
Dani de la Orden estrenó nuevo trabajo el pasado viernes. Nosotros ya hemos visto Hasta que la boda nos separe (2020) y en esta entrada os damos más detalles.
Hasta que la boda nos separe; una agradable comedia romántica
La gente cada vez se casa menos; no es una conjetura, es un hecho. Puede que ya no se estimen ciertas tradiciones que se practicaban antaño, o más bien se está acentuando la falta de compromiso. Las parejas van y vienen, conviven mientras el amor dura y se reemplazan cuando éste se acaba; un proceso que se produce, en muchas ocasiones, con demasiada asiduidad.
Que a Dani de la Orden se le da bien la comedia no es noticia sin embargo, sí lo fue el inesperado éxito de El mejor verano de mi vida (2018). Una propuesta «buenrollera» que apostaba por narrar las penurias de un padre y un hijo en sus vacaciones estivales, algo bastante alejado del tono mostrado en sus disfrutables Barcelona nit d’estiu (2013) y Barcelona nit d’hivern (2015). Un camino que ha decidido recuperar con su nueva película.
Porque Hasta que la boda nos separe (Dani de la Orden, 2020) sigue la estela marcada (punto por punto) por los esquemas clásicos que el propio de la Orden ya utilizó y que cualquier comedia romántica debería contener: una sucesión de (planificadas) casualidades que permiten que chico conozca a chica. Un esquema típico que, si bien no innova, sí que ofrece suficientes argumentos como para que el espectador pase un rato divertido.
Situaciones previsibles, resultados similares
Es así como nos topamos ante un film que no teme repetir la fórmula tradicional, sino más bien replicarla con soltura para obtener los resultados esperables: carcajadas y sonrisas por parte del respetable. Una premisa poco original pero que funciona a las mil maravillas.
Y es que tras un arranque transgresor -tratando de distanciarse de sus homólogas hollywoodienses- con un desmesurado pero tremendamente desternillante Ernesto Sevilla, la cinta lo apuesta todo al romance de su terna protagonista y la sucesión de situaciones en la que al menos dos de ellos están implicados. Así es como se construye un relato cuya máxima es apoyarse en su humor liviano para entretener a un público que es capaz de advertir el desenlace mucho antes de que este llegue.
Del lado interpretativo, nos encontramos ante una tripleta que se siente muy a gusto con el género; Belén Cuesta, Álex García y Silvia Alonso. Cuesta y García muestran una química impresionante y el personaje de Alonso, aunque un peldaño por debajo, también funciona bastante bien. Cierran algunas caras conocidas como las de Adrián Lastra, Mariam Hernández y Leo Harlem.
Veredicto
Siguiendo las líneas establecidas por el género, Hasta que la boda nos separe se postula como una comedia romántica perfecta para pasar un buen rato en una sala de cine. Puede que no invente la rueda, pero está claro que su público objetivo sabrá valorarla.