Jeph Loeb nos regaló tiempo atrás las que, para muchos, son algunas de las mejores historias de Batman. Hablamos, como no podía ser de otra forma, de Batman: el largo Halloween y Batman: Victoria Oscura. Por aquel entonces ya era uno de los guionistas más destacados del panorama internacional. No era el único, ya que otros grandes guionistas y artistas comenzaban a surgir en detrimento de la vieja guardia. Ahora ellos son esos creadores del pasado, aunque si hay uno que destaca es Jim Lee. Es muy posible que os suene, ya que citar todos sus trabajos como artista exigiría un artículo para él solo.
Batman: Silencio
Pues bien, de su unión —junto al grandísimo Scott Williams en el entintado— nació Batman: Silencio, un arco narrativo publicado de forma mensual entre 2002 y 2003. Contó, por cierto, con Alex Sinclair en el coloreado; no sería justo olvidarnos de él. Sea como fuere, el tebeo logró causar gran sensación en el público gracias a su nuevo villano: Silencio, un hombre oculto entre las sombras que le buscó las cosquillas al murciélago usando sus defectos, debilidades, manías y rutinas contra él. Aparte, trató con especial delicadeza la relación entre Batman y Catwoman, una de las favoritas del público.
Cabría preguntarse el porqué de aquesta nuestra reseña. A fin de cuentas, se publicó hace casi veinte años. La respuesta es sencilla: ECC ha publicado una excelsa recopilación bajo el amparo de la colección Batman Legends. No es la única, peroi si la más reciente, ya que se publicó hace tan solo un mes al momento de descibir estas líneras. Nuestra opinión sobre la calidad del producto en términos de impresión viene a recoger el buen trabajo de la editorial durante los últimos años. Siendo prolijo, los materiales, la maquetación, la traducción, etc. es muy buena.
P.D. El libro ha sido lanzado al mercado en formato cartoné. Se compone de 320 páginas a todo color e incluye material adicional en forma de esbozos y portadas.
Sinopsis
Gotham City se ha visto infectada por una epidemia criminal y todos los enemigos de Batman han salido a la luz con tal de sumir su vida en el caos más absoluto. Pero ellos ni siquiera sospechan que son meros peones del maligno Silencio y de su elaborado juego de venganza contra Bruce Wayne. Forzado más allá del límite, el Hombre Murciélago necesitará algo más que las habilidades del mejor detective del mundo para descubrir la verdadera identidad de este misterioso genio de la estrategia antes de que sea demasiado tarde.
¡Obra de tres grandes del cómic —el guionista Jeph Loeb (Batman: El largo Halloween, Batman: Victoria oscura), el dibujante Jim Lee (Liga de la Justicia, Escuadrón Suicida) y el entintador Scott Williams (All-Star Batman y Robin, Superman)—, este inolvidable relato presenta el caso más personal del Cruzado de la Capa hasta la fecha! Aquí se recopilan los números del 608 al 619 de Batman, un interludio de Silencio publicado en el número 0 de Wizard.
La introspección del Caballero Oscuro
De buenas a primeras, Batman: Silencio se presenta como una historia típica del Caballero de la Noche. No obstante, más pronto que tarde nos recuerda las bondades del genio creativo de Jeph Loeb a través de la psicología de sus personajes. Más concretamente, del propio Batman, quien se convierte en una suerte de narrador protagonista. Siendo este uno de los principales focos de interés del cómic, seremos capaces de percibir al hombre murciélago como pocas veces hemos hecho. Así pues, Batman irá revelando sus interioridades mientras la narración sigue su curso, los cuales se manifiestan mediante recuadros de diálogo con forma de pensamiento.
Poco a poco el héroe muestra parte de las palabras, emociones y reacciones que esconde detrás de su antifaz. Es más, es capaz de generar un fuerte sentimiento de empatía a través de sus reflexiones. En ese sentido, tienen muchísimo impacto sus interacciones con Catwoman, quien se convierte en su amante y refugio durante gran parte del tebeo. Su relación con la otrora ladrona muestra el lado oculto de Batman, quien —por primera vez en mucho tiempo— busca y quiere confiar en alguien más de una forma distinta. De la misma forma, el autor realiza un trabajo de introspección increíble sobre él héroe y sus relaciones con el resto de sus allegados.
Entiéndase, por tanto, que Barbara Gordon, Alfred o Nightwind (entre otros) cobran especial relevancia a lo largo y ancho del tebeo. Esta es, sin duda, una de sus grandes fortalezas. Sin embargo, estamos ante un guion algo diferente que se muestra demasiado errático por momentos. Si bien es cierto que se sustenta gracias al increíble trabajo de Jim Lee y Scott Williams (dibujo y entintado, respectivamente) muestra flaquezas muy obvias. Véase, pues, la falta de una mayor solidez narrativa al interconectar episodios autoconclusivos protagonizados por muy diferentes villanos. La trama, durante todo momento, se sustenta en un nuevo enemigo llamado Silencio.
Un repaso al elenco de villanos clásicos
Este, lejos de enfrentarse directamente a Batman, logra trabajar codo con codo —con una serie de argumentos bastante flojos— junto a un gran elenco de villanos a los que engaña o convence. Habría estado bien citarlos uno a uno, pero lo cierto es que su relevancia (más allá de Joker, siempre presente) es más bien nimia. El único factor interesante es que, de una forma u otra, se han actualizado para ponerle las cosas más difíciles a Batman. En cualquier caso, choca, ya que uno es incapaz de imaginar a alguien capaz de engatusar a Hiedra Venenosa, Harley Quinn, Joker, Killer Croc y Enigma, por ejemplo, al mismo tiempo.
Silencio es, por tanto, un cómic que, lejos de guiarse por la continuidad de los eventos, destaca en momentos puntuales. Eso sí, nuestro querido antihéroe vive grandes diálogos y escenas de acción por doquier; la tensión y el impacto de no pocas escenas es digno de grandes elogios, aunque vuelve a ser —en gran medida— gracias al acabado artístico. Así pies, Loeb define su historieta como una serie de golpes de efecto con el gravamen de una escasa solidez narrativa. Contra todo pronóstico, esto termina convirtiéndose en una especie de virtud, ya que agiliza y dinamiza la lectura. Al final, Loeb y Jim nos regalan una galería de grandes escenas.
Podría decirse que, sin ser un defecto crítico, Batman: Silencio se construye como una gran obra gracias al encuentro de sus responsables creativos. Es más, sin la habilidad al pincel de Jim y Scott no habría sido lo mismo. Se aprecia la calidad de Leph, aunque no alcanza la madurez de obras pasadas tales como Batman: el largo Halloween o Batman: Victoria Oscura. Para bien, supone un soplo de aire fresco gracias a la forma tan peculiar en la que erige su obra. Tiene, como viene siendo habitual, grandes virtudes y defectos no tan graves. Sale, indudablemente, ganando.
La evolución de Batman… y Bruce Wayne
Véase, por ejemplo, la descripción de los personajes. Dejando a un lado a Batman y Bruce Wayne, por una parte, y a Catwoman y Silencio por otra (son los grandes protagonistas), Loeb no se detiene demasiado en analizar a los demás. Desdibuja, pues, la personalidad del resto de integrantes del universo Batman (con cameos de Superman y Lois Lane a la cabeza). Es decir, reduce su importancia para elevar a un nuevo nivel a los demás. Todo se reduce, al final, al enfrentamiento entre Batman y Silencio, quien usa su pasado y sus defectos contra él, y a la relación entre Batman/Bruce Wayne y Catwoman/Selina Kyle.
No se me mal entienda, ya que no es una historia de amor, sino la evolución —podría decirse que natural— de ambos personajes. Sorpresas aparte, la trama detectivesca bebe de los precursores del género, al igual que la acción. Tendremos de ambas en grandes dosis junto a otras tantas escenas de violencia, reflexión y duda. Batman, en más de una ocasión, se acerca al lado oscuro de Gotham; procura no convertirse en aquello que prometió destruir sabiendo que se ha acercado peligrosamente al extremo.
Reseña de Batman: Silencio | Conclusiones
Podríamos concluir con que Batman: Silencio es un cómic muy notable que, pese a sus evidentes carencias narrativas (falta de solidez) despunta en otras tantas, ya sea en el grandilocuente y cuasi perfecto arte de Jim Lee o el entintado de Scott Williams pasando por la reconstrucción psicológica de nuestros protagonistas. Es, en cierto modo, una estupenda lectura que contentará a los fanes más acérrimos del Caballero de la Noche al recoger, de una forma u otra, gran parte de su pasado en un único volumen recopilatorio. Aparte, la trama es ligera y muy fácil de seguir. También incluye escenas con muchísimo impacto y grandes diálogos. En resumidas cuentas, un tebeo algo irregular que, de una forma u otra, nos ha terminado conquistando.