
Semanas atrás, cuando la temporada de verano se encontraba cerca de su estreno, me adentré en los proyectos que se nos presentarían; así, acabé escribiendo una lista sobre aquellas que, en mi opinión, parecían la series más interesantes e incluí la que ocupa esta entrada: Given. Su tráiler promocional era muy sugerente, su premisa, muy emotiva, y la fama de su manga original —el cual podéis disfrutar en España gracias a Milky Way Ediciones— solo auguraba un espectáculo más que digno. Con todo ello, me dispuse a darle una oportunidad, que pude disfrutar en Crunchyroll, plataforma que se hizo con su licencia. Tras haber llegado a su ecuador, debo decir —con cierto orgullo y satisfacción— que no me equivocaba cuando la incluí en aquella lista. Es por ello que hoy quiero compartir mis primeras impresiones de Given, una de las nuevas propuestas del estudio Lerche.
Buen comienzo
Mi sensación, desde el principio, fue más que positiva. El punto de partida me intriga y, lejos de ser original, ha conseguido mantenerme enganchado durante varios episodios. Uenoyama, uno de los personajes principales, toca en una banda y, aunque le gusta lo que hace, parece sentirse algo vacío. Todo comienza a cambiar cuando conoce a Mafuyu, un misterioso muchacho con el que conecta en seguida y comienza una interesante relación.

En sí misma, la historia no es ni compleja ni muy rebuscada, es el clásico relato adolescente de descubrimiento y de superación, pero con un punto más «amargo»: cómo las relaciones sociales nos ayudan a canalizar nuestro traumas, miedos e inseguridades. Además, pese a su aparente simpleza, el guion se guarda ciertos elementos para generar un interés justo y adecuado para el tono de la historia. En mi caso el enganche fue casi inmediato; casi como un flechazo.
Desgarro musical
Given ha sido, sin duda, una de las series que más he disfrutado a lo largo de esta temporada; y aquí pretendo explicar con exactitud por qué. Para empezar, creo que tiene un punto de partido relativamente sencillo y común, pero muy efectivo: unir a personas que han sufrido. La pareja protagonista es uno de los grandes alicientes del anime, ya que su personalidad, el modo en el que se conocen, el cómo interactúan… sirve para contar una historia llena de emoción que, al final, consigue conmover sin artificios. Todo ello bajo el telón del apartado musical, el cual cobra un papel muy especial dentro de la función.
Los personajes, en líneas generales, cuentan con un aura de autenticidad, por desgracia, poco frecuente en productos de entretenimiento. También es porque no resulta nada fácil presentar unos personajes que acaben calando en el espectador. Given no cuenta con protagonistas o secundarios complejísimos —de hecho, en más de una ocasión se valen de tópicos para la construcción de los mismos—, pero sabe cómo jugar sus cartas. En concreto, como ya comenté en el párrafo anterior, creo que Mafuyu y Uenoyama nos presentan una relación sencilla, pero muy estimulante. Si bien son el claro ejemplo de pareja compuesta por alguien dulce y pusilánime y otra persona más directa y enfadada, se nota que sus acciones, su forma de pensar… Todo responde a un movimiento orgánico. No se ve una necesidad de forzar nada y eso me parece maravilloso.
Tópicos trillados… ¿o no?
Algunos problemas del Shōnen Ai, sin embargo, tienen cabida en la historia de Given. Tal es el caso de Haruki y Akihiko, dos miembros de la banda que tienen una especie de tensión sexual un poco fruto, en mi opinión, del fanservice. Es cierto que se nos presenta el romance desde una historia con cierto sentido —la clásica idealización adolescente—, pero somos testigos de ciertos momentos y situaciones, en mi opinión, un tanto fáciles: «oh, me quedo dormido encima de ti», «te acaricio el pelo mientras te susurro» y cosas similares.
Otro tópico que me molesta especialmente de este tipo de historias es la poca presencia femenina. Parece como si estos romances entre chicos solo necesitasen chicos: porque no hay nada más. Hacen falta más chicos para generar conflictos amorosos, para recrearnos en su belleza masculina y disfrutar en una burbuja. Creo que es una visión demasiado idealizada y fantasiosa. Por suerte para mí —ya que es una apreciación personal, obviamente—, no es este el caso de Given: los personajes femeninos, pese a ser secundarios, tienen presencia, personalidad y consiguen influir en nuestros personajes.
Apartado sonoro
Given nos mete en la piel de un grupo protagonista que toca en un grupo, por lo que es lógico pensar que la música tiene relevancia. No obstante, al menos bajo mi punto de vista, lo que más me ha impactado han sido sus temas ambientales. Me explico: tanto su opening, las improvisaciones dentro de la serie, las canciones que componen los personajes, como su ending, no están nada mal; mas ha sido en los compases de su banda sonora instrumental donde más me ha emocionado. La buena química entre los protagonistas no sería la misma sin esos emotivos temas que acompasan la construcción de según qué situaciones.

Me viene a la cabeza la discusión entre Mafuyu y Uenoyama, cuando el primero siente que no se ve capaz de transmitir con su voz. La música en este caso consigue ir en total consonancia con la situación y se corta exactamente donde es necesario que haya silencio. Asimismo, hay que destacar la interpretación de los seiyūs, quienes se acoplan con suma facilidad a sus personajes. Eso sí, reconozco, aunque alguno quiera matarme seguro, que la «hermosa» voz de Mafuyu no me parece nada del otro mundo. Pero, claro, es lo que tiene el arte: no existe una única respuesta ni una verdad absoluta.
Animación
Lerche es un estudio que, sin hacer demasiado ruido ni alardes técnicos, está labrando un camino bastante positivo. En el caso de Given realizan un trabajo más que correcto, donde su animación, que mezcla 2D y 3D con acierto, refleja a los personajes y a sus emociones con éxito. Es verdad que en algunos momentos podría ser mejor, pero hay que entender que la industria se mueve entre unos tiempos de entrega muy cortos y donde intervienen muchos profesionales. Es muy complicado ofrecer un producto de alta calidad animada en según qué situaciones. Pese a todo, creo que el resultado visto en Given es más que notable y sirve como un buen acompañamiento al resto de elementos de la serie.
En conclusión…
Para mi sorpresa —o quizás no tanto—, Given está resultando ser uno de los animes de este verano. Es posible que, al final, no perdure en los anales de la historia animada japonesa, pero, en mi opinión, se trata de una propuesta de Lerche muy digna, llena de elementos reivindicables —las referencias musicales, la construcción de la relación protagonista— y una puesta en escena orgánica y lejos de la superficialidad de algunos romances. Espero que la segunda mitad de la serie mantenga estos estándares y consiga el cierre digno que merece.