
El próximo 6 de marzo llegará a nuestras pantallas El ritmo de la venganza, un híbrido entre acción y drama protagonizado por Blake Lively y Jude Law. Nosotros hemos tenido la ocasión de verla en un pase de prensa organizado por Paramount Pictures y a continuación os contamos qué nos ha parecido.
El ritmo de la venganza tarda en arrancar
Puede que normalmente el debate en torno a la venganza se posicione siempre en el antes, en el prólogo, en el «¿está justificado?». Pero, ¿qué hay del después, de cuando todo eso ha acabado y tu alma se ha partido en dos como un maldito horrocrux de Harry potter? Cuando la venganza se consuma, jamás vuelves a ser el mismo.
Siendo sinceros, no conocía demasiado a Reed Morano, directora de la cinta que nos ocupa. Haciendo una visita rápida a esa enciclopedia cinematográfica llamada IMDB, he descubierto que la realizadora de Nebraska, todo y contar con una extensa carrera en el mundillo, como directora apenas firma una decena de títulos, en su gran mayoría para la pequeña pantalla. Ha sido la encargada de dirigir episodios de series tan conocidas como Halt and Catch Fire, Billions o El cuento de la criada.
Quizá ese manejo de la ficción televisiva ha lastrado en cierta medida El ritmo de la Venganza (Reed Morano, 2020). Porque sin la proyección que ofrece una tanda de capítulos, Morano construye una cinta que tarda muchísimo en arrancar. Un inicio pausado que se ve penalizado por la gran tensión dramática que se le dibuja a una (casi irreconocible) Blake Lively.
Con el piloto automático
No obstante, esa profundidad emocional que parece querer distanciar El ritmo de la venganza de otras propuestas similares se desvanece pronto. El tedio inicial da paso a la previsibilidad, mejorando ahora el ritmo pero cayendo en el propio cliché que Law le otorga a Lively: una mujer devastada, caída en desgracia, buscando ahora un camino hacia la redención personal.
En lo que concierne puramente a la acción, hay escenas que funcionan mejor que otras. Secuencias que aprovechan la tensión como su arma más valiosa, y otras que simplemente caen en la imprecisión de los tempos. Sensaciones encontradas.
Poco se puede criticar de las interpretaciones. Blake Lively está estupenda, muy alejada de su zona de confort y de esa imagen de, perdonad el palabrejo, «pija» al que nos tiene acostumbrados. Las tomas que comparte con Jude Law son lo mejor del film, mostrando una gran química y dibujando unos choques de trenes constantes que cuentan con una fuerza inusitada. Cierran otros rostros como los de Sterling K. Brown o Richard Brake.
Veredicto
Sin ser en absoluto una mala película, El ritmo de la venganza cae presa de sus propias motivaciones. El desarrollo emocional de su protagonista marca un inicio demasiado titubeante algo que, para cuando Morano empieza a subsanar, se topa frente a un guión demasiado convencional.