Análisis de ‘Kitaria Fables’

Os traemos nuestro análisis de Kitaria Fables, un juego de acción y aventuras encantador protagonizado por animales antropomórficos.

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Gatos. Hay quienes dicen que son los verdaderos amos del mundo. O que disfrutan del sufrimiento ajeno; son niños chicos que se divierten destrozando nuestras posesiones más valiosas. Ariscos. Independientes. Altaneros. Póngale usted el nombre que prefiera, pero la realidad es clara: la gente los adora. Bien sea por el brillo de sus ojos, su porte al caminar o su aire descarado, llevan años haciendo de Internet su hogar; los likes, cuan moneda virtual indescifrable, se cuentan por miles cuando hay un vídeo protagonizado por gatitos.

No resulta raro, pues, que Kitaria Fables se convirtiese en el centro de atención durante una buena parte del verano. Twin Hearts, en una jugada muy inteligente, decidió convertirlos en su gancho; el marketing estaba servido. En la que decía ser una aventura de lo más variada (acción y aventura en tiempo real, gestión de recursos, granjas y rol), reclamó su porción de mercado gracias a sus muy simpáticos protagonistas. No obstante, hay quien dice que, «quien mucho abarca poco aprieta». Este ha sido uno de esos casos.

Distribuido en España por Meridiem GamesKitaria Fables prometía el oro y el moro. No podemos decir que haya insatisfecho nuestras expectativas, pero… Bueno, estamos adelantando acontecimientos. Empecemos por el principio.

El auge de los gatitos

Análisis de Kitaria Fables | El juego ofrece una opción multijugador local que, si bien no es una locura, tiene su punto
Análisis de Kitaria Fables | El juego ofrece una opción multijugador local por si queremos jugar con alguien más.

Miaurgan von Whiskers es un intrépido soldado de la capital Imperial que ha sido destinado a Pueblo Patitas para velar por el bienestar de sus habitantes. Tiempo atrás, el alcalde —una cabra muy apaña’— solicitó ayuda para sobrellevar el azote de los monstruos, y es ahí donde entramos nosotros. Nada más empezar una suerte de narrador omnisciente nos cuenta que, tiempo atrás, un desastre asoló el mundo. Los monstruos, libres de cualquier tipo de cadena o restricción, hicieron del mundo su nido… hasta que una serie de héroes surgieron de entre las sombras para rechazar las fuerzas del mal.

Desde aquellos tiempos se ha vivido con relativa paz, pero las cosas han vuelto a cambiar. Los monstruos, una vez más, han comenzado a salir de sus guaridas para gobernar los campos y caminos. Las gentes del lugar, sin ninguna clase de instrucción, son incapaces de luchar contra ellos, así que dependen del Imperio. Sin duda, la premisa es bastante original si tenemos en cuenta que la editora PQube habló, en sus notas de prensa y tráileres, de un farming simulator de acción y aventura. Os hago un adelanto: no vais a tocar la granja.

Sea como fuere, empecé muy motivado gracias a la que podía ser una de las historias más interesantes del género en los últimos años. No por nada, casi cualquier simulador de granja se limita a un joven que acaba de llegar a un pequeño pueblo a través de la herencia de un familiar fallecido… y ya. Kitaria Fables apuesta muy fuerte por la historia con un guion que, si bien no deja de ser bastante sencillo, tiene carisma. La narrativa es muy ligera y la acción va directa al grano, lo cual nos permite disfrutar de un guion bastante fresco.

Mi mejor amiga es una hortaliza parlante

Análisis de Kitaria Fables | Imagen de uno de nuestros vecinos y su hogar en el pueblo

Y es que, de una u otra forma, Kitaria Fables no quiere marear demasiado la perdiz. El argumento se desarrolla de forma relativamente rápida. Por ejemplo, en las tres primeras horas de juego entendemos que los monstruos están descontrolados, que el Imperio esconde muchos secretos bastante oscuros, que nuestro tío era un mago, que nosotros hemos heredado su don y que el Imperio —oh, sorpresa— detesta a los hechiceros. En cuestión de muy poco tiempo entendemos que hay más de un misterio por ahí, escondido, y que los buenos no son los buenos.

Por si fuera poco, estaremos siempre acompañados por una ¿hortaliza? muy desenfadada. Su función, además de servir de recurso cómico, es explicarnos todo. ¿Qué sucede cuando la historia trae un concepto demasiado complejo o aborda temas que desconocemos? Pues que nuestra compañera de viaje, emulando las viejas herramientas de la animación nipona, nos «recuerda» el cómo, el qué o el porqué a través de un escueto diálogo. Narrativamente hablando es el recurso fácil, pero en este caso funciona.

¿Por qué? Porque tampoco es que queramos que el juego nos vuelve la cabeza con grandes cuadros de texto, libros y pergaminos con información y otros elementos más roleros de los cuales, seguro, habréis sabido en otras tantas ocasiones. Así pues, sin ser perfecto, Kitaria Fables domina bien el tempo y ofrece un buen ritmo. Carece de grandes giros de guion y sorprende más bien poco, pero tiene el encanto suficiente como para generar cierta curiosidad en los jugadores. Más que nada porque es muy ameno, siendo esta una de sus principales virtudes.

Una granja como complemento

Análisis de Kitaria Fables | La granja es bastante pequeña y funciona como complemento más que otra cosa
Análisis de Kitaria Fables | La granja es bastante pequeña y funciona como complemento más que otra cosa

Siendo sincero, era el apartado que más me llamaba la atención. Bien es sabido por mis amigos y habituales que soy un loco de los simuladores de granja y variantes. Cuando le eché un vistazo a Kitaria Fables quería que formase parte de esa colección, pero ha resultado ser todo lo contrario. Una vez superamos los primeros días de juego el alcalde nos explica que, en efecto, nuestro hogar es una antigua granja. Es más, nuestro tío fue el mejor granjero del lugar, lo cual nos deja en una situación bastante peculiar. ¿Cuál es el problema? Que es un espejismo. No es un farming simulator, sino una parcela de tierra donde podemos cultivar algunas frutas y hortalizas para cumplir misiones u obtener ingredientes.

A nuestra disposición tendremos las herramientas clásicas con un sistema de atajos errático. En lugar de un listado de opciones, tenemos que elegir nosotros los botones rápidos que usaremos para seleccionar una u otra herramienta. Los podremos cambiar por comida u otros objetos, lo cual parece práctico, pero termina siendo un engorro; el menú, aunque está bien planteado y ordenado, terminará siendo nuestro peor enemigo. Nos tocará, una y otra vez, cambiar el utensilio de turno para amoldarnos a la situación. Por si fuera poco, el inventario es bastante escueto, lo cual se convierte en un verdadero problema si tenemos en cuenta que —en realidad— Kitaria Fables no es un simulador de granja, sino un juego de aventuras.

No podremos realizar grandes cambios en nuestro hogar ni pasarnos horas diseñando nuestro campo de cultivo. No hay cálculos en la rentabilidad, variedad de cosechas ni espacio para seguir creciendo. Es una pequeña granja de pueblo que hace las veces de refugio cuando queremos descansar, guardar la partida y recuperar fuerzas. O cambiar de aspecto, cosa que también podremos hacer a medida que progresemos durante nuestra aventura. ¿Esto quiere decir que es un mal juego? No. Simplemente que si lo que buscas es un farming simulator puro y duro Kitaria Fables no es la opción ideal. Funciona, más que otra cosa, como un complemento circunstancial.

Una buena aventura de acción gatuna

Análisis de Kitaria Fables | Tendremos una espada y un arco y podremos ir comprando nuevos modelos

Donde Kitaria Fables sí destaca es en la variable acción y aventura. Empecemos, pues, por el principio. Nuestro objetivo es ir cumpliendo misiones tanto secundarias como principales. Por norma general estas nos llevan del punto A (el pueblo) al punto B con, a veces, alguna que otra parada entre medias. Durante el proceso iremos recorriendo el mapa, el cual se divide en secciones conectadas las unas con las otras a través de diferentes rutas. No todas están unidades, por lo que a veces habrá que recorrer varios niveles para llegar al deseado. Durante el camino nos iremos encontramos enemigos, a los cuales tendremos que derrotar o evitar mientras viajamos.

Mientras todo esto va teniendo lugar pasa el tiempo, pues aquí no hay —a diferencia de un simulador de granaja— energía. Así pues, nuestro límite está marcado por las manecillas del reloj. Cuando anochezca tocará volver a casa. Así una y otra vez. Sencillo, ¿verdad? Bueno, durante esta exploración podremos ir consiguiendo recursos ya sea a través de las misiones, los combates o crafteando materiales del escenario. Para eso tenemos las herramientas, como el pico o la pala. También habrá cofres con recompensas, aunque para algunos necesitaremos llaves especiales.

Hasta ahí todo bien, ¿cierto? Es sencillo, y he ahí la gracia. Como detalle, y es un aspecto que creemos que afecta de forma ligeramente negativa al gameplay, es que no tenemos minimapa. Tenemos un mapamundi general, pero las indicaciones que ofrece son nimias. Es difícil perderse, pero ante la ausencia de mayores referencias es bastante fácil desviarse del camino y tener que modificar la ruta perdiendo, así, algo de ese tiempo «límite» del que disponemos. La exploración ofrece poquito más, pero en líneas generales es entretenida y gratificante, sobre todo por sus bonitos escenarios. ¿Lo malo? Que con el paso del tiempo terminaremos recorriendo una y otra vez los mismos lares; es algo repetitivo.

Magia y espada

Análisis de Kitaria Fables | Habrá enemigos de todos los tamaños y con algunos ataques diferentes
Análisis de Kitaria Fables | Habrá enemigos de todos los tamaños y con algunos ataques diferentes

El combate, por su parte, se resume de manera bastante sencilla. Tenemos un solo ataque cuerpo a cuerpo y hasta tres hechizos elementales diferentes. Cada uno tendrá su propio botón de acción y su coldown. Menos el ataque. Este lo podemos spammear. Los enemigos, por su parte, tendrán sus propias mecánicas, pero son muy, muy, muy simples. No hay ningún monstruo que te sorprenda con ataques demasiado originales o sistemas de combate enrevesados. Simple y llanamente agitan la extremidad o arma de turno en un rango predeterminado que podemos evitar si usamos bien la esquiva.

Es simple. Muchísimo. Kitaria Fables no intenta innovar y va al grano. Esto, por un lado, ofrece una experiencia bastante pobre en lo que se refiere al gameplay; no aporta nada nuevo ni nos impone sensación de crecimiento. Apenas se molesta en refinar sus mecánicas y en ofrecer algo verdaderamente llamativo. Por el lado contrario, si lo que buscáis es algo sencillo, en eso destaca muy bien. Ofrece poco, pero ese poco está bien planteado. Es, como se suele decir, una de cal y una de arena. Me repito: abarca mucho pero aprieta poco.

Sucede lo mismo con los jefes finales, quienes —más allá de una o dos mecánicas concretas— no tienen nada demasiado de especial. Podría deciros que el mayor defecto de Kitaria es que termina siendo repetitivo ante la ausencia de un mayor nivel de desafío, ataques más variados o enemigos que nos hagan pensar que, en efecto, cada criatura es diferente y única. No sucede así. El modelado es diferente y los movimientos presentas algunas distinciones, mas son todos un poquito lo mismo.

Miauntástico

Análisis de Kitaria Fables | En las tiendas podremos encontrar un poco de todo

No quiero marcharme sin hablaros de el aspecto que más me ha gustado de Kitaria Fables: su apartado gráfico. Porque es bonito. Muy bonito. De principio a fin, ya sea mediante la escenografía, el diseño de los personajes o la apariencia de los monstruos, Kitaria Fables es adorable. Su paleta de colores, rica y variada, es el vivo ejemplo de la palabra «dulce». Sin resultar empalagoso, encanta al espectador con un diseño realmente agradable a la vista. Apto para los más peques de la casa, también lo tiene todo para encandilar a cualquier adulto. Y es que aunque nos zambullamos de lleno en el combate o la magia, todo seguirá siendo —siempre— hermoso. Es ahí donde más destaca.

Lo hace a través de un esquema en 3D con perspectiva isométrica con un buen juego de luces y sombras. Es simple y no hace grandes alardes. Sin más, funciona muy bien. Es como atravesar un cuento infantil, con algo de magia y aventura, o revisar nuestras películas favoritas de la infancia. En ello interviene la banda sonora; no destaca, pero acompaña bastante bien. No podemos mucho más de ella, pues tampoco es que nos haya causado especial fascinación. Sobre el rendimiento, siendo este uno de los puntos más importantes en consola, a mí me ha funcionado muy bien.

Lo he jugado en PlayStation 5y la tasa de frames por segundo (diría que está capada en 30) es bastante estable. Sin fallos ni grandes errores. Muy sólido.

Análisis de Kitaria Fables | Conclusiones

Análisis de Kitaria Fables | El diseño de los escenarios y la paleta de colores es muy bonita
Análisis de Kitaria Fables | El diseño de los escenarios y la paleta de colores es muy bonita

Kitaria Fables abarca demasiados géneros, pero no aprieta en ningún de ellos. Aun con todo, nos ha parecido una aventura interesante; sin llegar a ser la panacea, entretiene y divierte a partes iguales. Asimismo, su precio de salida (podéis encontrarlo a 15 o 20 euros en digital y a 35 en física) hace de esta una opción llamativa y peculiar para quien busque recrearse la vista con un apartado gráfico precioso y una banda sonora adorable. Eso sí, no es para quienes busquen una aventura demasiado épica ni un farming simulator esencialmente complejo. Eso sí, es entretenido y divertido. Directo. Sencillo. Sin grandes alardes. Un juego que no hará historia, pero con el que se pueden echar varias tardes perfectamente.

Análisis de Kitaria Fables. Clave de juego para PlayStation 5 cedida por Meridiem Games.

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