Es temporada de premios. Con los Oscars a una semana de distancia y con las principales favoritas llegando a nuestras salas, es tiempo de disfrutar del cine más laureado por la crítica. Hoy os hablamos de Otra ronda, que compite en las categorías de mejor película en habla no inglesa y mejor dirección.
Otra ronda, existencialismo en clave etílica
Decía Kierkegaard que la vida del ser humano está plagada de ansiedad y desesperanza. Que para ser felices debemos tomar consciencia de nuestra falibilidad y así mejorar nuestra actitud con aquellos que nos rodean. Supongo que viendo las crisis en la mediana edad, el miedo al fracaso y tantas otras problemáticas, razón no le faltaba al filósofo danés.
Otra ronda (Thomas Vinterberg, 2021) es en parte eso, un manifiesto existencialista donde sus protagonistas comprueban en sus propias carnes las maneras en que se pueden afrontar las desgracias de la vida; a golpe de alcohol o con la propia aceptación de ese dolor subyacente a ciertas decisiones. Una tragicomedia que no alecciona -de hecho, su mensaje puede malinterpretarse con facilidad- pero que sí invita a la reflexión tras su visionado.
Es así como Vinterberg nos propone acompañar a cuatro profesores en plena crisis de los cuarenta que, amparados por la filosofía de Finn Skårderud, deciden empezar a beber para compensar el supuesto déficit del 0,05% de alcohol en sangre que podría bloquear la mejor versión de ellos mismos. Un viaje por etapas que esconde situaciones cómicas y otras que no lo son tanto en una cinta cuyo discurso existencialista se sitúa en el centro de la función.
Una de las grandes imprescindibles del año
Otra ronda es una borrachera de emociones, desde la alegría y la embriaguez de las primeras copas hasta el bajón y la desdicha del fin de fiesta. Vinterberg construye una propuesta con un ritmo envidiable desde los compases introductorios, hasta el apoteósico -a la par que catártico- final.
Cabe destacar también la efectividad y variedad de las situaciones que plantea, propias de cualquier comedia europea pero engrandecidas aquí por diversos factores: la manera de tratarlas, el corazón que se desprende de ellas y, por supuesto, la pericia de sus actores. Cuatro intérpretes liderados por un Mads Mikkelsen inconmensurable.
Y es que Thomas Bo Larsen, Magnus Millang, Lars Ranthe y Mads Mikkelsen realizan un trabajo fabuloso. Una labor que les valió la concha de plata en San Sebastián -a los cuatro- y que engrandece el conjunto hasta cotas insospechadas. Literalmente, los cuatro dan una lección de vida.
Veredicto
Con tan pocos estrenos y la dudosa calidad de ciertos lanzamientos en vídeo bajo demanda, es una alegría toparse con películas como esta. Otra ronda es un cóctel de emociones que funciona desde el primer minuto, cavilando sobre sus inquietudes y apoyada por unos intérpretes absolutamente impecables. Una oda a la vida tan real como imprescindible con una secuencia final que, desde ya, es historia del cine.
What a life, What a night.
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