Sombras sobre Shimanani #1 #2
Cuando, meses atrás, Tomodomo anunció esta licencia no cabía en mí de gozo. Ya había oído hablar de ella y, después de investigar, descubrí que se trataba de una obra que, sorpresa, relata la vida de personajes del colectivo LGTB+ sin prejuicios ni estereotipos absurdos. Así, tal como suena. Su concepción, por desgracia, es incluso a día de hoy necesario. No obstante, lo verdaderamente impresionante no es el tema que trata, ni sus mensajes reivindicativos —que también—; es que, sencillamente, es una grandísima obra. Y en estas líneas pretendo explicar por qué.
Sinopsis
Tasuku acaba de mudarse a Onomichi, una pintoresca ciudad cercana a Hiroshima. Todo va bien hasta que sus compañeros de clase descubren porno gay en su móvil y empiezan a burlarse de él. Desesperado, decide suicidarse antes de que el acoso le haga la vida imposible.
Sin embargo, justo cuando se dispone a arrojarse desde una colina, contempla cómo una misteriosa mujer salta y desaparece antes de sumirse en el precipicio. El rastro de aquella presencia fantasmal, que responde al nombre de Nadie, lo conduce a un particular local llamado El Consultorio. Allí conocerá a Haruko Daichi, una joven lesbiana que se ha trasladado a Onomichi para vivir con su pareja, además de otros personajes con los que Tasuku intuye que tiene algo en común. Ellos, junto con la enigmática Nadie, le harán plantearse si no es preferible vivir desafiando los estándares a aceptar una muerte en vida.
Edición y traducción
La edición, como es costumbre en las licencias de Tomodomo, es casi perfecta. Nos encontramos una edición simple, pero adecuada. La impresión en el papel es nítida y las páginas a color están tratadas con mimo y cariño. Las cubiertas y sobrecubiertas me han parecido bastante características: le dan un color y una personalidad muy especial, alejada de cualquier manga similar.
Asimismo, hay que destacar la traducción de Ana María Caro, que se adapta perfectamente al lenguaje coloquial y a los diferentes registros de los personajes: la verborrea de Misora, la corrección de Chaiko, el misterio tras las palabras de Nadie… Incluso, me sorprendió muchísimo —y para bien— que entre jóvenes se usase una palabra como ‘troleo’.
Historia
La historia nos presente a Tasuku, un joven desgraciado por su condición homosexual. El manga abre con un intento de suicidio y una frase ciertamente impactante: «Creo que aquella tarde, cuando faltaban dos días para las vacaciones de verano, me morí». Sin embargo, justo antes de arrojarse por una colina, ve a una mujer lanzarse al vacío. Tasuku corre en su ayuda, y así llegará hasta un particular local llamado El Consultorio. Allí conocerá, además de la misteriosa Nadie, a otros personajes como Chaiko, Misora o Daichi, quienes cambiarán la forma de ver la vida de nuestro protagonista.
Mensajes positivos e inclusivos
Es posible que, después de leer el resumen de la historia o su punto de partida, dé la sensación de que nos encontramos ante una obra más. Un personaje gay, desgraciado, sin salida, apartado del mundo… La homosexualidad es tratada, casi siempre, desde el punto de vista más dramático: «nadie me acepta», «todos me odian», «me tienen asco». Esto también ocurre aquí; la diferencia reside en su mensaje, en lo que, a través del desarrollo de la historia y los personajes, intentan transmitir. Hay drama, por supuesto, pero no dramatismo. Tasuku se autoflagela, se hace daño, se rechaza, pero esa no es la solución. Esa no es la filosofía del Consultorio ni, por ende, de esta obra.
Lo verdaderamente interesante es que este manga afronta el dolor de pertenecer al colectivo LGTB+ desde la humanidad. Parece una afirmación pedante, pero no lo es. Creo que su enfoque es más complejo: ser gay, lesbiana, bisexual… en definitiva, salir del esquema predefinido de la sociedad es, incluso a día de hoy, un paso complicado. Pero, quien pertenece a él, no debe verse como una pobre víctima, sino como alguien que debe crecerse ante dicha adversidad. Una persona que debe encontrar su camino y a personas que lo acompañen y que verdaderamente le aporten el apoyo y la ayuda que necesita.
Personajes: más allá de una orientación
Uno de los grandes puntos a favor de esta obra son, sin duda, sus personajes. Cada uno nos muestra su percepción de la vida, con lo que, como lectores, aprendemos y conectamos con ellos con suma facilidad. El primer tomo, por ejemplo, se centra principalmente en Tasu, a través del cual conocemos al resto de personajes; en concreto, y siguiendo en el primer volumen, Daichi cobra especial importancia: ya que descubrimos su relación con otra chica y las dificultades familiares que tuvo que sufrir en el proceso. Asimismo, también profundizamos en nuestro protagonista: su relación con sus compañeros de clase, en casa… y por supuesto en El Consultorio.
El viaje de Tasu
Resulta muy interesante cómo, a lo largo del tomo 1, vivimos con intensidad el viaje de Tasu. Como de un intento de suicido pasa a reconocer, por primera vez, que es gay. Pero esa declaración no solo viene acompañada de palabras. Yūki Kamatani construye, muy inteligentemente, imágenes que funcionan como metáforas de los sentimientos. Además, el estilo de dibujo consigue transmitir tanto desde el plano más realista como desde el más onírico, otorgando a la obra un tono verdaderamente único.
El segundo tomo, por su parte, nos muestra el lado más vulnerable de Misora. Se trata de un chico que se traviste, y que, a pesar de su actitud directa, también se siente acomplejado. El protagonista, gracias a este, deconstruye su forma de ver a las personas travestidas: cree que Misora es gay por querer vestirse de mujer, ¿pero por qué necesariamente una mujer tiene que sentirse atraída por un hombre? Así, nos damos cuenta —incluyo también a lectores— de la cantidad de prejuicios con respecto a este tipo de colectivo minoritario.
Además, Misora no es solamente un chico que quiere vestir de mujer. Es mucho más. Es alguien con miedo, un bravucón con buen corazón y mucho orgullo. Su travestismo es parte de su ser, pero no es lo único que lo caracteriza. Porque un personaje LGTB+ no es solo su orientación. No es aquello que lo hace «diferente». Es eso, y todo lo demás, exactamente igual que cualquier otro personaje. Y en esa normalidad y esa aceptación natural radica lo especial de la obra.
En conclusión…
Sombras sobre Shimanami es un golpe sobre la mesa; un canto a la libertad, la aceptación y la diversidad. Sus personajes, imperfectos, se apoyan, ayudan y tropiezan entre ellos, como todo ser humano. La historia, que no hace alarde de grandes giros ni de historias enrevesadas, utiliza detalles cotidianos y reales para narrar un relato lleno de verdad, acompañado de un estilo de dibujo espectacular. Las composiciones de las imágenes son muy inteligentes y, a través de elementos más fantasiosos, consigue reflejar el estado de ánimo de los personajes de una manera contundente y firme. ¿Que si merece la pena? Para mí, creo que está más que claro.
