Reseña de Wind Breaker n.º 1 y n.º 2

¡Empezamos fuerte con nuestra reseña de Wind Breaker y sus dos primeros volúmenes! ¿Cómo arranca esta historia de pandillas y redención?

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Es lógico que cuando un género estalla, el mundo se vuelva ‘loco’ y pida más, más y más. Ya lo vimos con el isekai, variante que hoy día sigue predominando en el mercado con puño de hierro en guante de seda. Ya lo vivimos con la era dorada de los mecha e, inclusive, con las historias violentas y con una tendencia más bien oscurantista. Con eso en mente, era lógico que también sucediese con las pandillas. De eso y mucho más os queremos hablar, precisamente, en nuestra reseña de Wind Breaker.

Licenciada por Distrito Manga, esta particular obra de peleas callejeras ha llegado a nuestras estanterías con sus dos primeros volúmenes. Publicados al mismo tiempo, nos presentan una singular trama en donde una banda callejera se dedica a defender a los miembros de su querido barrio. Enmarcados en un contexto cuando menos singular, transforma a estos jóvenes en el último escudo de la sociedad. ¿Y la policía o las fuerzas del orden? Ni se las ve ni se las espera.

Así pues, con tan particular dinámica, nos acordamos —inevitablemente— de Tokyo Revengers y el tópico del caballero ‘innoble’ entendiendo a este último como alguien en las calles y/o algo similar. Aquí lo enmarcaremos a través de Sakura, un joven al que la sociedad ha vilipendiado porque —de forma natural— tiene un aspecto cuestionable. Al menos desde los estándares de la sociedad japonesa, muy prejuiciosa con el color de pelo, entre otras cosas.

Sakura nació con heterocromía y el pelo con dos colores: blanco y negro. Solo por esto, aun cuando pretendía ayudar, el mundo decidió que era un criminal juvenil. Aislado por los demás, pronto desarrolló una serie de complejos muy concretos que le hicieron desconfiar del mundo. No obstante, todo empieza a cambiar cuando llega a su nuevo instituto y descubre que no todos son así…

Reseña de Wind Breaker: portadas, sinopsis y edición

El instituto Fûrin se ha granjeado la peor reputación entre los centros de la zona por tener la media más baja y los alumnos más rebeldes. Haruka Sakura es un joven recién llegado a la ciudad que quiere convertirse en el más fuerte del barrio y así proteger a todos aquellos que le importan. Para conseguir su propósito, lo primero que debe hacer es unirse a una pandilla llamada Wind Breaker, que representa a su instituto y cuyo objetivo es defender la ciudad del resto de bandas y maleantes. Sin embargo, ¡para que lo acepten deberá ganarse el respeto a puñetazos!

AutoríaSatoru Nii
Volúmenes2 (en publicación)
GéneroShônen, acción, comedia, vida escolar
N.º páginas192
Precio8,95 € por tomo
Lanzamiento16/03/2023

De buenas a primeras, como siempre, queremos empezar hablando de la edición. Y una vez más, lo haremos alabando el buen hacer editorial de Distrito Manga. Para sorpresa de nadie, su trabajo es casi incuestionable, ya que el producto se presenta casi sin fallas, tanto en la maquetación como la impresión o la traducción. De hecho, la única errata que nosotros hemos podido ‘encontrar’ ha sido la de algún borde que no se ajusta del todo al borde físico.

Por lo demás, podemos alabar la labor de, por ejemplo, Rubén Suárez Abadín, de Daruma, en cuestiones de adaptación idiomática. En general, ha logrado que el texto se sienta natural y orgánico, formalizando muy bien los modismos nipones a la lengua española. Sucede lo mismo con la maquetación, en esta ocasión, de Drac Studio también a través de Daruma. En ambos ámbitos los dos tomos cumplen con buena nota.

Un nuevo comienzo

Reseña de Wind Breaker
Reseña de Wind Breaker

Sabiendo esto, podemos hablar del manga con propiedad y recuperar el tema de los pandilleros nobles y la cuestión de la creciente popularidad de Tokyo Revengers. La obra de Ken Wakui se está convirtiendo en todo un referente, por lo que no resulta extraño que otros muchos autores hayan visto un gran potencial en ella. Sobre todo en los temas que trata, ya que no es una cuestión tan explorada como otros tantas.

Uno de los primeros que se ha atrevido a hacerlo con un éxito más notable es Satoru Nii, quien se aventura en este particular mundo desde de una perspectiva mucho más desenfadada. Así pues, la primera gran diferencia —y no los compararemos más, pues no es justo para ninguno— es la de presentar un mundo mucho menos oscurantista y catastrofista.

A fin de cuentas, en Wind Breaker los personajes son una parte muy importante de la sociedad. Tanto es así que son considerados como los héroes del barrio, el cual vivió tiempos muy siniestros debido a la presencia de malas gentes. No obstante, un día los miembros de un instituto al que solo iban «balas perdidas» deciden cambiar su dogma. ¿Cómo? Pues colgaron un cartel avisando a todo el mundo de que, quien causase problemas, se acabaría enfrentando a ellos.

Y aunque al principio hubo una oleada de violencia según se infiere, el tiempo acabó haciendo que el barrio se convirtiese en un lugar muy tranquilo. Sus habitantes, muy agradecidos, acogieron con los brazos abiertos a sus nuevos héroes, agradeciéndoles todos sus esfuerzos. Algo singular si tenemos en cuenta que personas adultas, hechas y derechas, confiaban la seguridad del lugar a jóvenes de instituto de no más de 16 años.

El noble caballero y el pandillero redentor como tópico bienaventurado

Reseña de Wind Breaker
Reseña de Wind Breaker

Esta es, seguramente, la parte que más nos flaquea, pues no parece lógico que una sociedad moderna delegue algo tan importante en chicos menores de edad. Esto va a más si recordamos que resuelven muchos problemas con violencia, aunque para ellos lo ideal sería que no fuese necesario. En ese contexto aparece Sakura, nuestro protagonista, un muchacho al que la sociedad dio de lado por su rara apariencia.

No obstante, no es un mal chico, sino todo lo contrario: brusco y obstinado, con un lenguaje más bien soez, demuestra tener un gran corazón; ayuda a los que necesita, aunque su personalidad es un tanto tsundere. Sea como fuere, el rechazo de la sociedad provocó que acabase adoptando determinaciones y objetivos cuestionables. ¿Cuáles? Pues ratificar su posición en el mundo mediante la violencia controlada.

Y hablamos de «controlada» porque Sakura nunca abusó del débil, sino que se limitó a luchar contra pandilleros y ‘malas gentes’ para demostrar su fuerza. La razón por la que se muda a este nuevo pueblo e instituto es porque pensaba que solo era un centro educativo en donde la ley del más fuerte lo era todo, mas pronto descubre que no es así. Este contraste, y la reacción del pueblo cuando se enfrenta a unos maleantes, es opuesta a lo que espera.

La gente le agradece que les defienda y entienden que no es mala persona. Esto golpea muy fuerte a Sakura, quien, aunque nunca deja de pensar en luchar contra sus propios compañeros para demostrar su fortaleza, ve que hay vida más allá y que no todo el mundo es igual; aunque sigue desconfiando de la gente, por primera vez en mucho siente la calidez del mundo. Eso le puede, ya que —a fin de cuentas— sigue siendo un niño.

Una historia con potencial que tiene que seguir creciendo

Reseña de Wind Breaker
Reseña de Wind Breaker

De esta manera, y en cierto modo, nos acabamos encontrando con una suerte de historia de redención personal en donde un muchacho venido a menos por culpa de los estigmas de la sociedad se encuentra con un mundo amable y una comunidad que le acepta tal y como es. Aparte, conoce a nuevos compañeros con los cuales, sin darse cuenta, empieza a conectar de manera muy rápida. Ese deje de lobo solitario prontamente se empieza a transformar en compañerismo y curiosidad.

Ahora bien, debemos decir que Satoru Nii se deja llevar demasiado con algunos diseños, presentando a jóvenes con parches y pendientes que parecen sacados de una novela pirata. Si bien es cierto que entendemos que las singularices del manga te obligan a crear personajes de este estilo para ganar en carisma, en algunos casos es algo exagerado. Sobre todo porque la mayoría de ellos son jóvenes muy normales, pero con rasgos concretos. Cuando uno se sale de esa norma, choca demasiado.

Por lo demás, podemos decir que el elenco inicial está bien construido y que presenta no pocos personajes que permiten adaptarte muy rápido a la trama y su narrativa. Esta, por cierto, es ligera y dinámica. No podemos esperar, al menos no de buenas a primeras, un manga esencialmente profundo, pero sí muy entretenido. Deja a un lado la complejidad de otros mangas para ofrecer algo que sea simple y llanamente divertido.

Eso lo consigue con bastante acierto, sacrificando, en el proceso, esa complejidad narrativa que a veces echamos en falta. Sucede algo parecido con el dibujo. Interesante y con fuerza, tiene mucha personalidad. Es mayormente bueno y tiene calidad tanto en el trazo como en las expresiones faciales y el movimiento. Es intenso, mas se nota que procede de un autor algo novel que tiene que seguir creciendo y mejorando. Tiene calidad y potencial, pero no podemos esperar que lo rompa.

  • Entretenido, divertido y dinámico.
  • Las peleas son muy visuales y el planteamiento inicial es llamativo.
  • Desarrolla bien los eventos iniciales y la narrativa está bien planteada.
  • El dibujo tiene potencial y los diseños, salvo alguno concreto, son buenos.
  • Se nota que es la obra de un autor menos experimentado; necesita seguir creciendo tanto en la trama como en el dibujo, pero tiene potencial.

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