¿Echáis en falta un BL? ¿Algo adorable, rápido y fácil que os haga felices? ¿Dos chicos opuestos pero que se quieren mucho? Pues os traigo la reseña de Déjame Morderte Dulcemente para saciar vuestros deseos. Una breve pero francamente adorable y entrañable historia con dejes sobrenaturales sobre un hombre-perro y un hombre-gato que formarán una curiosa amistad. Pero puede que desemboque en algo más.
Nuestra fiel amiga, la editorial Odaiba Ediciones, nos deleita con un nuevo manga para adultos. Esta vez es un one-shot o un único tomo, así que solo tenemos un volumen para contar la historia completa. Esto la hace enormemente fácil de leer de una sentada y resultar amena. Pero al mismo tiempo el mundo que propone resulta muy interesante y me ha dejado con ganas de más, de saber cómo funcionan ciertas cosas.
Haikin, nuestra mangaka, presenta un mundo en el que existen personas que se pueden transformar en animales. Estos «teriántropos» conviven en harmonía con los humanos y no parece haber problemas. Pero el manga va de dos chicos que se enamoran y no desarrolla más el universo en el que existen. Y este es quizás el punto más flojo del volumen: el mundo parece más interesante que la trama.
No porque esta sea mala, sino porque en sí misma no es novedosa: dos chicos que se enamoran. Y es la parte sobrenatural, que son personas-animal, lo que resulta interesante de primeras. Sin embargo, lo que intenta transmitir Haikin con Déjame Morderte Dulcemente no precisa de una trama difícil y me sorprendió gratamente.
Reseña de Déjame Morderte Dulcemente | Portada, sinopsis y edición
Hoy día los humanos y los teriántropos conviven en armonía. Matsumoto, un perro de raza kishu, ha estado dándole vueltas a algo… ¡Y es que no deja de pensar en que Sasaki, su nuevo amigo, le parece atractivo!
Por supuesto, siendo un gato de tres colores con la cola torcida, solo puede pensar en lo adorable que es, pero antes de darse cuenta, empieza a desarrollar otro tipo de sentimientos hacia la forma humana de Sasaki…
De amigos a amantes, rebosan amor por todos los lados. ¡Un amor mullido!
Autoría | Haikin |
Género | BL, romance, fantasía |
Formato | Tapa rústica con sobrecubierta |
Tamaño y páginas | 130×182 cm, 171 páginas en b/n |
Edición | Samuel González y Katixa Ibargoitia (Odaiba Ediciones) |
Traducción | Ana Astorga (Odaiba Ediciones) |
Precio | 8.00€ |
Vamos un poco con la edición, y pasamos a un poco de desarrollo de la trama. La solapa es francamente bonita con la imagen continuando en la contraportada, donde los vemos en animales chibi. En la solapa trasera también tenemos otra ilustración adorable a color. Si se le quita la sobrecubierta, tenemos una escena que no sale en el manga, pero a la que se alude y que inicia la trama. La página inicial es a todo color y detrás contiene el índice. Y a empezar a leer.
Nuestros dulces protagonistas son Matsumoto, el hombre-perro y Sasaki, el hombre-gato. Clásico tópico de los amantes imposibles, ¿no?. Pues no es el caso. La novela se encarga pronto de introducir a ambos y las bases del mundo que los rodea. Matsumoto es fiel, noble y callado, mientras que Sasaki es entusiasta, adorable y directo. Opuestos que se complementan a la perfección y sacan lo bueno del otro, pero que no saben bien cómo encajar. Porque en eso consiste el mensaje de Déjame Morderte Dulcemente: en lo que sucede cuando encuentras tu primer amor.
Sus transformaciones, por interesantes y adorables que sean (y lo son) parecen ser un vehículo para enseñar las torpezas, las vergüenzas y la inocencia (o no) de una primera relación. La trama se centra en Matsumoto y Sasaki prácticamente por entero, no hay personajes secundarios apenas. Vemos muy bien cómo se desarrollan sus sentimientos y su relación: de compañeros de clase, a amigos, a mejores amigos, a querer más y no saber cómo. Lo corto del tomo engaña a simple vista, esto se desarrolla a lo largo de unas cuantas semanas, casi parecen meses.
Nos besamos y ¿me transformo?
Ya habíamos hablado de que son teriántropos, se transforman en animalitos. Y lo pueden controlar a voluntad. Casi siempre. La parte cómica de la historia viene de la mano de estos pobres tortolitos, siendo incapaces de mantener la compostura cuando se tocan. Si se ponen muy «nerviosos» o excitados, empiezan a transformarse en su animal y así no se puede hacer nada de nada. De nuevo, parece querer enseñar esos miedos a una primera relación física, las ganas de hacerlo pero no saber bien cómo y la importancia de sentirse cómodo con la otra persona.
Evidentemente sus formas peludas presentan más de un alivio cómico aquí y allí que no quita de la importancia sentimental que lleva la historia. Son momentos tiernos, de vulnerabilidad entre ambos y además son monísimos. Y a veces no tanto. Y es que si se transforman cuando se excitan, pues os podréis imaginar algunas escenas con orejitas de animales y con garras, dientes y colas. Estos es un BL al fin y al cabo. Y, aunque es sobre todo sentimental y adorable, tiene sus escenas picantonas.
Creo que la fantasía es un elemento clave y muy interesante de DMD. Atraer a un lector joven, que puede verse atraído hacia personajes con orejitas de animal, para leer una obra sobre primeras veces con la que quizá se sienta visto o representado. Eso no quita que sea una obra para adultos y deba ser tratada como tal, por aquel que la consuma.
Un estilo sencillo pero contundente
Ya he comentado que la historia es bastante sencilla, que no simple: dos chicos que se enamoran. Más sencillo imposible. Pero Haikin, hábilmente, lleva esta noción hasta los límites en una obra ilustrada. El dibujo es simple, pero bonito, de líneas finas y figuras hermosas. Apenas vemos fondos, las formas más simples para indicar el lugar, pero no es lo importante. Importan Sasaku Y Matsumoto y cómo se miran, o se tocan o se sientan juntos en cualquier sitio.
Las escenas son fluidas y sentidas, vemos las emociones en sus caras sin que tengan que decir nada con texto. Y eso es muy difícil de hacer bien, no basta con poner colorete, el lenguaje corporal es importante. Incluso en los diseños, uno es más «canino», de formas más angulosas y compactas, y el otro es más «felino», de formas más sinuosas, ojos grandes y extremidades lánguidas.
No hay apenas problemas en la trama, tan solo ellos existiendo y conociéndose, y eso lo plasma el estilo de dibujo. Mismo estilo de dibujo que parece cobrar mucha vida cuando se trata de las escenas en el dormitorio. La fluidez de los paneles se acentúa mucho más, casi parecen fotograma a fotograma y van de uno a otro personaje constantemente.
Nos muestran sus caras (otras cosas también sí, que os conozco) y volvemos a la metáfora. El dibujo y el estilo ayudan a que la relación de ambos y lo que intenta contar sea lo más importante. No es sólo un manga de sexo, no son sólo cambia-formas, son dos chicos que dan sus primeros y tímidos pasos en su primera relación física y emocional. Y creo que en ese aspecto, merece mucho la pena.
- Breve, sencillo y ameno de leer. Una lectura para cualquier tarde tranquila.
- Divertido y emocional en los momentos correctos.
- Ternura y pasión para todos los gustos.
- No cae en su propia trampa de fantasía: cuenta algo que merece la pena.
- No tiene tópicos negativos de los BL (relaciones forzadas, diferencia exagerada de edad…).
- Simpleza y finura en el dibujo.
- Buen ritmo y dibujo muy bonito.
- La historia puede pecar de simple o poco novedosa.
- No hay grandes conflictos ni giros argumentales.
- No desarrolla el mundo ni los personajes secundarios.