Hoy os traemos la reseña del tomo 2 de Sweetness & Lightning —Amaama to Inazuma (甘々と稲妻) en su idioma original—, un manga cómico sobre la vida diaria de un padre, su hija y una estudiante de instituto. Se encuentra terminada con 12 tomos recopilatorios, aunque en España desde el pasado septiembre podemos disfrutar y conseguir el primero de ellos. Fue adaptado al anime en el año 2016 y sus 12 episodios están disponibles legal y gratuitamente en Crunchyroll. Podéis leer la reseña del primer número aquí.
Sinopsis
¡Se ha dado un fenómeno extraño en la mesa del hogar de los Inudzuka! Tsumugi siempre devoraba cualquier cosa con ganas, pero resulta que odia los pimientos verdes y su padre quiere conseguir que se coma las verduras sin poner pegas…
Inudzuka y Kotori se han devanado los sesos para idear un gratinado, pero ¿qué resultados dará este plato? ¿¡Dirá Tsumugi que está rico con una sonrisa en la cara!?
Nuevos problemas
En este nuevo tomo nuestros protagonistas se enfrentan a varias problemáticas, entre las que me gustaría destacar el descubrimiento de una comida que a Tsumugi no le gusta. Nada más y nada menos que el pimiento. Tsumugi, al igual que Shin-chan y millones de niños, no lo soporta, por lo que su padre y Kotori intentan superar la crisis. Me parece uno de los momentos más interesantes de lo que llevamos de historia, ya que me parece bastante realista. Lo realmente raro era ver a una niña comer de todo y con tantas ganas. Además, la forma de atajar el problema resulta en una receta muy sencilla y, aunque no logra su cometido del todo, deja unos momentos encantadores durante el proceso.
A esto le sumamos otra serie de momentos donde queda claro que no lo tienen tan fácil. Un momento especialmente emotivo es el comienzo de un capítulo donde Inudzuka va a la clase de Tsumugi. En esta visita, ve que todos los niños llevan un bolso a clase nuevo y hecho a mano por sus madres. Tsumugi aún tiene la antigua bolsa que le hizo la suya, por lo que Inudzuka se siente culpable, a pesar del apoyo de las demás madres.
Nuevos personajes
En mi anterior reseña comenté la aparición de algunos personajes secundarios, pero sin ningún peso en la trama. En este segundo tomo de la obra sí que podemos disfrutar de interacciones más profundas con ellos. Por un lado, tenemos a Yagi, un amigo de juventud de Inudzuka. Es un hombre serio pero se preocupa por ellos y en ocasiones cuida de Tsumugi. Además demuestra experiencia en la cocina, lo cual le da puntos de madurito sexi.
Por otro lado, conocemos en más profundidad a Shinobu, la amiga del instituto de Kotori. Es una joven con mucha energía y que rápidamente se une a una buena fiesta con comida deliciosa. Se hace amiga de Tsumugi nada más verla e intenta ayudar a nuestro trío protagonista en sus aventuras culinarias. Se da cuenta de los sentimientos de Kotori por el profesor, así que la apoya ya que ve que su amiga es feliz cuando está con él y con Tsumugi.
Vayamos a otro festival
Nuestros protagonistas van creciendo a medida que pasan los capítulos, y con ellos los lazos que los unen. En este tomo vemos cómo claramente el profesor aprecia a Kotori, ya que la considera de gran ayuda y se lo pasan genial juntos. Tsumugi, también está creciendo rápido y en este número vemos lo extrovertida que es tanto con adultos como con niños de su edad. Ya comienza a tener gustos con la comida, pudiendo elegir lo que le gusta de lo que no, como en el caso anteriormente mencionado de los pimientos. Se ríe mucho y se lo pasa genial, quiere mucho a su padre y le gusta pasar tiempo con él y con Kotori. Por último, vemos cómo Kotori claramente siente algo por el profesor, se pone triste cuando ya no pasan las veladas a solas y quiere mucho a la niña.
Además, la presencia de estos nuevos personajes enriquece mucho la obra. Aportan nuevas posibilidades gracias a sus personalidades bastante distintas a las del trío protagonista. Y eso se nota mucho en la trama. Con su presencia se abren muchas puertas para la comedia e incluso para el drama. Gracias a esto, me parece que se puede seguir disfrutando de la historia, a pesar de seguir repitiendo la misma fórmula que en el tomo anterior.
Conclusiones
Sweetness & Lightning sigue jugando muy bien sus cartas. No es pretencioso y los personajes son muy humanos y divertidos. Me gustaría destacar que en este número también seguimos contando con mi idea favorita del primero: las recetas al final de cada capítulo. El arte sigue siendo pobre en cuanto a fondos, pero los personajes tienen unas expresiones faciales fascinantes y sorprendentemente muy poco repetitivas. Gido Amagakure sabe darle un toque especial a cada emoción.
- Corrección: Guillermo Ruiz
