Una de las novedades de Planeta Cómic más esperadas de febrero fue la novela de Blanca Mira Japón: De estudiante a mangaka. Esta es la primera novela ligera del universo Planeta Manga, aunque Blanca ya ha publicado anteriormente otras novelas suyas. Sin embargo, en esta ocasión os vamos a contar qué nos ha parecido esta primera novela de Planeta Manga basada en las experiencias de su autora.
Sinopsis
Emma, una chica de veintitrés años, deja todo atrás para mudarse a Japón y perseguir allí su sueño: publicar su propia obra en Mangasha, la editorial más importante de manga. En el País del Sol Naciente, conviviendo con una familia japonesa como una hija más y asistiendo a clases en una escuela internacional, descubrirá todo sobre Japón: su cultura, sus costumbres, su gastronomía, la belleza de sus paisajes y la amabilidad de sus gentes… pero también su lado más oscuro y sus diferencias culturales.
Visitará desde los lugares más emblemáticos, como Akihabara, Kamakura, Kioto, Nara…hasta las editoriales de manga más conocidas del país con tal de lograr su sueño.
Edición e ilustraciones
Esta novela de Planeta Manga tiene una edición en líneas generales bastante conseguida a lo que se considera una novela ligera. En primer lugar, una lectura rápida sin muchos artificios. Se emplea un vocabulario relativamente cercano que provoca que se lean las páginas de forma ágil, con sencillez en su estilo.
Por otra parte, la temática de la obra y su nicho son propios de estas novelas ligeras o también conocidas como ranobe. Esta obra está destinada principalmente a un público joven, más concretamente otaku. La mayoría de personajes principales son jóvenes, por lo que es evidente que su público conecta más con los mismos.
Por último y otro detalle que caracteriza a la obra por ser novela ligera son sus ilustraciones en su interior. Consta de 12 en total, dibujadas por Inma R., ya conocida en la revista Planeta Manga. Dos de ellas son a color y el resto en blanco y negro. El estilo de esta artista casa muy bien con la temática de la obra, por lo que la combinación de ambas autoras ha resultado un trabajo bastante equilibrado, tanto en guion como en dibujo. Además, algunas ilustraciones son explicativas con fotografías reales, y se acompañan de viñetas que dan información de ciertos lugares.
De España a Japón
Aunque esta obra está basada en las experiencias reales de su autora, Japón: De estudiante a mangaka no está protagonizada por ella, sino por Emma. Nuestra prota es una apasionada por escribir historias y crear personajes. Sin embargo, lo importante del asunto es que tiene un gran sueño: llegar a publicar sus historias en Mangasha, la editorial más importante de Japón. Para ello, dejará atrás su hogar en España y volará al País del Sol Naciente para estudiar el idioma y probar suerte con algunas editoriales interesadas en su historia.
Durante estos seis meses que le esperan, Emma vivirá experiencias inolvidables: conocer gente de otros países, enamorarse y hasta vivir situaciones de lo más dramáticas. Pasará por todo y más para cumplir su sueño.
La evolución de Emma
Emma comienza como una chica con muchas inseguridades y miedos. En un primer momento, ve que su sueño es una fantasía imposible de cumplir, e incluso no llegar a hablar de ello por la opinión que tenga el resto. Esto es algo que le supone un grado de ansiedad alto, por lo que decide acudir al psicólogo y priorizar su salud mental. Desde ese momento, comenzamos a ver una Emma mucho más decidida.
Comienza a dar clases de japonés y buscar una escuela en la que aprender el idioma en Japón, junto a una familia que la acogerá mientras ella estudia el idioma. Durante su estancia en Japón, se ven varios momentos complicados para Emma, interponiéndose miles de inconvenientes en su camino. Sin embargo, cada vez que se cierra una puerta, se abre una ventana, y aprovechará las buenas ocasiones que le dé la vida, por muy insignificantes que parezcan. Todo con el fin de que Emma consiga cumplir su sueño por muy complicado que le resulte.
[…] últimamente solo podía pensar que estaba viviendo un sueño hecho realidad. Un sueño en el que cada día se traducía en felicidad y nuevas experiencias, cada hora en ilusión y cada minuto en pura magia.
Otra cosa positiva del cambio de Emma a lo largo de la obra es que nuestra protagonista no es ni mucho menos perfecta. Se muestra inmadura en varias ocasiones, pero siempre aprende de ellas y asume las consecuencias de sus errores. He de reconocer que a veces me resultaba un poco cargante que no meditara las cosas más de dos veces, encontrándose así en algún lío que se veía venir. También sentía en ocasiones que sus aventuras me resultaban un poco lejanas a la realidad y que fuese todo especialmente casual, a veces un poco con un fin informativo sobre lo que es publicar o vivir en Japón. Aun así, es una protagonista que se va haciendo cada vez más fuerte pese a las duras críticas y rechazos que recibe.
Un viaje a través de sus páginas
Una de las maravillas de este libro es que resulta un viaje a Japón a través de los capítulos. Acompañamos a Emma por varios lugares turísticos, con una descripción detallada de lo que va visitando y las nuevas experiencias que vive. Por ejemplo, cuando recorre Akihabara con Yū, el viaje de fin de curso a Kioto o la escapada en Año Nuevo con su familia de acogida. En estos viajes, Blanca aprovecha para contarnos historia, leyendas e incluso alguna que otra curiosidad.
Hay una cosa que quiero destacar del libro y es que, aunque he comentado que es más para un público joven y otaku, está escrito para que pueda leerlo cualquiera. En la obra aparecen muchos términos o aspectos del país que para una persona metida en el mundillo pueden resultar reconocibles. Sin embargo, Blanca las explica de forma que Emma las escucha por primera vez en su vida. De ese modo, se busca una excusa muy buena para explicar algo con detalles en caso de que lo lea alguien que no sea otaku o que no esté familiarizado con la cultura japonesa.
Una obra llena de mensajes
Algo que está más que claro es la cantidad de mensajes que encontramos entre las páginas de esta obra. El más obvio, no parar hasta conseguir que tu sueño se cumpla, y con él, que todo se alcanza si se pone empeño y esfuerzo. Este concepto va ligado al lema «no rendirse nunca». Ya sea que se esté pasando una mala época o por muchas adversidades que haya en el camino, siempre hay que seguir adelante.
No obstante, hay otras moralejas que vemos en el libro. Por ejemplo, al principio Emma pensaba que ir al psicólogo era para gente con problemas. Es algo bastante común menospreciar la salud mental cuando no deja de ser algo que puede llegar a afectar bastante si no se trata. Todo su viaje comienza por ir a terapia, y muy probablemente no hubiese vivido estas experiencias si no hubiese tomado esa decisión.
Otro tema del que hemos hablado antes es el de apechugar con las malas decisiones. A lo largo del libro Emma se equivoca muchísimas veces, tomando decisiones erróneas. Sin embargo, las acaba reconociendo y superando, levantándose y empezando de cero.
Conclusiones
En general, Japón: De estudiante a mangaka ha sido una lectura más que aceptable. Le veo puntos negativos, y es que a veces me resultaba, como he dicho, un poco artificial, lo que me alejaba de pensar que fuese una historia 100 % realista. Incluso se podría decir que a veces peca de resultar intuitiva. Sin embargo, tiene otros muchos puntos positivos, como por ejemplo, una lectura agradable, que atrapa y unas ilustraciones maravillosas.
Lo más destacable del libro es sin duda su gran enseñanza, y eso lo consigue Blanca con creces. Es una historia de superación personal en la que si se quiere, se puede pensar que nada es imposible de lograr.
- Corrección: Guillermo Ruiz