Análisis de Soulstice | Un hack and slash de la vieja escuela en pleno siglo 2022

¡Aquí está nuestro análisis de Soulstice, todo un hack and slash al más puro estilo vieja escuela! Una grata sorpresa y mucho más.

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Tiempo ha, el género del hack and slash tenía una identidad muy clara. Inclusive, tuvo varios nombres propios: Devil May Cry, God of War y Bayonetta son algunos de ellos. Poco a poco, evolucionó. Con su gran personalidad, instauró un pequeño reino de acción que acabó germinando en otras variantes. Se sumergió en el género souls y tuvo un apasionado romance con el RPG. Así con muchos.

Poco a poco, dejó a un lado su esencia para convertirse algo diferente. En muchos casos, en algo mejor, pues el pasado no siempre tiene la razón. Unos pocos se mantuvieron fieles a su esencia, mientras que otros tantos abrazaron gustosos dicho cambio. Hoy día recordamos a muchos de ellos con cariño: Lollipop Chainsaw, Ninja Gaiden, Dante’s Inferno

No obstante, si nos entretenemos con los orígenes y la evolución del género, podríamos pasar horas hablando y esa no es nuestra intención. Hoy queremos hablaros, precisamente, de un juego que, lejos de abrazar el cambio, ha querido rendir un sentido homenaje al hack and slash más puro y tradicional. Esto nos ha hecho felices. Sí, el análisis de Soulstice nos ha hecho felices.

P.D. Por si os interesa, disponéis de edición en formato físico para PS5 y Xbox Series X|S a través de Tesura Games.

Análisis de Soulstice | Old School en toda su esencia

Más concretamente, quien nos ha hecho felices es Reply Games Studios. Junto con Modus Games nos han traído Soulstice, un endemoniado hack and slash que bebe directamente de los precursores del género. Oscuro, directo, frenético y violento, muy violento. Así se presenta este particular juego que rinde homenaje a otros grandes clásicos. Salvando las distancias, recuerda a Ninja Gaiden y Devil May Cry… en el buen sentido.

No exento de errores, recoge el testigo y le agrega su propia personalidad. Lo hace a través de sus dos protagonistas, Briar y Lute, una pareja de hermanas que pertenecen a la Orden del Filo Cinéreo. La primera es una guerrera Quimera, mientras que la segunda permanece en el mundo de los vivos como un alma atada al cuerpo de su propia hermana.

Siniestro y sentimental, desde el primer momento nos dice muy claramente que nos vamos a encontrar: destrucción y oscuridad. A fin de cuentas, el mundo está atrapado en un ciclo eterno en el que la tierra de los vivos y el hogar de los muertos están en contacto a través del Velo.

Un mundo corrupto y un ejercito de «caballeros» para liberarlo

Análisis de Soulstice
Análisis de Soulstice | El combate nos dejará grandes secuencias de acción y violencia

Tiempo atrás, tres seres —hoy endiosados— protegieron al mundo del caos, pero no pudieron destruirlo, así que lo sellaron. Y utilizando el poder de este mismo caos acabaron creando la vida humana, pero también crearon la muerte. Así comenzó el ciclo. Junto con él nació la orden a la que pertenecen Briar y Lute, siendo esta la responsable de proteger al mundo de la destrucción y el caos.

Este concepto, inicialmente muy complejo, es explicado con mucha soltura gracias a una introducción inicial muy bien maquetada y a unas protagonistas novatas. En efecto, lejos de recurrir al chiste fácil de la amnesia, nos presentan a un duo de protagonistas —muy carismáticas, todo sea dicho— que se enfrentan a su primera misión. Repudiadas por el resto de sus compañeros, querrán acallar todos los rumores tras de sí a golpe de espada.

Y es que, en un giro para nada —véase la ironía— inesperado, Briar es diferente a los demás: está corrupta. Debido a esto es más sensible al caos, lo que le da ciertas… cualidades. Todavía no lo sabemos, pero lo descubriremos mientras nos construimos como Quimeras. ¿Y qué son las Quimeras? Pues una serie de caballeros que luchan junto con el alma de un ser querido para evitar que el caos se propague.

El caos y la destrucción asolan el mundo

Análisis de Soulstice
Análisis de Soulstice | La cámara, un apartado en el que falla, nos dejará grandes planos, pero en otros tantos hará más mal que bien

Todo empezará en la ciudad de Ilden, un antiguo bastión humano que ha sido asolado por un cataclismo. Por culpa de este, toda clase de criaturas, espíritus y demonios han atravesado el Velo y llegado al mundo humano, así que nos tocará destrozarlos con pura violencia. Poco a poco iremos descubriendo que no todo se resuelve con odio, pero casi, y es que aquí las cosas son muy directas.

La narrativa es trepidante y muy rápida, tanto para lo bueno como para lo malo. Como hack and slash esto le sienta muy bien, ya que lo que queremos es ir a saco y destrozar cuantas más cabezas, mejor. Por desgracia, esto impide que el lore se desarrolle correctamente y que ciertos diálogos se sientan demasiado encorsetados. De una u otra manera, Soulstice supera la papeleta y presenta una historia muy decente con algún que otro giro de guion, pero relativamente predecible.

Sin grandes alardes narrativos, termina dejándose llevar por la visceralidad de su gameplay y no aprovecha del todo su buena premisa. Así pues, ciertas explicaciones se quedan un poco en el aire, teniendo que rellenar huecos argumentales nosotros mismos. Interesante y atractiva, se pierde a sí misma en la vorágine de sopapos que nos ofrece.

Análisis de Soulstice | El argumento cumple sin más, pero el combate enamora

Análisis de Soulstice
Análisis de Soulstice | El juego se divide en un sistema de capítulos con valoración según el rendimiento

Consecuentemente, podemos decir que el argumento cumple, pero no enamora, y avanza sin más. Destacan, como ya hemos dicho, sus dos protagonistas, las cuales no solo demuestran un gran carisma, sino una gran sinergia tanto en su relación como en el combate. Y es que, por supuesto, toda la chicha de Soulstice recae en la espectacularidad de sus batallas a muerte.

Mientras avanzamos por un sistema de capítulos al más puro estilo DMC y atravesamos un sistema de mapeados más bien lineal y sencillo (con cierto toque plataformero), nos liaremos a hostias con decenas de enemigos. He ahí el quid de la cuestión: desatar la violencia que azora nuestro corazón sin ninguna clase de remordimiento.

Cuando nos sumerjamos en Soulstice nos encontraremos con un juego que ofrece dos tipos de ataques: básico y poderoso. De buenas a primeras solo dispondremos de dos armas, pero poco a poco iremos adquiriendo otras tantas que no solo nos permitirán hacer combinaciones entre ellas, sino que nos darán nuevas posibilidades. Véase, por ejemplo, el combate a distancia.

Un sistema de capítulos que recuerda a DMC y Bayonetta

Análisis de Soulstice
Análisis de Soulstice | En todos los niveles habrá una suerte de portales que nos transportarán al velo, lugar en el que podremos completar niveles secundarios y opcionales

En consecuencia, hablamos de un juego que bebe directamente del ya mencionado Devil May Cry, aunque con una protagonista mucho más sobria. De esta manera, Briar irá reventando a todo enemigo habido y por haber con armas como una espada que se transforma en mazo o unos guanteletes pesados muy, muy molones. Esto es algo que, sin más, nos ha encantado, ya que no solo es frenético, sino que además funciona muy bien.

No obstante, si nos quedásemos ahí, pues sería un hack and slash más. Donde Soulstice verdaderamente lo rompe es en el sistema de combate combinado. Desde el comienzo, Briar es el músculo, pero Lute también tiene mucho qué decir. Tanto es así que tendrá sus propias mecánicas, pudiendo usar sus poderes espirituales para apoyar a su hermana en combate.

De esta manera, la unión entre hermanas y el uso del concepto de alma no solo se queda en un apartado narrativo, sino que tiene implicaciones en combate. Tanto es así que Lute es indispensable. Para empezar, porque no tenemos guardia (sí esquiva), sino una suerte de parry con un margen de tiempo bastante amplio.

¿Y cómo funciona? Cuando un enemigo nos va a atacar, se activa una especie de reacción instantánea en la que tenemos que pulsar un botón (en Play, el círculo). Al hacerlo se producen diversos efectos, desde ralentizar el tiempo del enemigo que está atacando hasta desviar proyectiles, pasando por ataques a distancia y combinaciones.

Análisis de Soulstice | Bebe de los clásicos, pero también tiene sus particularidades

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Análisis de Soulstice | Los campos de energía, además de servir para golpear a ciertos enemigos, desbloquean plataformas especiales, entre otras cosas

Este pequeño detalle es algo que nos ha encantado, pues le da mucha personalidad al juego, pero no se queda ahí la cosa. Habrá ciertos enemigos que se definan como espectros, mientras que otros tantos son posesiones. Para luchar contra ellos tendremos que activar una especie de campo de energía que nos permitirá golpearlos. En caso contrario, serán inmunes a nuestros ataques, y solo Lute puede hacer esto.

Lo interesante es que estos campos tienen tiempo limitado. Además, también tienen funciones plataformeras, pues nos permiten destruir elementos que de otra forma no podemos tocar, usar plataformas espirituales a las que tendremos acceso al usar un tipo de energía u otra… Sin duda, es una mecánica muy interesante que, combinado con el concepto básico del hack and slash, termina funcionando muy bien.

A esto también tenemos que sumarle el hecho de que, cuando peleamos, podremos ir rellenando una especie de medidor de unidad que simboliza la sinergia entre ambas hermanas. Cuando lo rellenamos, mediante combos, podremos acabar ejecutando un ataque especial en mitad del combate.

Con estilo; no es un SSS, pero…

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Análisis de Soulstice | Lute nos apoyará en combate, golpeando a los enemigos o utilizando sus poderes para detener ataques

Esto también está relacionado con las puntuaciones. Al igual que en Devil May Cry y Bayonetta, aquí tendremos un sistema de puntuación que medirá nuestro estilo en combate. Mediante este no solo se invita a la rejugabilidad (cada misión tiene su propio rango y puntuación), sino que podremos aumentar nuestro rendimiento. A fin de cuentas, además de recoger recursos en el escenario, podemos obtener esencias si rendimos a buen nivel.

Mediante las esencias podremos ir desbloqueando nuevos combos, aunque hay algo muy interesante: a Briar la mejoramos con esencias rojas, mientras que a Lute la potenciamos con las azules. Así pues, disponemos de dos árboles de habilidades diferentes que emplean recursos diferentes. Esto es algo que también nos ha gustado mucho, pues le da un toquecito de interés extra.

Por desgracia, parte de esta diversión se desdibuja ante lo planos que son los escenarios y ante la escueta —desde nuestra perspectiva— variedad de enemigos. Aunque hay tipos muy diferentes, en general todos beben de los mismos organigramas. Tanto es así que cuando llevas varias jugando, aunque encuentras variaciones, sienten que son un poco lo mismo de siempre.

Buen diseño con una cámara errática

Tampoco podemos decir que el apartado gráfico sea el mejor del mundo. Si bien es cierto que la dirección artística destila mucha personalidad, el aire demoníaco nos recuerda demasiado a DMC. Salvando las distancias, a veces se pasan con el homenaje. Es más, hasta el modo furia que podemos desbloquear en combate nos recuerda al Devil Trigger de Dante.

Es por esto mismo que le bajamos varios puntitos a un juego que, aun con todo, ha quedado bastante redondo. De haber manejado algo mejor el ritmo narrativo y haber potenciado un poquito más el apartado gráfico, estaríamos hablando de una de las grandes sorpresas del año. Se ha quedado al borde, pero el regusto que deja es muy, muy positivo.

Lo que no nos ha gustado tanto es la cámara, pues nos juega muy malas pasadas. Han intentado ser originales, pero se han pasado, provocando que a veces dificulte, inclusive, la jugabilidad. Esto es algo que tienen que mejorar. El juego te exige paciencia tanto por esto como por otros detalles. Sobre todo porque es muy lineal en la construcción de escenarios y diseños.

Análisis de Soulstice | Conclusiones

En su conjunto, podemos decir que tanto la cámara como el diseño de los escenarios le hacen un flaco favor al combate y a las plataformas, pero sin llegar a estropear la experiencia. En líneas generales, todo funciona bastante bien y la armonía entre componentes es potente. Se deja llegar demasiado por el espíritu clásico, pero también se atreve a innovar.

Siendo sinceros, estamos siendo muy estrictos teniendo en cuenta el tamaño del estudio, pero les pedimos más porque hemos visto el enorme potencial que tienen. Sea como fuere, al final nos hemos quedado muy a gusto con la experiencia. Sin duda, un título que recomendaríamos a casi cualquier amante de los hack and slash.

  • La personalidad y el carisma de Briar y Lute.
  • La premisa.
  • La jugabilidad es tremendamente divertida. Es un gran hack and slash.
  • La atmósfera.
  • El sistema de «parrys» de Lute y la mecánica espiritual.
  • El argumento es algo flojito.
  • La cámara da algunos problemas.
  • A veces se inspira demasiado en DMC.

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