Mucho ha llovido desde que el estudio Ryū ga Gotoku publicó aquel singular juego spin-off llamado Ryū ga Gotoku Ishin!, más conocido en Europa como Yakuza: Ishin! Por aquel entonces la saga todavía en una muy de nicho, ya que hasta la explosión de Like a Dragon no terminó de ser la gran franquicia (en números) de la que hoy día todos hemos oído hablar. Y aunque en este análisis de Like a Dragon: Ishin! miramos hacia el pasado, también echamos un vistazo al presente y el futuro de la saga.
Sobre todo porque, aunque las cifras de Yakuza son mejores que en sus orígenes, sigue siendo un título que podemos conceptualizar con ese «nicho» de antes. En cierto modo, aunque dice ser mucho más popular que antes, queda muy lejos de los Final Fantasy —por poner un ejemplo cualesquiera— de turno. Así pues, Ryū ga Gotoku tiene que seguir nadando para ser el superventas que en realidad se merece ser.
Porque otra cosa no, pero los nipones son muy buenos en lo que hacen. Como desarrolladora, no podríamos pedir nada mejor en algo tan concreto como el lore de los Yakuza desde la parodia y el respeto, todo al mismo tiempo. Con sus más y sus menos, se han convertido en todo un referente. Un referente que, todo sea dicho, ha empezado a publicar sus juegos en español desde hace no mucho. Like a Dragon: Ishin! nos es uno de ellos.
Este es el primer punto que queremos destacar de nuestro análisis, ya que no solo nos hace muy felices en la actualidad (como ya lo hizo con Ichiban Kasuga), sino que además nos hace seguir solando con ese futuro Like a Dragon 8. Todo ello sin olvidarnos de Judgment, por ejemplo; vamos por el buen camino.
Análisis de Like a Dragon: Ishin!
Habiendo contextualizado brevemente la situación de la saga, podemos hablar nuevamente de Ishin!, remake del ya clásico Yakuza Ishin! de 2014. Hablamos, pues, de un juego que en realidad no es inédito, pero que se ha presentado casi como tal debido a que nunca llegó a Occidente; su lanzamiento, exclusivo en Japón, nos privó de una muy singular aventura durante muchos años.
Una aventura que bebe directamente de los juegos principales de la saga y se aleja del combate por turnos de Like a Dragon. Es más, es tan ‘nostálgico’ y tiene tan en cuenta los primeros juegos de la saga que sus personajes son exactamente idénticos a los de Yakuza. Nuestro protagonista, Sakamoto Ryoma, es la viva encarnación de Kiryu, el Dragón de Dojima, mas no será el único.
La cosa es que sabemos perfectamente que esto es poco más que un homenaje a sus personajes más icónicos y que funciona como recurso para conectar con la audiencia, pues la historia se ubica al final del periodo Edo. Aproximadamente, nos encontramos en el año 1860, por lo que es imposible que Kiryu y Ryoma sean la misma persona. Pese a ello, son personajes muy similares, por lo que empatizar y conectar con él es muy fácil si ya se ha jugado a Yakuza con anterioridad.
Tanto es así que volveremos a ser una suerte de adalid de la justicia que busca derruir el poder preestablecido en la ciudad de Tosa, un enclave que valora más la posición social que la vida. Obviamente, ni Ryoma ni sus futuros aliados están de acuerdo con esta situación, siendo este el leitmotiv general del videojuego. Es un argumento más bien sencillo, pero que funciona bastante bien gracias a su narrativa.
Una historia de redención y venganza
Muy construida sobre el honor, el respeto, la justicia y los ideales, Like a Dragon: Ishin! es un ejercicio de amor a la cultura japonesa, pero con cierto deje de parodia. Serio por definición, se construye sobre un mundo bastante sangriento y cruel, lo que lo aleja muchísimo del Like a Dragon de Ichiban, un título más simpático. Debemos esperar, pues, un Japón más cruel e, incluso, absolutista en donde el poder y el prestigio lo son todo.
Es ahí donde Ishin! se hace fuerte; maneja conceptos interesantes y revive el espíritu de los samuráis y los ronin a través de una historia de revolución y guerra civil. En ese sentido es bastante poderoso, puesto que utiliza elementos especialmente exóticos en la cultura occidental. Siendo sinceros, ¿a quién no le gusta una buena historia de samuráis? Está claro que ese es su fuerte, pero también presenta ciertos defectos.
La narrativa, sin dejar de ser atractiva, es bastante lenta, por lo que tendréis que armaros de paciencia leyendo diálogos y viendo cinemáticas. Ishin! se gusta mucho a sí mismo, siendo esto tanto una virtud como un defecto. Si gustas de este tipo de juegos, te encantará. En caso contrario, es muy probable que termines aburriéndote mientras te saltas las cinemáticas, algo que destroza por completo la inmersión del juego.
Es algo que destacamos con especial hincapié, ya que aquí la historia tiene un peso descomunal, tanto por extensión como por diálogos e importancia. Lo bueno es que, aunque no es nada del otro mundo y emplea recursos tópicos tales como la redención o la venganza, funciona extremadamente bien gracias al carisma propio de la época. Tirando de redundancias, los samuráis molan.
Un guion muy del estilo Yakuza
Lo que no mola tanto es la cámara, siendo este uno de los mayores contratiempos que nos hemos encontrado. Con paciencia, todo sea dicho, uno termina adaptándose a ella, pero no deja de ser cierto que cuesta bastante pillarle el truco. Este es uno de los mayores puntos débiles tanto del combate como de la exploración, dos aspectos con sus puntos a favor y en contra.
Sobre el primero no podemos hablar demasiado, porque lo cierto es que es bastante simple. En cierto modo nos encontramos con una especie de brawler que coge los preceptos básicos del RPG (estadísticas, habilidades que se desbloquean mediante un árbol y barras de vida con valores numéricas), los reduce al mínimo y los apila en combates cerrados en donde nuestro personaje se enfrentará a uno o varios enemigos.
Al igual que en los primeros Yakuza, aquí lo resolveremos todo a puñetazos. En esta ocasión lo haremos mediante cuatro estilos diferentes, pudiendo emplear katanas en uno de ellos. Es más, el juego aplica muy bien el lore histórico (aunque luego lo adapte como quiera) al incluir una variante que usa armas de fuego bastante arcaicas. El último estilo de los cuatro disponibles combina la katana y la espada, siendo este uno de nuestros preferidos junto con el básico: camorrista. Es decir, a puñetazo limpio.
Ahora bien, debemos entender que no hay mejores ni peores. Cada uno de los estilos se adapta a diversas circunstancias, por lo que tendremos que emplearlos según el tipo de enemigo al que nos enfrentemos. Esto es algo muy importante, ya que de otra forma acabaremos pisando la lona una y otra vez sin parar.
Análisis de Like a Dragon: Ishin! | El combate es interesante y atractivo
Ahora bien, si tenemos en cuenta que la historia nos puede durar unas 20-25 horas, cuatro estilos no saben a poco. Nos habría gustado un esfuerzo algo mayor por parte del estudio a la hora de ampliar los mismos, ya que puede sentirse algo repetitivo cuando llevamos varias horas seguidas zurrando al enemigo de turno. Esto lo palian ligeramente con el ya mencionado árbol de habilidades, elemento que nos permitirá mejorar en cada estilo.
Lo curioso es que habrá puntos que serán únicos para cada estilo y otra remesa de carácter genérico. Unos los obtendremos empleando el susodicho estilo, mientras que los segundos se conseguirán en cualquier pelea con cualquier estilo. Así pues, aunque usemos poco uno de ellos, podremos ir mejorándolo usando el resto. Nos ha gustado como mecánica, pues facilita mucho las cosas.
Sea como fuere, esto nos sabría a bastante poco si no hubiese reacciones relacionadas con el entorno y/o movimientos especiales. Son los llamados ataques de Furor, uno de nuestros preferidos. En general, podemos decir que funciona de manera adecuada y que los combos se sienten bastante satisfactorios, pero no parece un juego de 2023. Se nota demasiado ese sabor añejo a 2014, lo cual limita bastante la experiencia.
Las animaciones, la gama de posibilidades, la rigidez de ciertos movimientos, la simpleza general del combate, etc. nos recuerdan muy duramente la realidad: es un remake de un juego antiguo que, por desgracia, no ha sabido actualizarse del todo a la nueva generación de consolas. Esto no quita que sea un título divertido y con gancho, mas no debemos obviar la realidad… y esta nos dice que Ishin! se queda algo corto.
Un extra no le habría venido mal
La jugabilidad, sea como fuere, no se resume en esto, ya que además de poder modificar nuestro equipamiento, alterar nuestra apariencia con distintas prendas de ropa e interactuar con nuestros convecinos, podremos dedicarnos a explorar sus mapas pseudo-abiertos para involucrarnos con la ciudadanía, cumplir misiones secundarias o simplemente explorar.
En líneas generales, el eje de la historia es Kioto durante el final de la era Edo, por lo que podemos esperar ciertas limitaciones audiovisuales. Pese a ello, es muy bonito y aunque no es tan despampanante como Yokohama en Like a Dragon, tiene bastante personalidad. Si los comparamos, por supuesto, que se queda corto, pero eso no quita que sigamos teniendo un montón de actividades secundarias que hacer a lo largo de nuestra aventura.
En eso, Like a Dragon: Ishin! es tan Yakuza como el que más, pues somos incapaces de entender esta saga sin decenas de actividades secundarias (y estúpidas en muchos casos) con las que pasar el tiempo. Esto es algo que siempre agradecemos, porque le da un aire muy único a la franquicia. A fin de cuentas, en ningún otro juego se nos ocurriría ir a un karaoke con un grupo de samuráis para cambiar la sangre y la violencia por las canciones de ‘idols‘.
Pero… ¿Está a la altura de otros grandes títulos de la saga? Sí y no. Indudablemente, Ishin! es más pequeño, puesto que no es un juego principal, sino un spin-off. Así pues, es más pequeño que otros lanzamientos de mayor relevancia, pero sigue disponiendo de una buena remesa de actividades secundarias.
Un old-gen en la next-gen con sus virtudes y sus defectos
Casi que para ir cerrando, el apartado audiovisual. Aunque Like a Dragon: Ishin! nos ha parecido un juego muy bonito, se ha notado mucho que la base es de PlayStation 3. Así pues, aunque se ha migrado a Unreal Engine 4, hay texturas y detalles que se sienten demasiado ‘anticuadas’. No podemos decir, en cualquier caso, que se vea mal o que sea feo, pues no estaríamos siendo sinceros. Lo cierto es que Ishin! es un título que logra cumplir con buena nota.
Simple y llanamente, se nota que no es un juego next-gen, sino que procede de un tiempo pasado. Sucede algo parecido con la banda sonora. Es de buena calidad, pero no presenta el nivel de otros grandes juegos de la franquicia, lo que provocan que este último lanzamiento no destaque tanto como nos habría gustado. Lo que sí podemos alabar es que haya llegado con textos en español, siendo esto algo que nos encanta.
En su conjunto, debido a que podemos decir que lo nuevo de Ryu ga Gotoku se presenta como un remake que mejora lo que vimos en las entregas anteriores, pero que se acerca más al concepto de remaster al no darle un lavado de cara completo y absoluto. Esto provoca que pierda parte de su impacto pese a que el resultado final sea el de un juego de gran calidad.
Análisis de Like a Dragon: Ishin! | Conclusiones
La conclusión más obvia es que el lanzamiento de Like a Dragon: Ishin! es una buena noticia para el fan occidental, puesto que es la primera vez que este videojuego llega a nuestro territorio. Como una versión a medio camino entre la next-gen y la old-gen, presenta grandes aciertos y errores igualmente destacables que nos impiden destacarlo como un verdadero juegazo.
Allá en su tiempo sí que destacó bastante en tierras niponas, pero el paso del tiempo no ha sido en balde. Esto nos hace pensar que un remake más concienzudo habría sido mejor, pero tampoco nos quejamos, ya que hemos disfrutado mucho de la experiencia. Habría estado bien que mejorasen todavía más las texturas y el juego de luces y sombras, que hubiesen retocado las animaciones y/o que le hubiesen dado algo más de profundidad.
Eso está claro, pero también está claro que Ishin! es un Yakuza como una casa y que cumple con nuestras expectativas como tal. Es divertido, entretenido y tiene un aire más cruel de lo habitual. La temática samurái y la ambientación en Edo le quedan como un guante y la sinergía entre sus elementos es potente.
En general, podemos decir que no solo es un juego divertido, sino que merece la pena si eres un fan de la saga. También consideramos que puede ser un buen punto de partida si tenemos en cuenta sus limitaciones gráficas, siendo este su mayor contratiempo. Por o demás, nos ha gustado mucho Like a Dragon: Ishin! y estamos realmente encantados de que por fín esté disponible en España.
- Viene con textos en castellano y se estrena por primera vez en Occidente.
- Es un Yakuza como una casa y mezcla hábilmente la parodia con temas más serios.
- Muy divertido en general.
- La atmósfera, la ambientación y el diseño general son muy buenos.
- La dirección artística es niotable.
- Se nota mucho que es un juego de la generación pasada y algunas animaciones no están bien pulidas.
- El sistema de combate, aunque divertido, podría ser más profundo.
- La cámara os juega malas pasadas hasta que nos acostumbramos.
