Ha comenzado la cuenta atrás: Shikimori es más que una cara bonita se acerca inexorablemente a su final y con la reseña del volumen n.º 15 nos quedamos a solo cinco tomos de su término… y parece que todo empezó ayer. Se me ha pasado el tiempo volando, especialmente con esta serie.
Creo que eso ya os podrá alertar de cuáles son mis sensaciones: estoy disfrutando mucho de su lectura. Es más, debo confesar que me apena, mas también lo considero necesario, pues se empieza a notar ligeramente el agotamiento narrativo tanto de la trama como de sus personajes.
A estas alturas de la película, abrir nuevas líneas argumentales no le sentaría bien, por lo que pienso que en realidad está bien medido. Esos cinco tomos son justo lo que necesitamos para alcanzar un buen final sin quedarnos con ganas de más, pero no sentir que se ha extendido más de lo necesario.

Al menos esa es la sensación que me genera ahora mismo. No obstante, viendo como están las cosas en este momento, tengo confianza plena en que los últimos arcos estarán a la altura de las expectativas y que Maki-sensei nos dejará con una conclusión a la altura de su manga.
De momento no ha fallado demasiado, puesto que la estructura de su obra ha mantenido un nivel bastante alto de principio a (casi) fin. Inclusive, estamos pudiendo cerrar algunos detalles del pasado de ciertos personajes que no viene mal conocer.
Reseña del manga Shikimori es más que una cara bonita n.º 15 | Portada, sinopsis y edición

Izumi, un chico cuya mala suerte casi podría considerarse sobrenatural, sigue saliendo con Shikimori, su dulce y encantadora compañera de clase. Parece que Shikimori ayudó a Hayase, la chica que tantos problemas le está dando, durante la secundaria. Ahora Hayase le ha pedido ayuda a Izumi y, juntos, idean un plan de reconciliación. ¡¿Conseguirá transmitirle a Shikimori sus verdaderos sentimientos?! ¡No te pierdas esta historia adorable a más no poder, llena de amor y de momentos supertiernos!
| Colección | Shikimori es más que una cara bonita vol. 15 de 20 |
| Autoría | Keigo Maki |
| Género | Comedia, romance, slice of life, vida escolar |
| Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
| Precio | 9,995 € |
| Tamaño y páginas | 13,1 cm x 18,1 con 144 páginas en b/n por volumen |
| Traducción | Eduardo Ozores Díez (Daruma) |
| Fecha de lanzamiento | 9 de octubre del 25 |
| Reseñas | Reseña de volúmenes anteriores |
Por ejemplo, con Ayase hemos descubierto un poco de dónde viene ese afán de Shikimori por ayudar a todo el mundo, siendo su encuentro uno de los motivos por los que empezó a actuar de ciertas maneras. Por supuesto, aquel encuentro no definió su personalidad, pero —o eso es lo que se entiende— sí que le ayudó a dar un pasito en la dirección que hoy día sigue.
Sea como fuere, debo confesar que la llegada de este personaje sí que ha sido un poco forzada y que su afán por darle las gracias a nuestra protagonista es bastante desmedido. Por mucho que la ayudase, parece un poco exagerado que diese tanto de sí y se la jugase a entrar a su instituto sin saber que estaría en él solo para darle las gracias.
Diría que es de lo que menos me ha convencido hasta la fecha, ya que tanto esto como el hecho de que ella y Hachimitsu se conociesen de antemano por pura casualidad y no lo supiesen es tirar demasiado de casuística para crear una nueva subtrama.
Un bonito romance de principio a fin

En cualquier caso, como no es demasiado extensa, tampoco es que sea algo especialmente problemático. Además, aunque tiene estos problemas, se sigue disfrutando igual, ya que el núcleo de la historia (la relación entre Shikimori e Izumi) nos sigue dejando grandes momentos.
Es más, ya hasta nos dejan entrever que ambos personajes están pensando seriamente en su futuro como pareja. Aunque lo dejan caer de refilón, el pensamiento de pasar toda su vida el uno al lado de la otra —y viceversa— ya está presente. A título personal, es algo que agradezco.
Y es que Shikimori es más que una cara bonita necesita más de estos momentos. Como pareja son una maravilla. Son graciosos, tiernos y tienen muchos grandes momentos. Sin embargo, a veces pecan de ser demasiado paroxistas con cuestiones como un simple beso o cogerse de las manos.
Llevan al extremo esa timidez propia del tebeo japonés, dejándonos —a veces— con ganas de un poquito más. Es por esto mismo que cuando nos dan una dentellada de una relación más adulta o confidente, se disfruta bastante. Espero que de aquí al final tengamos más cosas así, pues es algo que le hace falta.
Más allá de estos detalles, Shikimori sigue siendo un slice of life y una comedia romántica de buen nivel. El dibujo, el guion, los personajes, el ritmo… En líneas generales, el trabajo de Keigo Maki sigue dejando buenas sensaciones en todos esos aspectos.
Conclusiones

Llegados a este punto, como lectores ya sabemos a qué nos atenemos y qué nos vamos a encontrar. Este decimoquinto volumen no cambia demasiado eso, puesto que las impresiones siguen siendo las mismas de los últimos meses y años. Que conste: no es algo negativo, pues significa que está manteniendo el alto nivel de sus primeras entregas.
Como licencia es interesante, divertida y entretenida. Si no la conoces y gustas de este tipo de historias, te recomiendo encarecidamente que le eches un ojo, pues es realmente disfrutable. Es más, habiendo llegado ya a este punto, considero que merece bastante la pena si gustas de este tipo de historias.
La escritura se mantiene sólida y aunque no apuesta por dar grandes sorpresas o romperla con momentos especialmente grandilocuentes, la fórmula que aplica funciona. Su manera de narrar el día a día de sus protagonistas —desde la cotidianidad con ciertos dejes de hiperficción o momentos muy badass— da buenos resultados.


- Divertido y fácil de leer. La narrativa está progresando.
- Entretenido y simpático. Su concepto del amor es tierno y llamativo.
- Ignora los llamados «roles de género».
- Buena construcción de personajes principales.
- Los secundarios empiezan a dar más de sí mismos.
- Dibujo limpio, diseño adecuado y ritmo dinámico.

- Los fondos no están demasiado trabajados.
- A veces le cuesta pisar el acelerador.