Mañana llega a nuestras pantallas el erizo más famoso del mundo del videojuego. Nosotros ya hemos visto Sonic: la película y en esta entrada os contamos qué nos ha parecido.
Sonic: la película, mejor de lo esperado
Da igual cuan ñoñas sean las moralinas, el mensaje siempre merece la pena. Valores que se transmiten más allá de la gran pantalla y que los más pequeños son capaces de absorber como esponjas. Hoy es el turno de la amistad, de como ella nos hace mejores personas y como nos ayuda a complementarnos con los demás. Porque, en infinidad de ocasiones, son nuestros amigos las que soportan, con estoica fuerza, las consecuencias de nuestras tretas personales.
No vamos a engañarnos, Sonic: la película (Jeff Fowler, 2020) parecía destinada al fracaso. Y es que durante los primeros meses de 2019, en concreto cuando se lanzó el primer tráiler, el aluvión de críticas que recibió por el aspecto de su protagonista parecían condenarla al descalabro más sonado.
Sin embargo, Paramount se puso manos a la obra para mejorar la imagen del personaje, para acercarlo más a su homólogo (y original) alter ego gamer. Con el paso del tiempo el hate se ha ido calmando y, mañana mismo, la cinta llegará a las salas de todo el país. Y, queridos amigos, es mejor de lo que su largo historial parecía presagiar.
Un buen pasatiempo familiar
No os llevéis a equívocos, Sonic: la película no es un mal film, sólo que hay que tener muy presente el target al que se dirige. Todo y que el rediseño agradará a los más fans de los videojuegos, ésta es una cinta para disfrutar en familia, sobretodo con los pequeños de la casa.
Porque su humor es extremadamente bonachón, pero también lo suficientemente acertado para que los adultos puedan disfrutarlo. Más allá de eso, nos topamos con una aventura con moralina (tan blanca que podría ser de Disney) que pasa como un tiro durante sus apretadísimos 99 minutos. Hay bromas, escenas de acción y momentos tiernos que se entrelazan para crear un producto que, si bien no sobresale, sí supera con creces lo que podría esperarse de él.
A su vez, parece claro que Fowler ha dado bastante libertad a sus intérpretes para que hagan lo que buenamente quieran. Así es como nos topamos con un Jim Carrey tremendamente sobreactuado, tanto como efectivo es su personaje. Su Doctor Robotnik es un auténtico triunfo de lo excéntrico que se perfila como un faro que va guiando la película. Frente a él, el erizo animado pero también un James Marsden bastante correcto y con momentos en que su relación con Sonic deja escenas realmente resultonas -hay una pelea de bar que me ha recordado sobremanera a las míticas escenas de Quicksilver en las últimas películas de X-Men-.
Veredicto
Sonic: la película se sobrepone al criticismo inicial y logra postularse como una cinta que aprueba con solvencia. Una aventura familiar muy disfrutable con un descerebrado Jim Carrey que apunta a más en su (posible) secuela.
