Con fines exclusivamente informativos -y no porqué él tuviera ganas de resistencia-, hemos dejado que nuestro compañero Jose Manuel visionara todos los capítulos de la tercera temporada de La Casa de Papel; así, del tirón. No sin cierto aroma a ganchitos y con ganas de ‘liarla parda’, aquí nos ha dejado suculentas razones por las que seguir ésta nueva tanda de episodios.
La Casa de Papel, parte 3. Netflix potencia el espíritu de la serie
Como bien muchos sabréis, la ficción española supuso un auténtico éxito -y lo sigue siendo- en su paso por Netflix. Una audiencia potencial tan basta como el mundo ha sido la encargada de encumbrar la historia de los «Dalís» hasta lo más alto. Aquí os dejo algunos motivos por los que esta tercera temporada sigue estando en la cumbre.
- Porque es la serie española más laureada de la historia. O, al menos, ese fue el estatus que obtuvo tras ganar el Emmy internacional a mejor drama, un hito jamás alcanzado por ninguna serie de nuestro país.
- Porque Netflix está detrás. Y es que cuando Antena 3 decidió terminar su andadura al lado de Tokio y la banda parecía que todo había acabado. Sin embargo, Netflix -previo éxito de las dos primeras temporadas en su plataforma- decidió hacerse con la ficción y darle continuidad en una tercera (y cuarta a tenor de cómo acaba ésta).
- Por el carisma de la banda. En esta tercera temporada el grupo vuelve con energías renovadas. Llenos de excesos y expresiones políticamente incorrectas, el profesor y los suyos derrochan un carisma pocas veces visto en una serie con tantos personajes distintos.
- Por las nuevas incorporaciones. Hovik Keuchkerian, Najwa Nimri y, sobretodo, un inmenso Rodrigo de la Serna. Caras nuevas que se suman a ese derroche de carisma que comentábamos en el punto anterior. Actores que se unen de manera orgánica al resto del elenco y que potencian aún más si cabe la fórmula.
- Por esa tensión que va «in crescendo». Obviamente, no voy a hacer spoiler, pero sí puedo avanzaros que esta temporada cuenta con la tensión habitual marca de la casa. Esto, unido a ciertos giros argumentales y a algunos cliffhangers muy bien tirados, hace que la serie tenga el interés por las nubes en todos y cada uno de sus ocho episodios.
- Por el «Bella Ciao». Por último, no podíamos olvidarnos del Bella Ciao, un símbolo que desde antaño se asocia a la resistencia y que La Casa de Papel supo hacer suyo desde el primer momento. En esta temporada lo volveréis a escuchar y os puedo asegurar que os vendréis arriba, muy arriba.
Y a vosotros, ¿qué os parece la tercera temporada de La Casa de Papel? ¿Tenéis pensado darle una oportunidad? ¿La estáis viendo ya? Podéis dejarnos vuestra opinión en los comentarios.
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