¡Hola, muy buenas amantes del anime y el manga! Hoy quiero hablaros de Sword Art Online: Mother’s Rosario. La última adaptación manga del archiconocido trabajo de Reki Kawahara ha llegado a su final y en FreakEliteX no hemos querido dejar pasar la oportunidad de contaros nuestras sensaciones sobre este. ¿Qué podemos esperar del manga publicado por Planeta Cómic? En primer lugar, una obra traducida por Daruma en formato 12,8 x 18 cm. en blanco y negro con páginas a color. De presentación rústica sin solapas con sobrecubierta, la extensión de los tres tomos difiere: 162, 178 y 240 páginas, respectivamente.
Sword Art Online: Mother’s Rosario
Sinopsis
Ha pasado ya algún tiempo desde que se consiguiera resolver el caso de Death Gun y hace pocos días que la misión para conseguir la espada Excalibur alcanzó su final. Asuna y compañía se encuentran en su casa en ALO terminando los deberes de vacaciones cuando el nombre de alguien llamado «Zekken» aparece en la conversación.
Corre el rumor de que este jugador ofrece una OSS (original sword skill) de 11 golpes a aquel que consiga derrotarlo en duelo, pero, por lo que se cuenta, no hay ni un solo contendiente que lo haya logrado aún. Al saber que Lisbeth, Leafa y hasta el mismísimo Kirito lucharon contra Zekken y salieron derrotados de sus respectivos combates, Asuna, intrigada, decide ir a ver al misterioso personaje en la pequeña isla del piso 24 de la nueva Aincrad en la que, según dicen, se le suele encontrar…
Sword Art Online: Mother’s Rosario se centra en Asuna
Lejos del superfluo e hipotético protagonismo Asuna en tomos anteriores, nos encontraremos con una historia centrada en ella. Pero esta vez de verdad. Tras los eventos acaecidos en arcos anteriores, los amigos de Kirito y compañía se han reunido en ALO. Por fin han logrado alcanzar esa complicada paz que parecía no querer forma parte de sus vidas; son capaces de disfrutar del juego sin mayor temor que el de poner su orgullo en juego. El manga adquiere una tonalidad meliflua si la comparamos con sus antecesores, pues no existe verdadero riesgo en sus aventuras. En ese sentido, y aunque no me confieso fan de Tsubasa Hazuki y su dibujo, el arte acompaña perfectamente a un manga de gran calado sentimental.
Porque, en efecto, las cosas no son tan sencillas. La acción nos transporta a la vida diaria de Asuna, quien no lo tiene nada fácil en casa. Las experiencias vividas por la muchacha han carcomido su fuerza de voluntad. El apoyo de sus amigos más cercanos no es suficiente ante el acoso de su propia madre: la progenitora está en contra de su relación con Kirito —pese a no mencionarlo directamente— y a su gusto por los juegos de realidad virtual. La amenaza de cambiar de escuela, las constantes presiones y la situación en general la desbordan.
Sin embargo, termina conociendo a una excepcional espadachina que ha derrotado a un gran número de jugadores en duelo. Su encuentro lo cambiará todo. Asuna va a su encuentro. Tras su duelo recibe una petición: unirse a ella y su grupo para vencer al jefe del piso 27. ¿Lo complicado? Que será un grupo de solo siete personas. No quiero ahondar mucho más en la trama, pero esta es la premisa principal. Ocurrirán ciertas cosas y… Me ha gustado mucho el enfoque adoptado por Mother’s Rosario. Lejos del frenetismo de sagas anteriores, el manga nos ofrece la introspección de Asuna por y respecto a su vida.
Sentimientos a flor de piel
Lejos de la sempiterna acción de SAO, por fin somos capaces de respirar y absorber la belleza del mundo virtual. No hablo de grandes paisajes o escenas brutales, sino del porqué la gente sigue jugando pese a lo ocurrido en el pasado. Al tiempo, se nos ofrece algo más de contexto sobre la actualidad. No es tan fácil reincorporarse a la sociedad; algunos, inclusive, no lo consiguen del todo. Y es ahí donde se cimenta la figura de Asuna. La joven ejerce como intermediaria entre lector y SAO para revelarnos cómo están las cosas. Por desgracia, tal exploración carece de la profundidad necesaria dejándonos con ganas de un poco más. Pese a ello, el manga destaca por su gran calidad tanto a nivel de guion como de dibujo.
Porque, aun con todo, Mother’s Rosario es una de las historias más adultas de SAO. La violencia virtual ya no lo resuelve todo. La vida es dura y las consecuencias que algunos exjugadores están sufriendo son muy reales. Tan reales que hasta duelen. La situación no es fácil de asimilar e, inclusive, más de uno se mostrará inconforme. Pero así es la vida, y SAO ha sabido abandonar la fantasía y la ciencia ficción más errática para ofrecernos una dosis de realidad.
En resumidas cuentas, la ausencia de un papel protagónico de Kirito le ha sentado de maravilla a esta saga. Hemos podido descansar de su frenético intervencionismo y acción para especular con una trama más tranquila, pausada y realista. Por ende, creo que ha sido uno de mis arcos preferidos en lo relativo al mundo virtual. Aun con sus pegas y sus errores, debo confesar que el acabado final es muy notable.
Edición, dibujo y otros aspectos
No he querido dedicar un gran volumen en estas mis impresiones a tales apartados por no ofreceros un artículo demasiado denso. Empero, me veo en la obligación de realzar el siempre correcto papel de Daruma en la traducción. Como siempre —ya no resulta extraño— el nivel de adaptación a la lengua española es sobresaliente. El vocabulario es fácil de digerir y la lectura es sencilla a la par que rápida. En conclusión, un gran trabajo. Así sucede, igualmente, con la edición de Planeta. El acabado es muy limpio; los tres tomos gozan de una gran calidad.
Y en otro orden de cosas, es cierto, el dibujo no es santo de mi devoción. No obstante, también es cierto que encaja a las mil maravillas con el hilo argumental. La disonancia de dibujantes entre unas sagas y otras logra dotar de gran dinamismo a la obra al tiempo en que su personalidad crece. No es algo que me apasione, pues a veces se siente como una historia diferente, pero tiene sus puntos fuertes. En este caso, y sin olvidarnos de su gran hacer en los momentos de acción, logra realzar el aspecto más tierno y encantador de una obra que, en efecto, no es todo espadas y mandobles.
¿Conclusión final? Me ha gustado mucho. Lejos de los excesos de una adaptación anime que no me terminó de convencer —de hecho, en realidad, no me gusta— a partir de la segunda parte de la primera temporada, el manga es mucho más efectista. Su agilidad le permite subsanar los errores del anime ofreciéndonos, de este modo, una historia mucho más compacta, entretenida y mejor ejecutada.