
¡Goku y Vegeta vuelven a unirse!
El episodio 122 dejó las expectativas bastante altas —al menos en lo técnico— sobre el final de este arco de Dragon Ball Super. El combate final del Torneo de Poder está siendo, en líneas generales, satisfactorio. Este nuevo episodio es ejemplo de ello, aunque no lo ha sido del mismo modo que el capítulo anterior. Me explico: la semana pasada la series nos ofreció un episodio con una calidad animada muy alta. De hecho, muchos llegaron a decir que parecía una película de la saga, más que un episodio más de la serie. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de este nuevo capítulo.
La caída del príncipe Saiyan: inicio del combate estratégico
Este episodio 123 nos deja con un Vegeta derrotado. Recordemos que la semana pasada Vegeta se enfretó a Jiren y lo dio todo con un Final Flash que, finalmente, apenas dañó al poderoso guerrero del universo 11. Sin embargo, no todo está perdido. Esta derrota supone solo el comienzo de un combate más… estratégico. La caída de Vegeta propocia que Goku se prepare para combatir, una vez más, con Jiren.
Aunque el anterior combate es, digamos, el central, el episodio 123 también nos regala momentos de combates que se suceden simultáneamente. Al igual que ocurrió la semana pasada, vemos cómo Freezer se enfrenta a Dispo y cómo el emperador del mal hace gala de su fuerza y orgullo. Por otro lado, nos encontramos a A-17 y Gohan que intentan compenetrarse para echar de la arena a Toppo. Ambos realizan una sencilla táctica para despitar a Toppo y obligarlo a salir para que quede eliminado. El ataque, sin embargo, se queda en un intento. No obstante, el adelanto del próximo episodio nos hace ver que esta batalla será el centro de su argumento, por lo que es más que probable que el enfrentamiento llegue a su fin la semana que viene.
Volvamos con Goku y Jiren. Este episodio 123 nos ha mostrado un Goku que, aunque visualmente ha dejado que desear, ha demostrado mayor determinación y análisis que en capítulos anteriores. Goku deja trampas en el terreno y utiliza algunas de sus técnicas para acorralar a Jiren y atacarle en sus puntos débiles. Nos encontramos, como ya se dijo anteriormente, ante un enfrentamiento más estratégico y no simplemente «brutal»; es decir, un combate más alejado del puro artificio. Estas maniobras dan tiempo a Vegeta a recuperarse y unirse a Kakarot en el momento álgido del episodio.
Nuevo poder
Cuando ambos Saiyan se unen se concentran al máximo para mostrar todo —o casi todo— su poder. Goku despierta el Kaio-ken del Super Saiyan Blue y Vegeta da la sorpresa con una transformación nueva. El príncipe Saiyan recuerda a los caídos del universo 6 —en especial a Cabba debido a la promesa que le hizo— y despierta un nuevo poder, que visualmente recuerda al Migatte no Gokui o Ultra Instinto, aunque de momento poco más sabemos de este nuevo estado. Ambos se preparan para el combate y, efectivamente, ven una oportunidad de igualar a Jiren.
Vegeta vuelve a ganar protagonismo y, más importante, desarrollo. Su personaje sigue siendo egoísta y ambicioso, pero descubre que, a la hora de la verdad, en solitario se queda a medio gas. Con el apoyo de su compañero —Goku— y el recuerdo de alguien apreciado —Cabba—, su poder aumenta y consigue superarse a sí mismo. Así, los guerreros más fuertes del universo 7 se unen en un combate que, seguramente, dé mucho de qué hablar. Por desgracia, el episodio acaba con el inicio del que seguramente sea uno de los combates más épicos de la season finale.
Conclusiones
Este episodio 123 ha sido, en resumidas cuentas, un episodio correcto con sabor agridulce. Nos ha mostrado combates más tácticos y momentos épicos y emocionantes. Sin embargo, la calidad en la animación ha sido considerablemente inferior al capítulo anterior. La serie, como señalaba en el análisis de la semana pasada, presenta muchos altibajos en este aspecto. Y parece que difícilmente vaya a cambiar. El estudio Toei Animation no se encuentra, actualmente, en su mejor momento. Efectivamente, el mastodonte de la animación ya no es lo que era, y eso ha pasado factura en más de una ocasión a la serie.
Aunque no hay que ser pesimistas. Dragon Ball Super se encuentra en un momento ciertamente consistente. Está regalando momentos que muchos fans esperan: combates épicos, transformaciones nuevas, buena animación —aunque no sea precisamente en este episodio—. Y, además, sus episodios dejan con ganas de más. Personalmente, quien escribe estas líneas desea saber cómo será el final del arco.