¡Hola, muy buenas amantes del cómic! El pasado mes de abril llegó a nuestras librerías la edición integral de iZombie. Personalmente, llevaba mucho tiempo esperando por esta historia, pues siempre he sido un ferviente admirador del género de los no muertos. Publicada originalmente en 2019 por el sello Vertigo, filial de la editorial DC Comics, nos cuenta la historia de Gwendolyn Dylan, una zombie un tanto especial. Con guion de Chris Roberson y dibujo de Michael Allred, la historieta nos traslada a un mundo en el que toda clase de criaturas sobrenaturales campan a sus anchas por la ciudad de Eugene (Oregon).
Nominada al Premio Eisner de 2011 como mejor serie nueva, iZombie es algo muy diferente a lo que me esperaba… ¡Y me ha encantado! El trabajo de la editorial ECC Ediciones ha sido, cuando menos, notable. Con formato cartoné a todo color, la historia de Gwen se desarrolla en unas para nada desdeñables 680 páginas cargadas de la cultura pop infundida en un escuálido, pero muy interesante, terror y gore muy velado. ¡Atención! Me ha resultado imposible escribir estas mis presentes sin incurrir en ciertos aspectos del argumento, por lo que habrá algún que otro spoiler.
Reseña iZombie: una de criaturas sobrenaturales
Sinopsis
Gwen Dylan no es la chica que era. Murió una vez, pero no funcionó. Ahora, sus mejores amigos son una fantasma y un hombre terrier. Y tú que pensabas que tu vida era complicada. Gwen no recuerda demasiado sobre su vida antes de morir, pero sabe que perderá la poca memoria que le queda si no consume cerebros frescos a menos una vez al mes. Así que, después de encontrar trabajo como sepulturera en Eugene, Oregón, su ciudad natal, se instala en una de las criptas. Después de todo, ¿qué mejor lugar para ocultarse a plena vista que en mitad de tu propio mercado al aire libre?
Si lo de la fantasma, el hombre terrier y el consumo de cerebros no lo han dejado claro, en Eugene están ocurriendo más cosas que partidos de los Patos y la búsqueda de setas. Se está cociendo algo en las olvidadas catacumbas bajo la ciudad, algo mucho más antiguo y mortífero que las vampiras que juegan a paintball, los agentes cazadores de monstruos y los científicos locos hambrientos de poder que ya están poniendo patas arriba la precaria media vida de Gwen. Como ella está a punto de descubrir, un hombre tiene la clave para entender tanto la amenaza inminente como el pasado perdido de Gwen. El hecho de que él tenga varios miles de años de edad y sea técnicamente una momia es lo más normal… y mucho menos importante que lo que tiene planeado para Gwen y Eugene y, en última instancia, para el mundo.
Un elenco sobrenatural
Si bien me gustaría incursionar en los aspectos más significativos del guion de buenas a primeras, creo que es muy importante presentar al reparto principal antes de nada. En primer lugar tenemos a Gwendolyn Dylan, una chica zombie. Fenecida en circunstancias desconocidas, se levantó como una no muerta perdiendo algunos de sus recuerdos en el proceso. Decidida a aprovechar esta su segunda vida, pronto nos presenta no solo a sus amigos, sino las peculiaridades de su día a día. Por poner un ejemplo, tiene que comer un cerebro al mes sino quiere perder sus memorias… ¿Qué cómo lo hace? Gwen es sepulturera, así que aprovecha las noches más solitarias para exhumar algún que otro cadáver y devorar cerebros los cuales, por cierto, saben fatal.
Pero Gwen no está sola. Su mejor amiga es Ellie, una fantasma de los años sesenta que nunca ha salido de Eugene. Es curioso, pero la joven puede volverse tangible y disfrutar de una vida normal… mas no puede ir a lugares que no visitó cuando estaba viva. Encarna el espíritu de los sesenta muy fielmente, aunque a veces demasiado. Por otro lado tenemos a Scott, alias Spot, un hombre lobo. Bueno, en realidad no es un hombre lobo. Scott es un hombre terrier. Sí, un hombre perro. Hay otros tantos personajes, pero los focos recaen en dicho trío.
Otros personajes importantes son Gavin, el hermano de Gwen, o Jon Amon, una momia milenaria que hace las veces de maestro para Gwen. Y como toda historia que se precie, el principal antagonista está representado por una orden de cazadores de monstruos… ¿El problema? Que Horacio, uno de sus agentes, se enamora de Gwen sin saber quien es en realidad.
Cultura pop con sabor a café y donuts
Viéndolo fríamente, está claro que iZombie es un refrito de algunos de los tópicos más populares del cómic detectivesco de los ochenta. Con todo, la historia va mucho más allá. Lejos del paroxismo de series tales como Scooby Doo, el guion de Roberson trata de ir más allá de lo que establecido. La premisa inicial es simple, pero original: cuando Gwen devora el cerebro de un cadáver, los recuerdos y sentimientos del fiambre toman forma en la mente de nuestra protagonista. A través de estos la joven inicia pequeñas aventuras intercaladas con momentos de su vida cotidiana de la misma forma en que se podría desarrollar una sitcom.
En otro orden de cosas, no puedo enunciar esta mi siguiente afirmación de forma taxativa, pues no he disfrutado de su lectura de otro modo, pero creo que el formato integral es el más adecuado para iZombie. La historia, muy sólida en su lectura global, pierde mucha solidez al separar algunos de sus nudos argumentales en el tiempo. En ese sentido, considero que ECC Ediciones ha acertado de lleno con su formato, pues aunque el argumento está bien planteado, el entramado de tramas no es tan fuerte como podría ser; faltan ciertos nexos que nos permitan hilar la historia más allá de lo que estamos leyendo en ese mismo momento.
Volviendo al tema, la historia es sencilla. Sin embargo, cada capítulo nos permite profundizar cada vez más no solo en Gwen, sino en el resto del elenco. Me reitero: iZombie destroza el paroxismo de sus congéneres de género al ofrecer un verdadero crecimiento personal en todos y cada uno de sus personajes. La historia no se ubica en un tiempo incierto donde el paso del tiempo parece no tener peso, sino que el devenir de los eventos tiene verdadera trascendencia en la historia.
Una historia con trasfondo social
Mentiría si dijese que uno de los objetivos de iZombie es la crítica social, pues no ha despertado en mi esa sensación. Con todo, sí que es cierto que la historia trata ciertos temas con gran cuidado y delicadeza. Por sus cualidades inherentes, la historieta nos habla de la capacidad del ser humano para renegar de aquello que no comprende. Los seres sobrenaturales que habitan en Eugene —salvo casos concretos— no son malignos. No es su intención hacer daño al prójimo, sino simplemente sobrevivir. Por ejemplo, Gwen intenta alimentarse solo de personas muertas. Por otro lado, cierto grupo de vampiresas hacen lo propio con grupos de humanos a los que ellas mismas atraen, pero siempre los dejan con vida. No hay maldad en sus actos, solo necesidad.
Sin embargo, y eso se refleja en la relación entre Gwen y Horacio, la sociedad humana no es capaz de aceptar aquello que sobresale de su entendimiento. El amor que ambos personajes se procesan sufre grandes contratiempos cuando se descubre la verdad, lo que pone de relieve males tales como el racismo. En el caso de Horacio, no obstante, se justifica por su profesión y su pasado, pero sigue siendo un buen ejemplo. De esta forma, cuasi de forma inconsciente, el cómic repasa una serie de problemáticas sociales muy presentes hoy día.
Lo mismo sucede con otro personaje del cual, por evitar spoiler más concretos, no diré su nombre. Uno de los miembros del reparto es homosexual y, de buenas a primeras, no acepta su sexualidad. No de forma tácita o explícita, mas es incapaz de reconocer quién le gusta de verdad. Y es a través de otros tantos personajes, y de sus propios amigos, que al final es capaz de aceptar quién es. Al igual que con el racismo, no es que se trate con especial profundidad, mas pone de relieve algunas de las dificultades a las que se pueden llegar a enfrentar. Podríamos decir, por consiguiente, que iZombie no quiere hacer las veces de crítica social, pero trata temas de índole social.
Una historia adolescente con influencias de Lovecraft
Una de las más claras influencias de la obra, sin lugar a dudas, es H. P. Lovecraft. Menciones aparte en algún que otro diálogo, la obra está claramente marcada por el genio creativo lovecraftiano. Y no por el deje sobrenatural de la historia, sino por la presencia de entes procedentes de otros mundos, sucesos paranormales explicados por la existencia de criaturas desconocidas, etc. A su vez, los propios autores de la obra han reconocido en más de una ocasión su fascinación sobre el escritor de terror. Y esta ferviente admiración se observa con especial profundidad hacia el final del mismo cómic, cuando la historia evoluciona de un cómic de historias de adolescentes a un pseudorelato de terror cósmico y oscurantista.
Porque, en efecto, iZombie es una historia de investigación, aventuras y romances. Por suerte, sus personajes no son adolescentes ni niñatos engreídos, sino personas adultas con preocupaciones y responsabilidades. La psique de nuestros personajes sobrenaturales es, cuando menos, muy interesante. Su forma de interaccionar con el mundo nos ofrece un algo distinto muy fácil de disfrutar. Y en ello colabora con gran acierto un dibujo que, aunque no increíble, encaja a la perfección con la historia que se quiere contar.
El arte no busca una grandilocuente necesidad de destacar, sino que ofrece al lector lo que necesita: una forma de seguir la historia de forma ágil y veloz. El guion, por momentos, es demasiado denso. Hay conceptos complicados y, en ciertos puntos, abusa demasiado de los cuadros de texto y los diálogos extensos. Pero el dibujo, y eso no es nada fácil, nos ayuda a comprender toda acción sin necesidad de leer dos veces un determinado texto. Con un estilo único, iZombie nos transporta a una historia adolescente de monstruos y humanos. Siendo subjetivo, eso sí, me ha fascinado el arte. Me ha encantado.
Reseña iZombie, onclusiones
Me ha gustado iZombie. Mi primera conclusión es esa. Es un cómic interesante y bien construido que sabe donde están sus puntos fuertes. Su guion, aunque carece de una profundidad exagerada, está bien construido y sabe aprovechar las características de sus personajes. Asimismo, he disfrutado contemplando la evolución de no solo el elenco protagonista, sino de otros tantos personajes secundarios muy importantes en la historia. Se ha sabido ejecutar un argumento en donde la acción no está necesariamente supeditada a la presencia de Gwen, Scott o Ellie. Por desgracia, iZombie falla en su concepto como historia adolescente, pues un enfoque un tanto más adulto me habría encajado mucho más. La trama (densa como ella sola en determinados momentos) rezuma inexperiencia; el baile de claroscuros es confuso. Hay demasiados momentos irrelevantes, y cuesta recuperar el foco cuando nos adentramos en escenarios más importantes.