¡Hola, muy buenas amantes de los videojuegos! Regresamos con un nuevo análisis. En esta ocasión hablaremos de Trine 4: The Nightmare Prince, un juego de acción y aventura, puzles y scroll lateral. Desarrollado por Frozenbyte, su origen se remonta a 2009, año de nacimiento del primer título de la franquicia. A continuación, en 2011 y 2015, respectivamente, se publicaron Trine 2 y Trine 3. No contentos con la longevidad de la —ahora sí— franquicia se propusieron lanzar al mercado una nueva continuación. Y es ahí donde entra a coalición Trine 4, quien ha contado con la colaboración de Modus Games para su publicación.
Trine 4: The Nightmare Prince
Trine 4 nos sitúa en un mundo de fantasía medieval. Bien podríamos estar hablando de las primeras novelas de Harry Potter, Las Crónicas de Narnia o La Historia Interminable. The Nightmare Prince trae a coalición una historia en donde la magia, el arco y la espada unen fuerzas bajo el marco de una narración encantadora y desenfada. Un mundo simpático en donde todo parece ser posible. Debo confesar que la ambientación, en la conjunción de sus tres elementos básicos —argumento, banda sonora y escenografía—, es impecable. Podríamos destacar la fuerza de su narrativa, con la presencia de un narrador omnisciente, casa a la perfección con el guion. La trama, de por sí, es bastante normal, pero se convierte en algo muy digno gracias a la forma de contarla.
No sucede de igual forma con el contexto situacional. Me explico. Parece ser que Trine 4 —no he jugado a los anteriores— se localiza no mucho más tarde de la tercera entrega. Repetimos protagonistas: Amadeus el mago, Pontius el caballero y Zoya la ladrona. Los tres personajes se conocen con anterioridad e, inclusive, se habla de ellos como los héroes de Trine. Si bien es cierto que Trine 4 funciona a la perfección de forma independiente, esa falta de información te puede llegar a desplazar. No es nada importante, pero no deja de ser cierto que hay ciertos chistes y/o cameos que perdieron todo su impacto ante la falta de una partida previa. Resulta lógico y normal, todo sea dicho, pero se debe tener en cuenta.
A modo de resumen, los tres héroes se embarcaran en una fantabulosa aventura para rescatar al príncipe Selius. Este, sin embargo, parece que no quier eser rescatado. Nombrado por muchos como una especie de genio de la magia, se vio envuelto en algo que no pudo controlar. Ahora, perseguido por unos extraños seres de oscuridad, huye en busca de libertad. O eso parece. Entretanto, Amadeus, Pontius y Zoya partirán en su búsqueda y persecución para descubrir que está pasando; librarle de sus males y recobrar el orden será su misión.
Una estupenda aventura de magia y puzles
Pasemos al quid de la cuestión: la jugabilidad. Trine 4: The Nightmare Prince se desenvuelve como un juego de aventuras, plataformas y puzles, con toques de acción en scroll lateral. Debo decir que, aun con las limitaciones de su presupuesto, el estudio se desenvuelve a las mil maravillas. Para empezar, cada personaje dispone de una serie de mecánicas concretas. Amadeus puede invocar una caja de la nada y usar una especie de telequinésis para mover objetos. Por otro lado, Zoya es una arquera consumada: puede unir cosas con cuerdas, congelar y/o quemar superficies con sus flechas, balancearse con su gancho, etc. Es quien más movilidad tiene. En último lugar, Pontius. Armado con su espada, es el combatiente más capaz —aunque todos pueden luchar—. Asimismo, puede repeler ataques enemigos con sus escudos o reflejar la luz del sol para activar todo tipo de mecanismos.
¿Lo mejor de todo? La curva de dificultad está muy bien hecha. Empezamos con tres pequeños capítulos a modo de presentación. Estos, a su vez, sirven de tutorial: nos hablan de las facultades de cada héroe y explican, con profundidad y brevedad al mismo tiempo, algunas de sus habilidades básicas; es muy satisfactorio. Poco a poco irá aumentando su dificultad, planteando puzles cada vez más complicados. Podremos combinar las habilidades de los tres héroes (por ejemplo, Zoya puede atar una cuerda a las cajas de Amadeus) en una serie de muy ingeniosas argucias y rompecabezas. Debo confesar que me ha encantado. Rara vez me he sentido perdido y, en realidad, los mayores desafíos han quedado supeditados a tareas opciones. Es decir, nunca te llegarás a ver del todo atascado.
Si lo deseas, además, el juego ofrece ayudas, pero no suelen ser necesarias. Por si fuera poco, el control está muy depurado. El juego es preciso como pocos; se lo han currado de verdad. La nota negativa, empero, queda ligada a este mismo control. Hay dos aspectos que me han chirriado. En primer lugar, Zoya: el sistema de apuntado de su arco no es todo lo precio e intuitivo que nos habría gustado. Es demasiado lento en la mayoría de combates; su control puede ser un tanto errático. Por otra parte, el movimiento corporal de los personajes es un poco extraño. No es malo, pero anda falto de naturalidad. Para ir terminando, hay coleccionables. Los más importantes son unas especie de pociones que hacen las veces de experiencia para subir y/o adquirir habilidades.
Por otra parte, no destaca como juego de acción. El componente de pelea queda reducido a un guerrero con espada, una ladrona con arco o un mago con argucias. Es interesante ver como se desenvuelven los combates, pero carecen del frenetismo que se espera de un juego de acción. Así pues, podríamos decir que flaquea en la susodicha vertiente, pero porque en realidad no deja de aplicar ese factor de puzle en esas mismas batallas. Si lo que buscas es una acción veloz e intensa, Trine 4 no es para ti. Ah, y que no se me olvide. El juego incluye modalidad cooperativa online o local.
Una ambientación de pura fantasía
Vayamos por partes. Primeramente, la banda sonora y el doblaje. Sabía que Trine 4 venía con traducción al español. Lo que no me esperaba es que el doblaje fuese tan bueno. Las voces escogidas para todos y cada uno de los personajes son excelentes y están cargadas de carisma y realismo. Ha sido un verdadero acierto. Lo mismo puede decir de la soundtrack, la cual me ha parecido muy notable. Sabe acompañar a la perfección y refleja de manera muy acertada esa sensación de fantasía de hadas de la que se dice dueña. No puedo poner objeción alguna al que ha sido uno de los mayores atractivos del juego.
Al mismo tiempo, el diseño de niveles es genial. Y no solo porque podamos resolver cada puzle de una manera u otra, sino porque el escenario es sorprendente; me faltan adjetivos para describir lo bonito que me ha parecido todo. Frozenbyte ha sabido crear un paisaje y unos personajes con mucha personalidad sin necesidad de despuntar a nivel gráfico. Obviamente, no puede competir contra el hiperrealismo de otros juegos del mercado, pero tampoco lo necesita. Es precioso y espectacular a su manera. Es sútil en los detalles, pero grandilocuente en su computo global. La escena está cargada de vida y dinamismo. Parece sacado de un cuento de verdad.
Con todo, hay que ser realista: no es juego para todo el mundo. Trine 4 bebe, directamente, de otros clásicos del género. Por citar un ejemplo, la banda sonora me ha recordado mucho a MediEvil. Lo que quiero decir con esto es que habrá quien encuentre feo su diseño. No busca la perfección, ya que se recrea en lo extravagante y lo peculiar. Eso sí, lo hace sin llegar al extremo.
Conclusiones
Trine 4: The Nightmare Prince me ha encantando. Ahora, eso sí, soy un ferviente admirador de los juegos de puzles y aventura plataformera. Por consiguiente, se lo recomendaría encarecidamente a quienes, al igual que yo, gusten de ese modelo de videojuego. Por el contrario, no podría decir lo mismo a aquellos que prefieran títulos más frenéticos. El componente de acción y combate es el punto flojo de Trine 4, pero porque lo orienta desde una persectiva de rompecabezas. No quiere, o no puede —eso ya no lo sé—, desarrollar combates cargados de tensión; la agilidad no es su motor. El gameplay es pausado y tranquilo. Se disfruta a su modo. Siendo redundante, y en lo personal, me ha encantado.
Análisis Trine 4: The Nightmare Prince. Código para PS4 cedido por Dead Good Media.