Hoy os traemos Skellboy, título debutante del estudio Umaiki Games. O lo que es lo mismo, una alocada historia que, desde luego, no dejará indiferente a nadie. ¡O te encanta o te espanta!
Personalidad, carisma, humor…
Skellboy tiene un «pero», uno importante, mas como no es plato de buen gusto empezar con lo más ácido, pues comencemos con lo dulce; el título de Umaiki Games tiene muchas cosas buenas. Posee un mundo precioso de ver, y es que el estilo 2D/3D de sus escenarios es embaucador y atractivo. Su humor es sensacional y muy «estúpido», como el que puedes encontrar (aunque a otras escalas) en títulos estilo Borderlands.
El juego no puede tomarse en serio en lo relativo a su historia. El humor es el factor predominante en el argumento, ya que pretende crear una historia divertida de contar. Los chistes están a la orden del día, como un soldado que te especifica varias veces en que puedes hacer «lo que quieras, absolutamente cualquier cosa, en serio, lo que sea, menos saltar por este pozo».
No solo hablamos de gracias en forma de interacciones con enemigos, sino con el propio mapa. Además, la personalización del protagonista nos deja escenas y conjuntos hilarantes. Así pues, el juego tiene una personalidad desenfadada muy conseguida. Este tipo de humor sencillo hace del título una obra familiar y divertida para cualquier tipo de jugador. El mismo mundo y mapeado —como dijimos con anterioridad— está logrado y es muy propio dentro de los tópicos por los que camina. Todos y cada uno tienen su propia «alma», su esencia particular sin repetirse entre ellos. Es agradable no tener una retahíla de paisajes idénticos, cosa que suele pasar en otros títulos independientes.
Pero… ¿Y la jugabilidad?
Ha llegado el momento. Vamos a hacer una comparativa con la franquicia más explotada, a ese respecto, de los últimos años. Tranquilos, aceptamos vuestro odio; en FreakEliteX solo tenemos espacio para nuestro amor por vosotros. En la época en la que Dark Souls salió al mercado, hubo un pequeño debate que a día de hoy perdura. ¿Su tosca jugabilidad era falta de talento a la hora de desarrollar sus mecánicas, o por el contrario, era un elemento intencionado para crear dificultad?
Seguidores y detractores de la franquicia siguen combatiendo sobre quién tiene la razón en este asunto.Y el tema a tratar es un poco el mismo con Skellboy. El título presenta una limitación bastante amplia en cuanto a jugabilidad y mecánicas. Nuestras acciones se resumen en: cambiar de arma, botón para golpear lo que hay delante y botón para saltar. Y, en efecto, a medida que avancemos en la historia, dispondremos de varios tipos de armas a lo largo de nuestra aventura: espada, lanza, hacha, maza, etc. Sin embargo, la diferencia entre ellas, aunque evidente, es extremadamente poco notoria de un arma a otra.
Dentro de las distintas ramas, tendremos diferentes para recoger. Por ejemplo, la katana es más rápida que las primeras espadas que nos encontramos. Por desagracia, a pesar de ser el mismo tipo de arma y hacer el mismo daño que las anteriores, las hace inútiles en comparación. Las armas hacen, casi todas, el mismo daño y su interacción «especial» —a excepción de la maza en nuestra experiencia— son un poco inservibles.
Otro problema es que fuera de ser un RPG, Skellboy es directamente un juego de acción. Es decir, no podemos personalizar nuestras mecánicas favoritas o subir de nivel para superar un obstáculo molesto. Sí que puedes cambiar tu armadura y con ello la vida total que tienes. Por ejemplo: una armadura te permite recibir más golpes, pero a cambio tu velocidad será reducida.
Esto es engorroso debido a que los enemigos finales no son difíciles de comprender, pero, puesto que nuestras opciones son las ya mencionadas antes, hacen muy complicado artificialmente combatir contra las decenas de ataques o posibilidades de estos enemigos.
Conclusiones finales
Skellboy demuestra cosas interesantes. Y es que tienen que mejorar en algunos aspectos, pero otros los tienen muy bien cocinados. Umaiki Games tiene talento para crear mundos personales y con carisma y estamos seguros de que Skellboy no va a ser su único título.
No olvidamos que mecánicamente a nosotros no nos ha apasionado ni el plataformeo ni las partes bélicas, pero un juego, como cualquier obra de otro medio, es su conjunto. Esperemos que trabajen más en este aspecto, ya que a diferencia de Dark Souls, Skellboy no es un juego que pretenda destacar por su dificultad. Y es por ello que se nos asemeja más a una falta de experiencia a la hora de crear mecánicas fluidas que de buscar una dificultad añadida a través de su propia jugabilidad.
Aun así quizás estamos siendo algo duros. No podemos pedirle a Skellboy una dificultad mecánica tan pulida como el último título de Miyazaki con su apasionante Sekiro. Preferimos quedarnos con los puntos fuertes, así que hagamos un repaso: Historia divertida, humor trabajado y mundo carismático y con personalidad. No suena nada mal ¿no?
Análisis Skellboy. Clave de juego cedida por terminals.io.