Reseña manga: ‘Capitán Tsubasa’ #3

El torneo entre prefecturas ha comenzado y los mejores equipos del país se baten en duelo para hacerse con la corona del campeón.

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La vida sigue su curso: la lluvia riega los campos, el Sol acaricia el césped con suaves caricias y los niños siguen destrozando redes de portería a base de balonazos. Al menos eso debía pensar. Entiendo que así debe funcionar Japón, pues de otra forma Yōichi Takahashi habría destrozado el sentido común del fútbol infantil. Así lo hemos creído comprender tras devorar el tercer volumen de Capitán Tsubasa en formato kazenban de Planeta Cómic.

Es más, hasta el propio comentarista que se ocupa de la narración del torneo se pregunta si de verdad son niños. No por sus capacidades físicas, sino por su depurada técnica, su incansable espíritu y su capacidad para regatear. No cabe duda alguna de que estamos ante la mejor generación de futbolistas de la historia nipona. Eso ha debido pensar la editorial, pues parece haber querido celebrar tan peculiaridad con una edición cuasi tan sobresaliente como la habilidad de Tsubasa, Misaki o Kojirō.

Lo ha hecho con un volumen de 228 páginas en blanco y negro con presentación rústica y sin solapas, con sobrecubierta a color y en formato 12,8 x 18 cm. Una vez más han optado por Daruma para la traducción; el resultado final es notable. También lo es la edición, ya que el trabajo de impresión roza el excelente en casi todos sus apartados: buen material, buen uso de los márgenes y buena maquetación. En líneas generales, y por no enrollarme demasiado, un tomo de buena calidad que cumple con los estándares y las expectativas.

Sinopsis

Con Wakabayashi todavía lesionado, llega el día en el que el Nankatsu de Tsubasa y los demás debe disputar el torneo que le puede proporcionar el Campeonato Nacional… ¡¡Y, en el primer partido de la liguilla preliminar, al Nankatsu le toca medirse al Meiwa FC liderado por Kojirô Hyûga, uno de los más firmes candidatos a la victoria final!!

Reseña del manga de Capitán Tsubasa n.º 3

Reseña manga Capitán Tsubasa 3
Reseña manga Capitán Tsubasa n.º 3

Kojirō Hyūga, más conocido como Mark Lenders en España o Steve Hyūga en América Latina, ha regresado. Habiendo dado un primer aviso durante los entrenamientos del Nankatsu, parecía claro que no se vería las caras con Tsubasa y compañía hasta la final. Era lo más lógico, pero parece que a Yōichi Takahashi no le gustan los clichés: una rivalidad no tiene porqué asegurar el pase a las finales de los equipos involucrados. El mangaka, en una resolución que debemos valorar teniendo en cuenta su fórmula rompedora —más aún en esa época— resuelve la dispuesta en el primer partido del torneo.

Nankatsu y Meiwa disputan un encuentro larguísimo que ocupa unos tres cuartos del tomo. Dejando a un lado quien se lleva la victoria, el equipo derrotado sigue en el torneo, pues la primera ronda no supone (extraño, lo sé) la eliminación directa. No sabría explicaros bien porqué, pero es así. Sea como fuere, el duelo entre Ozora y Hyūga es —con permiso de Wakabayashi— ha sido el más emocionante hasta la fecha. Aparte, como lectores somos capaces de comprender los motivos que hicieron de Oliver y Benji una de las series más destacadas de la historia del manga y el spokon.

Sí, ha envejecido mal, pero sigue siendo uno de los precursores del arte nipón en occidente. Y por méritos propios. Este primer torneo está repleto de emociones y grandes momentos. Más allá de la nostalgia y de alguna que otra jugada bastante inverosímil, es perfectamente comprensible que volatilizase el tedio y explotase la imaginación de los más pequeños. Somos, inclusive, capaces de entender porque el fútbol tuvo una suerte de edad de oro en Japón. Ah, ¿no lo sabíais? Seguro que muchos de vosotros sí, pero os lo cuento igualmente: el fútbol nipón ganó muchísima popularidad entre los jóvenes gracias a la publicación y emisión de Captain Tsubasa.

Diferentes estilos

Reseña manga Capitán Tsubasa n.º 3

Sea como fuere, otra de las grandes bazas de Capitán Tsubasa es la diferencia de estilos. Me explico: cada equipo tiene una forma de jugar bien diferenciada del resto. Al menos así sucede con los combinados más potentes, pues el resto no son más que paja para rellenar el bracket de la competición. Destaca, sin duda, el Meiwa, a quien amarás y odiarás al mismo tiempo. Su capitán, Hyūga, es un jugador sucio y violento. Inspirado por su entrenador —por muy bueno que sea sigo sin entender como tiene permiso para entrenar a niños— le conduce por el camino de la victoria… al precio que sea. Por eso mismo odiaremos a Kojirō, pero también le entenderemos. Tiene una razón para ser así.

No su entrenador, un sempiterno borracho que podría ser —facilmente— descrito como un peligro para los más jóvenes. No solo por vivir al lado de una botella, sino por el tipo de filosofía que trasmite a sus jugadores; carece de sentido. Dejando eso a un lado, los siguientes partidos nos irán alejando cada vez más de la realidad. De una u otra forma desafían las leyes de la lógica con técnicas imposibles. Buen ejemplo de ello es la Catapulta Infernal, una suerte de centro chut aéreo que desafía toda lógica… Capitán Tsubasa no es un manga de fantasía, pero casi. Aunque se carga ciertas dinámicas, le da interés, pues uno de sus mayores alicientes es descubrir con que nuevo ataque especial nos sorprenderá el mangaka.

A modo de conclusión, podemos seguir la estela de las reseñas anteriores. Es decir, sigue siendo una obra interesante con valor atemporal. No ha envejecido del todo bien, pero continúa siendo una de las grandes obras deportivas de los años ochenta. El factor nostalgia permite que la lectura sea mucho más disfrutable. Es más, hay ciertos momentos que había olvidado y eso es bonito: mi «yo» adulto ha entrado en conflicto con mi «yo» de niño al intentar amoldar recuerdos y realidad. En cualquier caso, si te gustó la serie en su momento y/o te consideras un fan de la franquicia, te gustará. Planeta Cómic está haciendo un buen trabajo.

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