Paradox por fin sacó a la luz una de las secuelas más esperadas entre sus seguidores. Victoria 3 era la continuación de la saga de gran estrategia decimonónica y comercial donde tendremos que manejarnos entre la diplomacia para salir airosos. Hoy os cuento mi experiencia en este análisis.
¡Hola gente! Como comentaba, el esperado Victoria 3 ya está en nuestros ordenadores para reimaginar un siglo XIX que puede convertirse en cualquier cosa. Podéis haceros con el juego en Steam por 49,99 €. Para quien no conozca esta clásica serie de videojuegos de Paradox, os comento muy brevemente.
Victoria 3 es un juego de gran estrategia donde tendremos que formar nuestra sociedad ideal en el tumulto del siglo XIX. Teniendo en cuenta todas las contingencias, sus emociones y transformaciones. Para ello, tendremos que ponernos a equilibrar los intereses contrapuestos de tu sociedad para que todo llegue a buen puerto.
Análisis de Victoria 3 | Empezamos por la jugabilidad con sensaciones encontradas
No os voy a mentir, el juego ha recibido muchísimas críticas y, actualmente, las valoraciones generales no han sido del todo favorables. Empiezo por la jugabilidad porque, los más veteranos estoy seguro de que lo saben, Paradox no es sencillo. De hecho, siempre conviene estar las primeras horas si vienes de nuevas leyendo y aprendiendo las diferentes mecánicas, ya que es profundo y complejo.
Sin embargo, a mi juicio, esta vez han conseguido mantener esa complejidad, pero haciéndola más farragosa. Es cierto que hay un apartado específico donde puedes jugar una partida-tutorial donde van saliendo pestañas de ayuda continuamente. A través de ellas se espera que el jugador vaya leyendo y aprendiendo mientras juega.
Problema: no son ni claras ni didácticas. Siendo un jugador con muchas horas en Paradox, pude inferir a qué se dedicaba cada cosa. Ahora, alguien novato puede vérselas si tiene que memorizar esas parrafadas incomprensibles. Me llama la atención que no se apueste por los tutoriales que usaron en Stellaris, una voz consejera que nos dirige en los primeros compases y que SÍ es didáctica.
El comercio lo es todo
La saga Victoria se ha caracterizado siempre por poner el foco en la economía, mientras que otras como Hearts of Iron lo hacían en la guerra y Crusader Kings en la política. En este sentido, aunque la diplomacia, las guerras y las jugadas diplomáticas tienen una importancia considerable (crear colonias, desgastar a las potencias rivales, guerra…), el mercado es donde se invierte más tiempo.
Lo cual es una pena, porque el nuevo sistema de diplomacia está muy bien, pero apenas se potencia y pasamos la mayor parte viendo cambios de valores en los productos. De hecho, esos valores son muy farragosos de entender porque el control del precio varía sin mucho sentido. Pese a la ayuda o consejos que te ofrece el juego, te sientes sobrepasado al no entender nada.
Ejemplo: jugando con Grecia consigo que el país crezca mucho de forma continuada hasta que, de pronto, entro en crisis y caigo en tres bancarrotas seguidas. Ni tiene una explicación lógica ni «histórica» (en HoI sabemos que los acontecimientos influyen, aquí directamente son anecdóticos). Además, todas las rutas comerciales suelen ser deficitarias si no juegas con las potencias principales, limitando mucho la experiencia en otros países.
Al girar todo en torno a ello, hay que planificar las investigaciones, guerras y política en función del sistema socioeconómico que quieras plantear en tu país. Esto llevara tiempo y mucha paciencia. La diplomacia es tosca y si sabes controlarla hasta simple (especialmente con ejércitos poderosos). Con lo cual, la jugabilidad ha sido un continuo «quiero y no puedo».
Un apartado artístico cuestionable
Con la jugabilidad, pese a que he destacado lo peor, quiero pensar que irán solucionando los problemas y tiene mi voto de confianza. Ahora bien, el apartado técnico tiene cosas que no se pueden salvar. Paradójicamente, el nivel de detalle del mapa es aceptable; tiene las ciudades que van creciendo a medida que construimos, el detalle de los transportes, accidentes geográficos.
Lo suficiente y algo más para lo que debe ser el mapa. No obstante, con los diseños de personajes no tengo absolutamente nada que bueno que destacar. Han querido implementar el mismo motor que en Crusader Kings 3, pero no queda igual. Personajes que con 20 años parece que tengan 60, nulo parecido histórico, fallo de texturas…
Bastante decepcionado porque creo que han desaprovechado las impresionantes láminas artísticas de las pantallas de carga, siguiendo su modelo se podrían haber hecho los diferentes personajes (como si fueran sus retratos). Habría quedado mejor y más acorde con la época.
Conclusiones
Sé que es su modelo de negocio el sacar el juego y luego bombardear el lanzamiento con expansiones (algo caras) con las que ir ampliando y puliendo el juego. Les funciona y lo respeto. Aunque no escondo mi decepción cuando veo que un proyecto como Victoria 3 se llevaba pidiendo años y el resultado ha sido una muestra evidente de desidia. Se le ve potencial, es jugable, es divertido (ojo) y sigue comiendo muchas horas; pero tiene muchos fallos.
Tiene muchas cuestiones que de lanzamiento no pueden ocurrir, planteamientos sin pulir. Es como si se hubieran precipitado, básicamente. Entonces, bueno, quiero darle un voto de confianza y que lo solucionarán pronto todo, de ahí el recomendable que le daré.
- Las capas estratégicas y detalle gráfico del mapa.
- El apartado político y el nuevo sistema diplomático.
- El arte de las pantallas de carga y general del juego.
- El diseño de los personajes.
- Lo farragoso que sigue siendo el comercio.
- Nulo protagonismo a la historia, pese a ser un juego de ambientación histórica.
