Humankind es una entrega de estrategia que promete a sus jugadores la posibilidad de combinar más de un millón de civilizaciones diferentes. ¿Es tan complejo?, y lo más importante, ¿si lo es funciona?. En este análisis os vamos a contar qué nos ofrece el título de Amplitude Studios.
Análisis de Humankind | Miles de combinaciones a tu disposición
Humankind tiene como objetivo hacer que progreses junto a tu civilización para alcanzar cotas nunca vistas. Desde el neolítico, hasta la actualidad. 6 etapas históricas que cambiarán totalmente la composición de vuestro imperio. Esta es la clave de Humankind, aquí reside el núcleo de su jugabilidad: cada vez que progreses podrás cambiarlo todo, cultura, país, religión, leyes… todo. De ahí que tengas tantas combinaciones a tu disposición. Una vez dicho lo anterior, ¿es cierto entonces que posee un millón de combinaciones?
Sinceramente, es imposible saberlo si eres un jugador que simplemente quiere jugar para disfrutarlo al máximo. Incluso intentando exprimir todo su potencial, te costaría ver todas sus posibilidades. Lo que sí os puedo decir es que es un videojuego enorme y en este aspecto han cumplido con creces. Con cada etapa tendrás 10 culturas a elegir con sus respectivas habilidades pasivas. A lo mejor en la era clásica quieres ser los romanos, en la Edad Moderna pertenecer al período Edo Japonés y en la era Industrial ser los italianos. Es increíble la cantidad de contenido que nos ofrece.
Las posibilidades de Humankind son increíblemente extensas. Tienes a tu disposición cientos y cientos de horas de juego.
Ahora bien, ¿si existen tantas combinaciones diferentes no se hará tedioso para los jugadores más novatos? Amplitude Studios ha planteado muy bien está cuestión y gracias a un gran planteamiento, han hecho de su título un videojuego muy accesible. Desde el principio puedes optar por el modo más fácil (Hamlet), indicándole al juego que te enseñe cómo funciona cada aspecto de su jugabilidad. De esta manera, nunca te vas a perder.
Gracias a la enorme accesibilidad de Humankind, cualquiera va a disfrutar de todo lo que tiene que ofrecer. Es muy ameno ir aprendiendo y se hace realmente divertido conforme vas entendiendo su funcionamiento. Esa sensación de aprendizaje no resulta monótona y al ver a tu país progresando cada vez más y más, el título te atrapará sin remedio.
Haz que tu civilización sea recordada por toda la eternidad
Hacer que tu civilización se convierta en la más grande de todas no es una tarea sencilla, pero sin embargo, sí es intuitiva. Ya os he comentado que existen diversos modos de dificultad y que los tutoriales os allanarán el camino, pero incluso sin ellos (imaginad que queréis aventuraros hacia una partida más compleja) podrás guiarte. En primer lugar estableceremos una ciudad que, por defecto, se convertirá en nuestra capital, ese es el primer paso para crear toda nuestra nación. A raíz de esto tendremos que priorizar.
¿Cómo queréis crear vuestra civilización?, ¿queréis ser recordados por vuestra tolerancia y bondad, o por vuestra crueldad?, ¿preferís ser un imperio que se ha enfocado en la conquista, o una nación que ha buscado siempre la paz? Pensad en los recursos que vais a obtener, en las tierras que vais a conquistar y sobre todo, en el gobernante que queréis ser. Todas estas decisiones influenciarán en el progreso de vuestra partida e incluso crearán una narrativa única ligada a vuestra sociedad.
Vamos a poner un escenario, imaginad que empezáis vuestro imperio y queréis enfocarlo a la conquista de otras naciones. Bien, ¿qué necesitamos? Dinero para mantener a las tropas, pero también infraestructuras que se desarrollan con valores de producción y al mismo tiempo, necesitamos comida, por lo que no sería una mala idea crear cosechas. Una vez tengamos todo planeado, tan solo nos queda ir pasando los turnos para que todo el engranaje comience a girar y disponer del mayor ejercito que se haya visto jamás.
Por otra parte, nuestra civilización va mucho más allá que soldados, navíos, conquistas y exploración. La religión, la cultura, la filosofía, el teatro, el libertinaje, los asesinatos… La vida dentro de nuestras ciudades es orgánica y si no le prestamos atención, es posible que nuestra propia nación se vuelva contra nosotros. Si conseguís el equilibrio en todas sus facetas, aunque priorices unas u otras, habrás ganado la partida.
No estamos ante una copia de Civilization
Estamos ante una entrega basada en los videojuegos 4X. Para quienes no estéis familiarizados con el término, éste significa: exploración del mapa, expansión territorial, explotación de recursos y exterminación del enemigo. Dentro de este género, una de las sagas más famosas de todos los tiempos es Civilization, la saga de Sid Meier. Ahora con la salida de Humankind se ha sumado un nuevo contendiente y la clave ha sido no limitarse a repetir la fórmula.
Lo que destaca de Humankind es su frescura. En un género como los 4X donde la fórmula pueda verse quemada, Amplitude Studios ha buscado la forma de reinventarse.
En un principio si juegas a Humankind sin ser un experto en este tipo de videojuegos de estrategia, no te parecerá que haya diferencias claras con un Civilization. Sin duda esta ha sido la intención de Amplitude Studios. Si quieren competir con la saga más grande del género, tienen que hacer algo que se sienta fresco, pero que al mismo tiempo atrape a los jugadores de otras entregas. Las principales diferencias las encontramos en nuestra elección en cada etapa de varias culturas diferentes.
Al principio he mencionado que hasta 10 son las culturas que podemos escoger en cada una de las 6 etapas históricas. Ya solo con esta modificación todo cambia y establecer que nuestra civilización no esté fijada desde el inicio hace que el título sea muy flexible. Otras de las diferencias claves con la saga de Sid Meier son las estrellas. En primer lugar, para superar cada etapa histórica tendremos que conseguir siete estrellas. Estas se consiguen con nuestra investigación tecnológica, nuestras políticas de expansión, lo bien que gestionemos la influencia sobre otros territorios, etc.
Superando etapas
Una vez consigamos siete en total, podemos avanzar de etapa y así superar a nuestros rivales. Si lo hacéis bien, es posible que estéis en la era industrial, mientras que la facción enemiga siga en la era clásica. Vuestra ventaja será abrumadora. Por otra parte, ya no solo hay diferencias con respecto a la elección de nuestra cultura, o la progresión por el flujo histórico, también se añade la fama. La fama funciona de una forma muy inteligente. El resumen más rápido sería el siguiente:
¿Tienes más fama que el resto al momento de terminar la partida? Has ganado. Ahora bien, ¿cómo consigo la fama? Lo interesante viene cuando la fama se traduce en la influencia que tú ejerces sobre el mundo. Da igual si eres un tirano, si has sido la civilización más famosa habrás ganado. Exacto, no tenéis que ser un santo, ser famoso no requiere de ser bondadoso, ¿verdad? Es por estas diferencias que Amplitude Studios ha conseguido realizar un gran trabajo. En primera instancia la entrega recuerda a un Civilization, pero conforme vas profundizando en su jugabilidad te das cuenta de que estamos ante algo que es muy distinto.
No dejes que otras civilizaciones interrumpan tu leyenda
Ligando con el punto anterior, otra forma de ganar fama es tratar cuidadosamente con otras naciones. Ya sea con un enfoque político, o un enfoque de índole belicosa, establecer relaciones repercutirá en nuestras partidas en gran medida. Humankind trata de forma muy inteligente el trato con otras naciones. Estas reaccionarán positivamente o negativamente dependiendo de cuáles son tus decisiones. Por ejemplo, puedes aliarte con otra nación si ves que sus rutas de comercio te benefician.
Estamos ante una entrega que se toma en serio nuestra relación con el resto de naciones. En Humankind es muy divertido realizar pactos, formar parte de conflictos bélicos, entre otras muchas situaciones que dependerán de nuestras decisiones.
A su vez, hacerte aliado de una civilización en concreto puede traer consecuencias negativas con otro imperio que se ha tomado ese tratado como un insulto. Ten cuidado, cualquier acción tiene sus propias consecuencias. Si se da el caso de no haber podido evitar una confrontación directa (a veces no hay más remedio), nos tocará ir a la guerra. La clave en esta situación es conseguir que la población de la facción enemiga no apoye la guerra. Un conflicto siempre genera pobreza, grandes costes, perdida de recursos, muertes indiscriminadas, y un largo etc.
Si conseguimos destruir las unidades enemigas, asediar sus ciudades y quemar sus campos, los ciudadanos se sublevarán para obligar a su líder a que preste su rendición. Cuando hemos ganado una guerra, podemos elegir muchas opciones diferentes que nos beneficiaran en mayor o menor medida. Si la victoria ha sido absolutamente aplastante, entonces podemos incluso demandar que toda la nación enemiga se vuelva nuestro vasallo. Gracias a esto, podremos cruzar sus fronteras sin peligro, no nos podrán atacar bajo ningún concepto y tendremos total superioridad sobre sus tierras.
Mi recomendación es que, si ves que una facción ha cruzado la línea y puedes declararle la guerra, adelante. El negocio de la guerra también es un factor importante y si sabes que vas a ganar con total certeza, acabar con el enemigo hará que tus fronteras lleguen lo más lejos posible. Eso sí, cuidado, pues otra facción podría aprovechar y destruirte cuando estés más débil.
Sé una verdadero estratega
Todo juego de estrategia que se precie posee un sistema de combate complejo y bien diseñado. Seguro que para muchos de vosotros este aspecto es uno de los más importantes. Derrotar a las unidades rivales con vuestro ejercito y conquistar a todos a la fuerza es para una gran parte de los jugadores el atractivo principal de un juego de estas características. En este apartado, Humankind también ha acertado plenamente. Anteriormente he comentado que desarrollar tus unidades requiere de varios elementos, los principales son: dinero, ciudadanos, e infraestructuras.
En relación con los ciudadanos, nuestras ciudades conforme vayan creciendo aumentarán su población. Cada unidad requerirá de un ciudadano disponible. Es por esto mismo que todo va ligado: varias ciudades desarrolladas equivalen a un gran número de unidades de vuestro ejercito. Soldados de infantería, navíos, aviones, tanques, caballeros, samuráis, exploradores, arqueros, ballesteros, jinetes de caballos, elefantes… Tendréis una oferta enorme de posibilidades para crear a vuestros batallones. ¿Lo mejor? Ningún ejercito será igual.
Una cuestión de elecciones
Dependiendo de la cultura que escojáis en cada etapa, las unidades que conformen vuestro imperio serán muy diversas. Vale, ahora pasemos a lo que interesa de verdad: el combate. El sistema de combate se basa en una posición de tablero. Nuestras unidades se podrán conformar de varios destacamentos, pongamos que hasta de siete diferentes. Cuando nos enfrentemos a la facción rival, comenzará la batalla. El objetivo es posicionar a nuestro batallón lo mejor posible teniendo en cuenta la posición del rival dentro de la orografía del terreno.
Si lo hacemos bien, tendremos una gran ventaja. Además del posicionamiento, es clave saber qué unidades hacen más o menos daño a las unidades rivales y de esta forma, conseguiremos hacernos con la victoria. Durante mi experiencia se me ha hecho muy llevadero enfrentarme a mis enemigos. La IA funciona correctamente y hay que pensar detenidamente para gestionar bien todos tus recursos. Vuelvo a lo mismo, Humankind es exigente, pero al mismo tiempo es tremendamente accesible. Busca ser profundo, pero nunca se va por las ramas siendo excesivamente complejo.
Un título que entra por los ojos
Hablando del apartado técnico de Humankind, éste es realmente notable. Los personajes tienen diseños bien trabajados y tanto los modelados como las animaciones cumplen sobradamente. Por supuesto, estamos ante un título en el que la mayor parte del tiempo estaremos observando un mapa global con una cámara isométrica y los elementos en pantalla están realizados con mucho mimo.
A nivel artístico Amplitude Studios se ha esforzado en ser muy fidedigno. A lo largo de nuestras partida, podremos construir diversas maravillas: La Estatua de Zeus, los Jardines Colgantes de Babilonia, la Pirámide de Giza, el Coloso de Rodas, el Todai-Ji, la Torre Eiffel, etc. Todos estos increíbles monumentos representados a lo largo de la historia de la humanidad se han recreado con un gran esmero.
Por último antes de pasar con las conclusiones, el apartado sonoro es excelente. Me ha encantado que conforme vas eligiendo una cultura u otra, los temas musicales cambian. Te hacen sentir mucho más inmerso en la experiencia y realmente sientes que perteneces a la cultura que has escogido. Por otro lado, los efectos de sonido también están a un gran nivel y quiero hacer una mención especial al gran trabajo que ofrece el narrador de Humankind.
Conclusiones
Humankind es una apuesta segura por parte de Amplitude Studios para entrar con un golpe sobre la mesa dentro del género 4X. Ha conseguido establecer una formula diferente y que si bien tiene muchas similitudes con la saga Civilization, con diversas modificaciones te ofrece una experiencia fresca e innovadora.
Si os gustan los juegos de estrategia y queréis probar algo diferente, pero que al mismo tiempo no os haga sentir que estáis ante un género que no reconocéis, creo que Humankind os va a gustar muchísimo. Que aparezcan nuevos contendientes para hacerse con el trono de los videojuegos de estrategia es una gran noticia para los amantes de este tipo de títulos.
Amplitude Studios aún tiene trabajo por delante. Estaría bien pulir algunas mecánicas como el uso de la religión que no tiene un gran impacto dentro de las partidas, o bien establecer un ritmo más acelerado, pues a veces hay bastantes turnos muertos. Sin embargo, aún con lo negativo (que es muy poco), lo positivo es mucho mejor de lo esperado. Puede que estemos presenciando el nacimiento de una saga que llegue muy lejos. Tan solo habrá que esperar cuán lejos quiere llevar a la humanidad.
Análisis de Humankind. Clave de juego para PC cedida por Koch Media.