Samara ha vuelto una vez más. Rings nos trae el retorno de esta niña que a tantos aterrorizó en sus entregas pasadas. ¿Habrá cumplido su objetivo en esta tercera parte?
La película llega de la mano de Paramount Pictures y está protagonizada por Bonnie Morgan (en el papel de Samara), Matilda Lutz y Alex Roe. Además, cuenta en su reparto principal con actores como Johnny Galecki, Aimee Teegarden, Laura Wiggins o Vincent D’Onofrio. Rings ha sido dirigida por el español F. Javier Gutiérrez y escrita por los guionistas Akiva Goldsman, ganador del Oscar por Una mente maravillosa en 2001, David Loucka y Jacob Aaron Estes.
Sin embargo, a pesar de contar tanto con actores como con guionistas tan destacados, la cinta no ha sabido convencer. Y mucho menos, asustar.
Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas… ¡Cómo serán las terceras! En este caso el dicho se cumple. Rings tenía el reto de aportar algo nuevo, algo que nos sorprendiera y nos aterrorizara de formas que no hicieran sus predecesoras. Pero no lo ha conseguido.
El argumento vuelve a ser el mismo que antaño: una grabación que se convierte en la condena de muerte de todo aquel que la ve. Siete días es el margen que hay para crear una copia y asegurarse de que otro la vea. Si no, la vida del curioso llegará a su fin gracias a una espeluznante niña que atraviesa la pantalla. Una concesión que sí hay que darles a los guionistas es que esta vez han incluido la cinta en multiplataforma. Es decir, la película puede verse en un ordenador, en una proyección en una ventana… Donde más os apetezca.
La historia está protagonizada por Julia y Holt, una joven pareja que se ve obligada a separarse para cursar sus respectivos estudios. En su nueva ciudad, Holt acaba por unirse a un grupo de estudiantes decididos a ver la cinta de Samara. Estos son ayudantes del profesor Gabriel, quien ha dedicado toda su vida profesional a estudiar el caso. Ante la ausencia de comunicación de Holt, Julia decide acudir a su universidad. Juntos investigarán los orígenes de Samara para intentar romper esta maldición.
El problema de Rings no está en la dirección. Tampoco en sus actores, cuya calidad interpretativa no merece ser cuestionada. La gran lacra de esta película ha sido el guion poco original y, en ocasiones, carente de sentido.
Parece que el objetivo era imbuirnos en la investigación de la tragedia familiar de la que surge la niña del pozo. Sin embargo, la historia avanza a trompicones. Algunas partes son realmente aburridas; mientras, otras concentran los grandes avances de la trama de una forma un tanto apelotonada y forzada.
Por último, el final transmite la idea o, al menos, la posibilidad de que se haga una cuarta parte. Visto el resultado de Rings, yo no apostaría por una entrega. Parece que el cine de terror ha llegado a su límite de ideas originales. ¿Estará condenado a los reboots, precuelas, secuelas, etc.?