«Sentimental», review sin spoilers

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Cesc Gay vuelve a la carga con otra comedia picante con la que pasar un buen rato en una sala de cine. Nosotros ya hemos visto Sentimental (2020) y en esta entrada os dejamos nuestras impresiones.

Sentimental, como las buenas obras de teatro

El amor se puede vivir de muchas maneras. Antaño, la vergüenza o el convencionalismo social provocaban que ciertos temas fueran considerados tabú, algo totalmente distinto a lo que vivimos hoy. El sexo es sólo un tema más de conversación, uno que permite sacar a relucir aquello que, a veces, parece únicamente reservado para aquellos que lo comparten.

Debo reconocer que llegué tarde al cine de Cesc Gay. El cineasta catalán era un absoluto desconocido para mí hasta 2015, momento en que visioné la estupenda Truman. Desde entonces le ha dado tiempo ha rodar una serie de televisión, Félix (2018, Movistar+) y la cinta que hoy nos ocupa.

Sentimental es una comedia de personajes centrada en una cena entre vecinos que pronto deriva en terapia de parejas. Una cinta desternillante cuya mayor fortaleza es el buen hacer de sus intérpretes, y es que, como en las grandes obras de teatro, aquí no hay grandes secuencias ni consecuciones de escenas sin sentido. Aquí hay cuatro actores que se pasan los ajustadísimos 76 minutos de metraje conversando sobre temas peliagudos y disfrutando de su propia compañía.

Sentimental

Una comedia tronchante

Quizá el referente más cercano para hablar de Sentimental (Cesc Gay, 2020) sea, la también muy disfrutable, Perfectos desconocidos (Álex de la Iglesia, 2017) pero en petit comité. Una velada en la que cada nueva propuesta es más loca que la anterior y en que los malentendidos y las situaciones incomodas coquetean a cada momento.

Es así como los personajes se presentan ciertamente arquetípicos pero con el margen suficiente como para desarrollar sus inquietudes. Un póker de lujo formado por Javier Cámara, Alberto San Juan, Belén Cuesta y Griselda Siciliani que ofrece al espectador momentos divertidísimos.

De hecho, es en la acidez de los diálogos y en la retórica de los protagonistas donde Sentimental se siente cómoda. Una velada tan hilarante que incluso deja con ganas de más -supongo que la duración fue una elección basada puramente en lo que se quería contar y no tanto en cómo lo hacía-.

Veredicto

Si normalmente el cine suele ser una válvula de escape, en los tiempos que corren lo es todavía más. Sentimental es una película perfecta para pasar un buen rato y reírse con los «temas peliagudos» que trata. Una propuesta divertidísima que de bien seguro no defraudará a quien busque una buena comedia.

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