
Sorprendido. Muy sorprendido. Aunque ya sabía que tenía potencial después de conocer su existencia gracias a su todavía reciente estreno en cines, no me esperaba que fuera tan buena. Así que sí, ya os estoy diciendo que el manga de Blue Giant me ha gustado mucho incluso antes de empezar su reseña. Al menos en su sentido más estricto. Normalmente, me reservo la introducción para hablaros de otras cuestiones, pero no me he podido resistir. Y es que el trabajo Shinichi Ishizuka me ha pegado muy fuerte.
Y eso que, en realidad, he leído varios mangas musicales. Mi preferido sigue siendo Beck, y con bastante diferente, pero debo confesar que Blue Giant tiene un impacto inicial bastante más inmediato. Tal vez porque es una novedad total y absoluta para mí, mientras que la obra de Harold Sakuichi la disfruté por primera vez hace ya muchos años. Sea como fuere, con ambas, Distrito Manga ha formado un tándem simplemente brutal. Al menos si, al igual que yo, disfrutas de este tipo de historias. No obstante, las comparaciones son odiosas.
Más todavía cuando en realidad el único nexo de unión entre ambas es la música, pues en realidad son muy distintas entre sí. En el caso de Blue Giant, nos encontramos con una historia bastante más individualista en sus primeros compases. Se construye, casi, como un relato de realidad en donde se entremezclan los sueños y ambiciones de un joven que se redescubre a sí mismo. Todo empezó por puro azar en una sesión de jazz a la que fue casi obligado. Pero se enamoró. Nuestro protagonista se enamoró del jazz y, desde entonces, no ha podido separarse de él. Y toca. Toca su saxofón todos los días con un único objetivo: ser el mejor del mundo.
Reseña del manga Blue Giant n.º 1 | Portada, sinopsis y edición

Dai lleva una vida normal de instituto en Sendai, una ciudad de días calurosos y noches lluviosas. Entre el baloncesto, el trabajo a tiempo parcial y un futuro incierto, Dai nota que le falta algo: la música. Cuando termina el último curso, toma una decisión irrevocable: quiere ser el mejor intérprete de jazz del mundo.
Sin embargo, ¿qué se necesita para ser el mejor? ¿Talento, esfuerzo o un golpe de suerte? ¿O tal vez sólo un amor profundo y puro por la música?
Colección | Blue Giant vol. 1 de 5 |
Autoría | Shinichi Ishizuka |
Género | Drama, música, slice of life, vida escolar |
Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
Tamaño y páginas | 15,3 x 21 cm con 420 páginas en b/n y algunas a color |
Precio | 17,95 € |
Maquetación | Yellowkidsworks |
Traducción | Marc Bernabé (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 06/06/2024 |
Dicho esto, y antes de seguir, hablemos de la edición. Uno de los primeros puntos que podemos destacar es que en la editorial han contado con el apoyo de Manel Vázquez López como asesor lingüístico. A fin de cuentas, durante la historia usan expresiones y términos con usos muy concretos dentro de la industria musical, por lo que entiendo que su presencia ha sido clave. Siendo sincero, no entiendo mucho de música, así que no sé hasta qué punto habrá influido, pero como lector sí que sé que he terminado bastante contento con la adaptación idiomática, así como la impresión y maquetación del manga.
El dibujo tiene muchísima fuerza


Ahora sí, hablando del contenido del manga como tal, lo primero es lo primero: ¿De qué va Blue Giant? A grandes rasgos, nos encontramos con una historia de carácter estudiantil en donde un joven llamado Dai decide apostarlo todo por la música. En su último año de instituto, mientras los demás alumnos se plantean a qué universidad quieren ir o heredar el trabajo de sus padres, él dice hacer algo inesperado: jugársela por la música. Lo bueno es que el autor hace lo que tiene que hacer: lo trata con naturalidad.
En lugar de agregar un drama innecesario en donde su padre (su madre falleció) se opone porque piensa de manera especialmente clásica o en otro distinto en el que sus amigos no le apoyan, sucede todo lo contrario. Aunque no saben cómo funciona el mundo de la música, entienden desde el primer momento que si es lo que él quiere, está bien, y que es un camino tan válido como cualquier otro. Quitando esta clase de historias de la ecuación, se nos queda una trama con mucho impacto que va a lo que verdaderamente importa.
Así pues, Dai lo da todo desde el principio, pero empieza de manera renqueante. Es un muchacho autodidacta que práctica todos los días a la orilla del río, pero no tiene ni idea de cómo se lee una partitura o cuál es cada nota. Ha crecido imitando a los grandes que escucha día tras día, lo que hace que sus conocimientos sean nulos. Pese a ello, tiene dos cosas muy, muy importantes: alma y pasión. Su música es puro sentimiento y eso es algo que te atrapa en cada dibujo.
Puro sentimiento

Y eso tiene mucho mérito. Si hay algo especialmente complejo a la hora de crear un manga sobre música es que no hay sonido, por lo que el autor tiene que intentar expresar la magnificiencia de la música de otra manera. Normalmente, es a través del dibujo, y en ese sentido Shinichi lo hace muy bien. En ese sentido, creo ver un poco de Beck en este manga, y es por eso que lo cité al principio. La forma en la que expresa el talento y la potencia de Dai está muy marcada por los trazos, pero sabe darle su propio enfoque.
El autor juega mucho con las sombras, con la tensión corporal y los fondos negros. Ofrece un baile de luces en donde la luminosidad y los movimientos de Dai lo son todo a la hora de entender cuán fuerte es su música. Bueno, eso y las reacciones de las personas que lo escuchan, siendo este el otro gran componente que nos permite conectar con su música aunque seamos incapaces de escucharla. Al menos en su origen, porque Distrito Manga ha hecho algo muy, pero que muy bien: el primer tomo viene con una tarjetita en la que nos recuerdan que su banda sonora está disponible en Spotify. Podéis encontrarla aquí.
Y si bien es cierto que un código QR que nos llevase directamente a ella habría sido más cómodo, sigo pensando que es un buen detalle. El manga gana bastante con la banda sonora de fondo y, ciertamente, enriquece su lectura. Lo recomiendo encarecidamente si quieres sacarle al manga, ya que te ayudará a sumergirte mejor en la historia. No diría que es indispensable, pero sí que me parece especialmente recomendable dada la situación.
Reseña del manga Blue Giant n.º 1: conclusiones

Por supuesto, todo esto no quiere decir que el manga sea perfecto. Hay ciertos diálogos que se sienten un poco apresurados y, en ocasiones, el salto entre un escenario y otro es un poco confuso. Aunque el ritmo es bueno, algunos cambios se sienten erráticos, lo que hace que te despistes un par de segundos antes de reconectar con la lectura. Del mismo modo, al principio cuesta distinguir a ciertos personajes, ya que no sientes que tengan ningún rasgo especialmente identificativo.
No obstante, creo que es culpa de que los flashbacks del principio (hay varios) no están del todo bien llevados. Por suerte, esto no empaña la lectura. Al menos no del todo. El grueso general de la misma sigue siendo muy bueno, por lo que el resultado final es positivo. Algo que se agradece si tenemos en cuenta que una de sus mayores virtudes es que engancha, y mucho. Una sensación agridulce con un manga con tanto impacto dolería mucho, pero esos pequeños errores son más bien menores.
Dicho esto, no quiero despedirme sin deciros que Blue Giant tiene ese «algo» que hace únicos a muchos autores. No sabes bien del todo cómo, pero te mantiene en vilo. Para que os hagáis una idea, termine reclinado hacia delante en mi silla, casi pegándome al manga, mientras devoraba página tras página. Empieza muy bien, transmite mucho y es puro sentimiento. Tengo ganas de más y esa es la mejor conclusión que os puedo dar.


- El dibujo tiene una fuerza tremenda.
- Es un manga con mucho sentimiento.
- Aunque no escuches nada, sientes que lo estás oyendo.
- Maneja bien los tiempos y sabe introducir pequeños dramas cuanto toca.
- Transmite una barbaridad y narrativamente tiene un gran ritmo.

- A veces no maneja bien los cambios de escenario.
- Ciertos flashbacks y fowards te descolocan un poco.