Si tuviese que definir Beck en una sola palabra, esa sería «nostalgia». En su defecto, para aquellos quienes no disfrutaron de la serie a principios de los 2000, escogería «magia». Y sí, es lo que estáis pensando: me encanta. Aunque ya lo dije con los primeros volúmenes, con la reseña de Beck n.º 6 he querido rescatar esa idea una vez más para reforzar todavía más mis impresiones. Por desgracia, me resulta complicado ser objetivo en estos términos, puesto que también habla por mí el niño que una vez fui.
Han pasado muchos años desde que leí por primera vez este manga. Era poco más que un crío y, de hecho, su licencia solo estaba disponible en inglés. Ahora, gracias a Distrito Manga, estoy pudiendo regresar a aquellos maravillosos años de forma extremadamente sencilla. Sencilla y agradable, todo sea dicho, puesto que soy un enamorado del formato kazenban. Pienso, y sé que no soy el único, que es la mejor manera de recuperar una obra clásica.
No es la primera vez que comento algo así. Ya con One Piece 3 en 1, por ejemplo, he alabado las bondades de este tipo de ediciones. Con la obra de Harold Sakuishi no iba a ser menos, puesto que el trabajo que está realizando la editorial —en ese sentido— es excelso. Más todavía cuando tienen detallitos como el de agregar una púa de guitarra de plástico y decorativa. Es una tontería, pero mola. Sí, he dicho «mola mazo», porque a mediados de los 2000 se hablaba así. Y peor. No me hagáis recordarlo.
Reseña de Beck n.º 6 | Portada, sinopsis y edición
Tras la épica actuación de BECK en el Greatful Sound, a Koyuki se le presenta la oportunidad de su vida: ¡un contrato de grabación como solista para Leon Sykes! Este es el golpe de suerte que ha estado esperando, pero, en lugar de aceptarlo, decide seguir a su corazón e intentar reunir a BECK de nuevo. Sin embargo, aunque cada miembro ahora tiene sus compromisos, ¡una inesperada gira por Estados Unidos unirá a la banda! No obstante, Ryûsuke ha desaparecido y entre el desfase horario, que están agotados y que son incapaces de comunicarse en inglés, la primera gira de BECK por Estados Unidos puede que sea también la última… ¿Volverán a encontrarse con Ryûsuke? ¿Cuánto tiempo podrán aguantar en la carretera sin él?
Colección | Beck vol. 6 de 17 (aproximación) |
Autoría | Harold Sakuishi |
Género | Shônen, comedia, drama, romance, slice of life |
Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
Tamaño y páginas | 21 x 15,2 cm con 416 páginas en b/n |
Precio | 15,95 € |
Maquetación | Olivia Osanz, Montse Muñoz y Jordi Colina (Daruma) |
Traducción | Marc Bernabé (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 07/09/2023 |
Reseñas | Reseñas de los volúmenes anteriores |
En lo que respecta a la edición, me alegro de ser redundante y repetitivo, pues eso significa que la editorial está haciendo un gran trabajo a largo plazo. No tengo mayor queja ni contratiempo con la línea que está siguiendo Distrito Manga. Como consumidor, es un producto que satisface todos mis estándares, tanto en materia de traducción como de impresión o maquetación.
Koyuki da un paso al frente
Dich esto, hablemos de la historia. Tras un mes de agosto un poco duro en cuanto a lanzamientos, puesto que la mayoría de editoriales se fueron de vacaciones, hemos regresado a una de nuestras series preferidas. Por «desgracia», el paso del tiempo ha provocado que le perdamos un poco la pista a la historia. O al menos así debería ser, puesto que la suerte (o la buena previsión de la editorial, quién sabe) han hecho que los casi tres meses de espera no hayan sido un verdadero impedimento para reconectar con Beck.
Recordemos, pues, que en el quinto volumen lo dejamos justo al término del Greatful Sound. Por lo tanto, nuestros músicos han regresado a casa, pero han deshecho la banda al no poder satisfacer las demandas de Leon y las suyas propias. No obstante, este último ha creído encontrar en Koyuki a una estrella, por lo que le ofrece un contrato como solista… que rechaza. Nuestro protagonista, demostrando que ha madurado muchísimo, no duda ni un ápice.
Tras esto, se sumerge de nuevo en el mundo de la música con un objetivo claro: reunir de nuevo al grupo. Lo consigue de manera extrañamente sencilla. Chiba, uno de los teóricos huesos duros, acepta de inmediato, pues siente que dejarlo de aquella forma fue un error y que se arrepiente. Saku, aunque se ha tenido que ir a otra ciudad, regresa en cuanto puede, mientras que Taira acepta a la primera porque es el propio Koyuki quien se lo pide.
La ausencia de Ryusuke impulsa a la banda
Aunque estaba en un grupo que estaba consiguiendo un éxito notable, acepta al momento, pero con una condición: que todos los miembros de la banda original regresen. El problema es que Ryusuke ha desaparecido. Pese a ello, convencidos de que lo encontrarán, vuelven, pero el resultado no es igual. Se nota demasiado la ausencia de la guitarra del fundador, lo cual, sumado a los nervios, no les dejan ser quienes son en realidad.
Al menos de buenas a primeras, porque la ausencia de este hace que Koyuki asuma cada vez más responsabilidad y empiece a crecer a un ritmo vertiginoso. Mucho más seguro de sí mismo, empieza a tomar las riendas como guitarrista y solista, pero nunca sin perder de vista que, ante todo, solo es uno más del grupo. En ese sentido, Maho adquiere todavía más protagonismo, pues se convierte en su apoyo más fundamental.
La relación entre ambos, que sigue teniendo sus más y sus menos, sigue creciendo tras los eventos del festival. Se nota que entre ellos hay algo más que simple atracción juvenil, aunque sigue siendo muy pronto. Más allá de algunos acercamientos y un beso, siguen muy a su ritmo, lo cual tampoco me desagrada. Por lo menos sucede algo, no como en otras muchas historias.
Menos niños que nunca
Con todo esto, el grupo sigue creciendo para, repentinamente, recibir una oferta bastante mala, pero con buenas oportunidades: una gira por América. Aceptan con malas condiciones bajo la esperanza de encontrar a Ryusuke… Y ahí es cuando nos damos cuenta de que Beck ha dado un paso hacia el frente. Dejando por completo cualquier atisbo de manga escolar, sus personajes dan un paso hacia la adultez y toman un gran riesgo.
Lo más interesante de todo es que, aunque no se respira la tensión, se nota que la situación no es la mejor. En ese sentido, el mangaka sabe guiar muy bien la narrativa para que nos sintamos parte de la expedición americana, tanto para lo bueno como para lo malo. De hecho, ahora que estamos en este punto, podemos decir que la verdadera historia ha comenzado y que, poco a poco, Beck irá yendo todavía a más.
Dejando fuera de juego cualquier duda, todos los miembros del grupo se vuelquen por completo en él, dejando estudios en el proceso. Choca un poco que no haya impedimento por parte de nadie ni que surja ninguna trama familiar, lo cual le resta algo de credibilidad. Se juegan el todo por el todo, lo que hace que la acción se vuelve por completo en la música. Lo malo es que, a partir de este punto, Maho no tendrá tanta presencia en muchas secuencias de la trama, siendo esta una perdida.
Reseña de Beck n.º 6 | Conclusiones
Seguirá estando muy presente, pues no solo es el principal y único interés amoroso de Koyuki, el protagonista, sino que tiene sus propias tramas que desarrollar. Además, es uno de los nexos más importantes del grupo y una figura muy importante de la primera parte del manga. Por el momento, eso sí, estoy hablando del futuro, y es mejor que me centre en el presente. Lo que este me dice es que el manga sigue siendo muy bueno y que, como obra musical, hay pocas con un nivel tan alto.
Tanto es así que me arriesgaría a decir que es uno de los mejores mangas musicales de la historia, aunque hay peco de inconsciente: no los he leído todos, y hay muchos que ni conozco, por lo que es complicado. Pese a ello, sí que pienso que estaría en cualquier top que se hiciese, pues tiene una gran calidad.
En general, pues, puedo seguir diciendo que Beck es una lectura indispensable para quienes gusten de tramas relacionadas con la música. Sigue teniendo sus defectos, pero ahora nos empezamos a creer un poco más que sus protagonistas son más adultos que adolescentes, pese a que muchos de ellos siguen siendo esencialmente jóvenes.
- Empieza muy, muy bien. La premisa, la narrativa y los diálogos son muy buenos.
- Es diferente, pues el manga musical no es algo especialmente abundante.
- Personajes carismáticos realistas con trasfondos interesantes.
- La trama cada vez engancha más y el dibujo transmite muchísimo.
- Hay temas que no explora con demasiada profundidad.