¡Continuamos allá donde lo dejamos en el tomo número 95! Regresamos junto a la tripulación pirata más famosa del país del Sol Naciente, pero solo para volver atrás en el tiempo y seguir reviviendo la historia de Oden. Y como ya expliqué con anterioridad, estoy aquí para contaros un poquito —muy por encima, sin grandes spoilers— que está pasando y qué me ha parecido. No obstante, antes de nada me gustaría recordaros que la traducción ha corrido a cargo de Daruma y Ayako Koike. El trabajo realizado en las 192 páginas del tomo ha sido, una vez más, excelente.
Por otro lado, y por ir al grano, os contaré un poquito por encima que me ha parecido la edición. One Piece n.º 96 es lo mismo de siempre. Es decir, una edición rústica y sin grandes alardes que mantiene la dinámica de todos los volúmenes emitidos con anterioridad. La calidad sigue siendo bastante buena, así que en ese sentido no podemos achacarle nada a Planeta Cómic; siguen haciendo un buen trabajo aun a pesar de las limitaciones de la serie. ¿Qué limitaciones? Simple: se publica en España desde hace más de 10 años, así que no pueden cambiar el formato. Dicho esto, y ahora sí que sí, empezamos.
Sinopsis
¡Oden vive su aventura junto a Barbablanca y el destino lo lleva a conocer a Roger! ¿Adónde los empujará este encuentro fortuito? Por otro lado, mientras Oden no está en el país de Wano, Orochi lleva a cabo una conspiración.
One Piece n.º 96
El presente volumen es un homenaje cuasi total a la figura de Kozuki Oden, el que era daimyō de Kuri en el país de Wano y el padre de Kozuki Momonosuke y Kozuki Hiyori. Así pues, continúa el flashback del tomo anterior y prolonga la acción durante otros ocho episodios en los que descubriremos cómo vivió el otrora samurái. Serán episodios bastante sucintos en los que, aunque en realidad suceden muchas cosas, no hay grandes sorpresas —más allá de algunos detalles muy interesantes y un par de escenas de esas que ponen los pelos de punta— ahondaremos en la historia del país.
Descubriremos, pues, cómo tuvo lugar el «golpe de estado» que acabó con la vida de Oden o algunos de los motivos que hubo tras esta. No será tan emocionante como el presente, pues se trata de un evento con final predeterminado, pero tiene su gancho. A fin de cuentas, Oda es un especialista en darnos un puñetazo en el estomago con la amistad y la camaradería; los momentos finales del exgobernante de Wano son, sin lugar a dudas, un espectáculo. Es más, Oden nos recuerda —en todo momento— a esos grandes piratas que, de una forma u otra, llegaron a hacer historia gracias al amor que sentían por los suyos.
Esto será algo que entendamos todavía mejor cuando observemos la relación de Oden con otros piratas y/o con sus propios subalternos. Es más, seremos capaces de empatizar todavía más con el joven Momonosuke y los samuráis que lo acompañan… además de odiar a cierto personaje. Siendo sincero, la construcción de «esa persona» es inestable y confusa; nadie entiende muy bien del todo qué le motiva o qué quiere hacer. Quienes lleven el manga al día a través de la aplicación (legal) de manga plus sabrán de quién estoy hablando. ¿Y los qué no? No quiero haceros spoilers innecesarios, así que mantendré la críptica.
Conclusiones
El nonagésimo sexto volumen de One Piece, pese a ser —casi por completo— un flashback, logra ser interesante a su manera. Personalmente, nunca han sido santo de mi devoción, pues considero que ralentizan la acción. A veces, y solo a veces, se cargan el ritmo de la historia para introducir conceptos que, en realidad, no nos interesan. Con Oden pasa algo parecido, pero ya estamos acostumbrados. Forma parte del estilo de Oda y, nos guste o no, no va a dejar de hacerlos. Sea como fuere, más allá de una crítica subjetiva, no puedo evitar rendirme ante el genio creativo del nipón.
Aun con todo lo que he dicho con anterioridad, considero que este viaje en el tiempo es bastante llamativo. Oden, por sus características e historia, es un personaje que suscita curiosidad. ¿Cuál fue su relación con el rey de los piratas? ¿Por qué son tan leales sus subditos? ¿Qué sucedió para que un hombre de tamaña fuerza se viese alejado del poder de forma tan singular? Gran parte de esas preguntas encuentran respuesta en este tomo, así que no deja de tener su punto. Además, los dos últimos capítulos nos devuelven al presente con revelaciones bastante… impactantes.
One Piece, por méritos propios, sigue siendo uno de los mejores —para muchos, el mejor— shōnen de la historia. Por consiguiente, más allá del valor individual del presente tomo, debemos seguir juzgando la obra en su conjunto… y la nota es muy buena. A día de hoy sería incapaz de decirle a nadie «no te leas One Piece». Es un imprescindible. Una obra (casi) maestra.