¡Hola, muy buenas amantes del anime y el manga! Se dice que el anime, allá en su origen, fue el resultado de la inquietud creativa de un grupo de cineastas ungidos en el ferviente deseo de recrear aquello que el cine americano quiso extrapolar al resto del mundo. Ante el sempiterno abrazo de una inspiración sin nombre, surgió un producto el cual, a día de hoy, acapara una —cada vez mayor— cuota de mercado. Bajo el marco de una cultura muchas veces venerada por su exótica puesta en escena nació lo que, a día de hoy, se ha convertido en un fenómeno de masas. Fiel reflejo de su sociedad, más pronto que tarde nos encontramos pernoctando queriendo una nueva migaja de aquello a lo que terminamos llamando anime.
Otrora, quienes nos dejamos seducir por aquellas sus inverosímiles historias y su peculiar sentido del arte ignoramos, por desgracia, una innegable realidad: el reflejo de una sociedad sexista que ocultaba aquellas sus más oscuras representaciones bajo una máscara de coloridas secuencias. Cariacontecidos, observamos como cuestiones tales como las series harén, el archiconocido ecchi y otras variantes tomaban el control del ámbito comercial y hacían de las suyas. A día de hoy, por desgracia, estas han cobrado fuerza, y no hemos podido más que observar, taciturnos, como se usaba la sexualidad como herramienta comercial.
Tristemente, tomó el mando. Pero no fue siempre así. Nunca ha sido una realidad taxativa de control absoluto, pues siempre hubo quienes decidieron dar un paso al frente. Y hoy, precisamente hoy, quería hablaros de ello. Del baúl de los recuerdos he querido rescatar —no en forma de ranking, muy importante— un recopilatorio. Hoy he querido centrar mi narrativa en aquellos personajes que, de una forma u otra, pusieron en tela de juicio la mala praxis de no pocos estudios de animación nipones. Con su presencia demostraron una verdad que jamás debió ponerse en duda y/o quedar sepultada a un segundo plano.
Hoy hablaremos de esas mujeres. Hoy hablaremos de personajes femeninos que demostraron que las mujeres son reales y no meros objetos con los cuales comercializar el anime. En esta ocasión, traeremos a coalición una selección de personajes que rompieron el tópico del cuerpo femenino como reclamo; estaba claro, pero a veces todo queda sepultado bajo un vidrio obtuso, pues poderoso es caballero don dinero; lo que vende, vende. Y lo que vende no es una imagen real, sino una idealización irreal de un objeto con cuerpo de mujer. Hoy hablaremos de artistas que dijeron basta y crearon personajes reales y con un mensaje claro: estamos aquí.
Winry Rockbell, de Fullmetal Alchemist
No existe receta, guía ni arquetipo que haga las veces de piedra filosofal y descifre el proceso creativo que tiene lugar cuando surge un personaje como Winry Rockbell. No hay fórmula, solo un personaje que se adueña de un fragmento de ese espejo al que llamamos realidad. En esta ocasión, hablamos de Rosie the Riveter, quien durante muchos años fue la cara visible de la mujer trabajadora. Pero no es necesario tomar una referencia tan clara para dibujar una figura representativa bien conceptuada. Nos encanta Hiromu Arakawa, mangaka responsable de Fullmetal Alchemist, por su capacidad para idear figuras plausibles y con verdadero trasfondo. De hecho, Winry es solo uno de los muchos ejemplos que podríamos exponer de la ya mencionada artista.
Rockbell tiene un papel capital dentro de Fullmetal Alchemist, pues es la mecánica de nuestro querido Edward. No obstante, su representación no es meramente figurativa. Winry es una joven independiente y cuya puesta en escena no queda marcada por la del alquimista. O lo que es lo mismo: no es un personaje femenino supeditado a la presencia de un personaje masculino. Valiente y decidida, expone una serie de actitudes y aptitudes poco propias dentro del espectro de la animación nipona. Es un ejemplo de superación y constancia, con una personalidad muy marcada y una serie de objetivos propios.
Sin ser ajena al amor, no se desvive por quien dice ser el protagonista. Es presentada como lo que cualquier mujer es: una persona por y para sí misma, con sus virtudes y sus defectos, pero independiente. Se aleja de concepciones tóxicas y destroza el tópico de la mujer objeto; no es una cara bonita y un abanico de curvas destinadas a contentar a un fandom nocivo. Así pues, se sitúa en primera línea con su fuerte personalidad. No entra en absurdos debates de ser o no femenina; es ella, sin más. Es Winry Rockbell, una joven mecánica amante de la metalurgia.
Revy, de Black Lagoon
Da una de cal y otra de arena. Así es Rei Hiroge, autor de Black Lagoon. No obstante, hoy hemos querido quedarnos con lo bueno: Revy, protagonista de una de las series más icónicas de los últimos años. A día de hoy no resulta extraño encontrar series de animación y/o manga protagonizadas por mujeres guerreras. Por desgracia, es igual de cierto que, en su gran mayoría, estas tienden a caer bajo la sexualización carcomida e innecesaria. Fanservice lo llaman algunos. Ecchi lo denominan otros. Innecesario es el nombre que yo adjudico. Por suerte, Revy demostró desde a principios de los años 2000 que, en realidad, tales términos eran una mera excusa comercial para vender a la mujer como un objeto.
Asesina por definición, la prolífica pistolera de la empresa Black Lagoon se destaca por su personalidad nihilista. Es grosera, cínica, agresiva y muy competitiva. Se contrapone al concepto de Yamato Nadeshiko, una expresión que hace referencia a la personificación de la mujer japonesa perfecta; o lo que es lo mismo, al epítome de la pureza y belleza femenina. No solo es una idea nociva y malamente idealizada, sino que está muy arraigada en su cultura; una buena mujer es aquella que es bella y, al mismo tiempo, buena esposa. En caso contrario… Malo. Revy se opone a todo eso y más. Su gusto por el tabaco —las mujeres fumadoras suelen ser un tabú dentro de la sociedad nipona— o su mero oficio la convierten en una imagen que lucha contra la asignación de roles y rasgos.
Líder de campo, combina a la perfección la camaradería, el afecto o la lealtad sin necesidad de caer en el romance tópico de héroe y princesa. Si bien es cierto que se ha insinuado que existe cierta atracción entre ella y Rock, también se ha dejado caer que es bisexual, cosa que no suele ser demasiado común en el manga. Nos gusta su construcción, en primer lugar, por ser quien es, sin más; como mujer no está sometida al tópico y fetichismo nipón. Asimismo, su presencia en el manga no queda remitida a Rock. Ambos forman un tándem equitativo en donde cada cual hace lo que está en su mano.
Emma, de The Promised Neverland
Emma, con toda probabilidad, es uno de los personajes con más impacto de los últimos años gracias a la estelar puesta en escena de The Promised Neverland. El manga, licenciado en España por Norma Editorial, sentó precedente. No obstante, fue su adaptación anime la que terminó de impulsar su proyección a nivel occidental. Por desgracia —pues no debería ser noticia—, uno de los aspectos más destacados fue la nomenclatura de protagonista femenina. Sean cuales sean los motivos, bien es sabido que, por norma general, los shōnens están protagonizados por un personaje masculino. Podemos encontrar muchas coprotagonistas, como Sakura Haruno, Lucy Heartphilia o Nami, pero no es lo mismo.
Emma es la protagonista principal y, aunque comparte cámara con otros miembros del reparto, es quien comanda el argumento. Por otra parte, es una mujer que no responde a los cánones estéticos tópicos del anime y el manga. No solo es atlética, valiente y decidida, sino que sus rasgos fáciles son rectos e, inclusive, duros. Tiene el pelo corto y descuidado —respondiendo a una premisa bastante frecuente en el shōnen— así como una apariencia acorde a su edad. Por otro lado, su relación el resto de niños, sea cual sea su género, es muy sana, dentro de lo que cabría esperar en un contexto apocalíptico.
Nos gusta Emma por su capacidad para irrumpir dentro del género y demostrar que no es estrictamente necesario un personaje masculino para protagonizar un buen shōnen. Debate aparte sobre si el sistema de demografías nos parece correcto o no, queda muy claro que la proporción está muy desnivelada. Existen otros ejemplos, claro está, pero son minoría.
Ciclo de personajes femeninos del anime [primera entrega]
¡Y hasta aquí la primera entrega del que espero que sea un largo ciclo de artículos! En este nuestro primer ciclo hemos hablado de algunos personajes relativos al mundo del anime, aunque nos ha quedado algo más largo de lo que habíamos calculado; prometo que el siguiente artículo será más corto. En nuestro próximo artículo hablaremos de Madoka Kaname, Mikoto Misaka y Umaru. Asimismo, pongo de manifiesto que no centraremos estos nuestros esfuerzos —solamente— en personajes femeninos del anime y el manga, sino que abordaremos otros campos tales como el cine. De hecho, la segunda entrega estará protagonizada por mujeres del mundo del videojuego.
De igual forma, me gustaría recordaros que podéis dejar en la caja de comentarios de abajo vuestras sugerencias, ya sean de anime, manga, juegos o cine. ¡La idea es un ciclo continúo el cual ir ampliando con el paso del tiempo con nuevos artículos! En último lugar, mas no por ello menos importante, me gustaría agradecerle al resto del equipo de redacción su inestimable ayuda. No puedo olvidarme, tampoco, de los consejos y sugerencias de la gran ayuda de mis consejeras de Murcia y Madrid. Muchas gracias a todas por la ayuda.
P. D.: Prometo que los futuros ciclos serán más cortos, pero en esta ocasión he necesitado extenderme un poco para poder presentar el artículo.
- Corrección: Guillermo Ruiz
