Acabamos de alcanzar el ecuador y es que, en efecto, con nuestra reseña de Chicho Terremoto n.º 5 hemos llegado a la mitad del manga. Por un lado, nos apena, pero por el otro estamos encantados, ya que esta edición en formato tankobon le está sentando genial a la que dice ser una «serie de la infancia» de muchos de nuestros lectores.
Y por el momento, más allá de encuadres argumentales concretos, lo cierto es que rememorar las aventuras de Kappei Sakamoto, alias Chicho Terremoto en España, nos está dejando un gran sabor de boca. Sobre todo porque Kimmo Editorial está sabiendo llevarla muy bien. En líneas generales, la editorial ha logrado cuadrar muy bien las fechas de publicación, la edición y el precio.
Es por esto mismo que estamos disfrutando tanto con su lectura. Sobre todo porque siempre es complicado recoger una obra tan nostálgica y hacer que encaje dentro de las dualidades sociales contemporáneas. De hecho, es aquí donde a veces resbala el manga, puesto que hay construcciones que no nos terminan de convencer… Pero bueno, eso es un tema del que os hablaremos a continuación y del que, en realidad, ya estamos sobre avisados por los mismos precedentes del manga.
Reseña de Chicho Terremoto n.º 5 | Portada, sinopsis y edición
¡Secuestrados! Se confirman las peores sospechas y los jugadores del equipo del Seirin han sido privados de su preciosa libertad. ¿Quién ha podido hacer algo así? Y, ¿por qué?
Las respuestas las tiene un estrafalario personaje con ridículo bigotillo llamado Jirô Fûmanchû. Tras un intento de fuga fallido, las opciones de excarcelación pasan por ganar un partido de baloncesto contra un equipo femenino.
Estas chicas, de aspecto frágil e inocente, aparte de tremendamente atractivas, saben jugar muy bien al baloncesto. Kappei Sakamoto y el resto de sus compañeros no lo van a tener fácil, algo tendrán que idear.
Ah, y en este volumen, Kappei tendrá un nuevo contrincante. Es peludo, tiene cuatro patas y comparte su amor por Akane. Su nombre, Seiichirô.
Colección | 10 volúmenes. |
Género | Humor, deportes, aventuras. |
Formato | Rústica con sobrecubierta |
Páginas | 312 en b/n. con integradas a color. |
Tamaño | 15 x 21 cm. |
Traducción | Carlos Mingo e Irene Tellería. |
Precio | 14,50 € |
Reseñas | Volúmenes anteriores |
En líneas generales, Kimmo sigue cumpliendo con los estándares de calidad que ellos mismos han asentado en volúmenes anteriores. Una vez más, la calidad de impresión destaca por su calidad. Sencilla, pero efectiva. La impresión no nos ha dejado grandes dudas y, en líneas generales, el tomo se siente muy sólido en nuestras manos.
La relación calidad precio-precio también nos parece que está bien ajustada, sobre todo porque el formato tankobon le sienta realmente bien. A esto debemos añadirle que dispone de una buena traducción y de un acabado bastante fino. En resumidas cuentas, que la edición está muy bien.
El «spokon» más absurdo (en el buen sentido)
Habiendo revisado las peculiaridades editoriales de Chicho Terremoto n.º 5 toca centrarse, una vez más, en el contenido. Sobre este os podemos decir que la obra de Noboru Rokuda sigue la misma línea de los tomos anteriores, aunque en este último hemos notado algo más de caos.
El autor, por alguna razón desconocida, acelera algunos eventos de forma un tanto confusa. Y aunque logramos mantener todos los hilos atados, hay ciertos saltos sin importancia que nos hacen desconectar por momentos. Especialmente cuando entra en juego Seichiro, el perro de Akane. Este aporta una nueva dosis de humor a través de una de las rivalidades más extrañas de la historia del manga, pero a veces es algo confuso.
A Noboru le cuesta introducir al personaje. Esto es así y no podemos darle más vueltas, aunque también debemos confesar que aporta un toque de frescura bien interesante. Sin más, la idea de que un perro pueda estar enamorado de su dueña es algo que nos causa bastante… ¿Curiosidad? Es un amor platónico y muy puro, pero con los celos propios de un animal. Por eso nos hace gracia.
Un pequeño paso atrás
También nos gusta como el mangaka se olvida por completo del sentido común y nos presenta las situaciones más disparatadas posibles. Durante los volúmenes anteriores apreciamos esa nueva cercanía hacia el spokon, pero en el quinto se convierte en un vacuo recuerdo. Aquí se vuelve a liar todo de mil y una maneras muy diferentes, todas ellas superdisparatadas.
Llegados a este punto, debo decir que el quinto volumen de Chicho Terremoto me ha generado sentimientos encontrados. Aquella paulatina progresión que había creído ver a través de las cuatro primeras entregas se deshace parcialmente cuando el equipo se enfrenta al club de baloncesto femenino de Santa Helena.
Aunque nos gusta la premisa de que, por méritos propios, ellas son mejores jugadoras por su arduo entrenamiento, la estrategia de Kappei no nos convence. A grandes rasgos, empieza a enviar notas de amor, lo que provoca que la concentración del equipo rival se venga abajo. Utilizando como contexto que asisten a un colegio religioso, su rendimiento cae en picado ante las dudas y los nervios.
Sobre todo porque en el otro equipo hay «un chico guapo» por el cual, inclusive, llegan a competir. Esta reducción a lo absurdo del amor desde la perspectiva de las chicas del equipo no es de nuestro agrado, siendo una secuencia que más bien sobra.
Reseña de Chicho Terremoto n.º 5 | ¿Qué nos ha parecido?
Esto se da dentro de una saga que empieza y acaba en el propio tomo, así que no empaña el concepto general que tenemos sobre el manga en general. Es un pasaje que nos recuerda que el humor de Noboru a veces puede ser demasiado rancio, pero es algo que ya sabíamos de antemano. Veníamos preparados.
Por eso hemos podido seguir disfrutando de la lectura y de los diferentes partidos que se han presentado durante la quinta entrega. Del mismo modo, se ha agregado cierto componente dramático (siempre desde el humor) en el que se van desvelando detalles sobre el pasado de Kappei. Esto vuelve a ser algo caótico, porque la ordenación de eventos no es especialmente clara, pero le pillas el truco enseguida.
Sin más, diríamos que este quinto tomo sirve como puente entre los cuatro primeros y los cinco siguientes, siendo el más difuso por esto mismo. Agrega muchos elementos nuevos que pretenden construir los arcos finales del manga. Por eso, aunque pueda ser más errático, no baja de rango. Entendemos que es una eventualidad necesaria que hará de los siguientes tomos algo todavía mejor que antes.
- Es nostalgia pura y dura.
- Los personajes progresan mejor de lo que recordaba.
- Las páginas a color y la edición son muy buenas.
- Destaca como manga de humor; es original cuando se trata de hacer tonterías.
- La traducción y las notas a pie de página son de calidad.
- El sentimiento spokon no destaca tanto.
- Se nota (aunque esto gustará a muchos) que es un manga antiguo.
- Tiene un sentido del humor un tanto verde que puede no gustar a todo el mundo.