Reseña manga: Tokyo Super Darling

Os contamos qué nos ha parecido el primer BL de la editorial Odaiba

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A principios del pasado verano, Odaiba Ediciones presentó su primer BL, Tokyo Super Darling, una obra de Aco Matsuyoshi. Cuando anunciaron este tomo único, llamó mucho la atención entre los lectores. Anteriormente, ya había leído otros BL, pero nunca antes uno dedicado especialmente a público adulto, siendo uno de los motivos por los que me animé a leerlo. Ahora bien, ¿merece la pena leer Tokyo Super Darling?

Sinopsis

Kazusa es un empleado de banco que, por razones del destino, acaba mudándose al campo. Se llevaba bien con sus vecinos y le había cogido el tranquillo a eso de trabajar en el campo, pero, entonces… ¡su joven vecino Shuhei le pilló en el punto álgido mientras veía porno fetichista!

A pesar de considerarse hetero, el fetichista de los culos Kazusa se siente atraído por Shuhei, quien nunca ha dado rienda suelta a sus sentimientos. ¡¿Cómo acabará esta historia?!

Edición

Odaiba nos trae una edición del tomo que me ha encantado. En primer lugar, el poder mantener la portada original ha sido un puntazo. La colocación de las letras y las distintas tipografías quedan genial en la composición de la portada, e incluso también es un acierto ver los caracteres originales en japonés.

Ligado a esto, cabe mencionar la paleta de colores utilizada. En la portada, la combinación blanco-amarillo-verde queda muy bien, ya que consigue ese toque rural característico de la historia. Donde no veo tanto acierto es en la parte posterior del tomo. El hecho de poner el fondo blanco con las letras amarillas dificulta un poco la lectura, aunque lo importante (la sinopsis), al estar puesto en verde, se ve perfectamente.

También cabe mencionar que el tomo viene con una postal dedicada por la autora. Odaiba es una editorial relativamente nueva, y se nota en esos detalles que se están esforzando al máximo por traernos ediciones cuidadas y con algún regalito dedicado a los fans.

Metiéndonos en el interior, la traducción es bastante acertada igualmente. Las partes de escenas sexuales no usan un vocabulario vulgar y desagradable, pero sí unas expresiones más subidas de tono que acompañan bien con la imagen. Algo negativo del interior diría que es que varios cuadros de texto tengan mucho hueco blanco, o que a veces no esté bien centrado el diálogo. Aun así, no deja de ser un detalle que dificulte la lectura en absoluto.

De la gran ciudad al campo

Tokyo Super Darling cuenta la historia de Kazusa tras mudarse al campo por cambio de destino en su empleo. Este joven es un chico que trabajaba en un banco y vivía en Tokio, aunque tenía la idea de que escapar de la gran ciudad iba a ser un error del que luego reconoce estar equivocado. Una de las primeras personas a las que conoce allí es a Shuhei, un chico muy alegre y carismático que le acompañará en las labores del campo. No solo con el chico, sino que consigue integrarse rápidamente con el resto del pueblo.

Sin embargo, al poco de conocerse, Shuhei pilla a Kazusa masturbándose viendo pornografía fetichista, ya que le encantan los culos. Tras esta situación, cabía esperar que la relación entre ambos pudiese enfriarse; sin embargo, hizo que la confianza entre los dos creciera y se hicieran más cercanos.

Salir del campo para sentirse libre

La autora de Tokyo Super Darling nos muestra a dos personajes principales bastante opuestos entre sí. Por un lado, Kazusa es un personaje al que se le nota mayor madurez, seriedad, pero al mismo tiempo es un seductor. Por otro, Shuhei, un chico de campo, extrovertido, pero que mantiene un secreto que teme ser revelado en el pueblo, y es que realmente le gustan los chicos.

Tras pasar tiempo juntos en el campo, empiezan a sentirse cómodos el uno con el otro. Es por ello que Shuhei le confiesa a Kazusa que es gay y que desearía ir a Tokio para dejar atrás el ambiente típico de pueblo y poder ser él mismo en un lugar más «abierto». Al vivir en un sitio en el que todo el mundo se conoce, teme que los vecinos puedan rechazarle por su orientación sexual.

Descubriendo a Kazusa

Tras abrirse Shuhei con Kazusa, este comienza a interesarse más y más por el chico de campo. Al principio se mostraba más bien atraído por las mujeres, pero, entre unas cosas y otras, acaba manteniendo relaciones con Shuhei. Reconozco que al principio me daba mala espina, ya que parecía que Kazusa sentía mera curiosidad e interés por experimentar cosas nuevas en lugar de estar realmente enamorado de él. Sin embargo, descubrimos que no es así, ya que luego se consolida una relación bonita y apasionada.

Mientras que para Shuhei esta relación le supone algo nuevo y en parte estresante por «el qué dirán» si les descubren, Kazusa lo toma con total naturalidad, pese a que a él antes no le gustaban los hombres. Este es uno de los aspectos que más me ha gustado de la psicología del personaje, es decir, no ir de típico heterazo que se avergüenza por descubrir que le gustan los hombres.

BL de corte erótico

Como vemos en la parte posterior del tomo, la obra está dirigida para lectores adultos, ya que contiene escenas de sexo explícito y sin censura. Ahora bien, las escenas sexuales no están «porque sí», sino que están bien integradas en la historia y van de la mano con la evolución de la relación entre los personajes.

Algo positivo que destacar de este tema también es la naturalidad de la autora al mostrarlas. No pretende mostrar morbo sin sentido al lector, sino que muestra cómo disfrutan los personajes de sus relaciones y cómo avanzan también en ese apartado. No deja de ser algo natural y normal en una relación, por lo que no tiene sentido exagerar esas situaciones. Por ello, diría que es el aspecto más importante de la obra.

Conclusiones

En líneas generales, he descubierto en Tokyo Super Darling una obra de la que me esperaba algo negativo y tóxico. Sin embargo, nos cuenta una historia de una relación madura y realista. Por otra parte, también es una obra con mensaje social sobre los prejuicios. Es una historia que no deja de ser un romance entre dos chicos sin más complicaciones, que puede llegar a sacarte una sonrisa en algún momento cómico.

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