran fan de esta obra, pero sí de los manhwa en general y me habría gustado que hubiese salido algo mejor del anime. Potencial tenía.
Mi recomendación para los aficionados es la siguiente: Si has visto Tower of God y te ha gustado, te aconsejo que leas el manhwa, porque encontrarás un montón de detalles jugosos que no se vieron reflejados en el anime. Si no te ha gustado, igualmente te recomiendo que le eches un ojo, porque tal vez cambies de opinión con respecto a la historia.
La historia detrás de la Torre
A: Tower of God es para mí un soplo de aire fresco. El género de fantasía empezaba a necesitar algo más que el mismo anime de fantasía medieval que hemos visto mil y una veces por temporada. Nos ha ofrecido una historia interesante, que aunque caiga de vez en cuando en cliffhangers, no era algo pesado porque lo que te estaban contando era mínimamente interesante.
Como adaptación no sé si es del todo buena. Ya lo he mencionado antes, de la obra original solo me he leído el discurso de Rak, y he visto una comparación del diseño de los personajes del manhwa y del anime. Así que no os puedo decir si funciona como adaptación o no. Pero sí os puedo comentar cómo funciona como anime.
Sus personajes son interesantes y atractivos, además de una banda sonora que atrapa. Pero la serie carece de fuerza en los momentos más cruciales, no por culpa de la animación, que cumple, pero hay algo que falta en esos momentos clave. Que aun así merece mucho la pena por la historia que hay detrás de la Torre.
- Corrección: Guillermo Ruiz