
De cuando en cuando aparece uno de esos juegos que, de una forma u otra, nos termina sorprendiendo. Ya sea para bien o para mal, Dice Legacy es uno de ellos, ya que su apuesta es, como poco, muy singular. Siendo sincero, a mí me ha gustado, pues su originalidad supone un soplo de aire fresco dentro del género de la gestión de recursos. No obstante, será tarea vuestra decidir si los cambios que introduce en sus mecánicas son de vuestro agrado… o no.
Sea como fuere, vayamos por parte. Para empezar, Dice Legacy ha sido desarrollado por DESTINYbit, un estudio con —relativamente— poca experiencia, pero con buenas ideas, y Ravenscourt, los también creadores de títulos tales como Road 96, Protocorgi, Relicta o Siege Survival: Gloria Victis. Descrito como un juego de construcción de ciudades y supervivencia, también ha sido enmarcado dentro del género roguelike. ¿Tiene sentido? Pues la verdad es que sí, aunque ya os digo que, de buenas a primeras, choca un poco.
Dice Legacy

Dice Legacy es, tal y como índica su propio nombre, un juego de dados. Así pues, nos embarcaremos en una historia de construcción y supervivencia con poco o nada de historia; la narrativa, la cual destaca por su ausencia, se limitará a nuestra expansión continental. Si bien es cierto que encontraremos información contextual sobre el mundo que nos rodea, el desarrollo de su universo es un aspecto que el estudio ha dejado bastante de lado. Más allá del interés que pueda suscitar descubrir una costa inexplorada o un bosque virgen, no habrá mucho sobre lo que investigar.
Diría, en cualquier caso, que su mayor atractivo a ese respecto es interactuar con nuestros pueblerinos… Son dados. En efecto, los dados representan a nuestros súbditos y será nuestra responsabilidad proveerles de alimento, cerveza y medicinas. Es, sin lugar a dudas, una premisa muy interesante que aporta un toque de humor muy peculiar a cualquier decisión que tomemos; cuesta empatizar con ellos, pero… Es bastante divertido, la verdad. Porque aunque sean dados, pueden enfermar, morir en combate o morir congelados por culpa del frío.
Si sobreviven, podrán progresar y convertirse en soldados que defiendan hábilmente nuestras fronteras, en sacerdotes que guíen espiritualmente a nuestro pueblo o en mercaderes que nos hagan prosperar económicamente. Los dados, al final, lo son todo, y no solo porque representen a nuestros conciudadanos, sino también porque serán nuestro principal recurso a la hora de expandirnos, construir edificios, etc.
Que la suerte te acompañe

A grandes rasgos, en Dice Leagy podemos elegir entre uno de los seis gobernantes. Cada uno tiene sus propias características, por lo que será importante descubrir cual se amolda mejor a nuestras circunstancias. Cada ruta empezará de forma similar, ya que empezaremos con los recursos mínimos. Arrancaremos con unos 3 dados (campesinos) con los cuales tendremos que comenzar a recolectar recursos que fortalezcan nuestra expansión. La cosa es que, en realidad, no podremos elegir que hacen, sino que tendremos que adaptarnos a lo que salga.
La primera tirada marca el devenir de la aventura; cada cara representa un oficio, por así decirlo, así que solo podremos cazar si así lo índica el dado. Lo mismo sucede con la tala, la caza, la pesca, etc. Los dados tienen el poder total y absoluto. ¿Qué gracia tiene? Pues que tendremos que adaptarnos constantemente para poder llevar las cosas a buen puerto. Si bien puede parecer aburrido depender todo el rato de la suerte, le da un toque muy especial a la construcción de nuestra ciudad. Es diferente y desafiante. No recuerdo haber probado, nunca, nada parecido. Es muy, muy original.
Ahora bien, ¿qué pasa si no nos sale nada que nos sirva? Pues volvemos a tirar los dados. Como habréis podido comprobar, el factor RNG es bastante potente, pero existen ciertas mecánicas que nos permiten controlar hasta que punto nos afecta. Imaginad: lanzamos nuestros dados y nos sale uno de ataque y dos de recolección. Sea por lo que sea, no nos sirve ninguno, pero estamos pendientes de una invasión enemiga. ¿Qué hacemos? Pues guardar el dado de ataque y tirar, de nuevo, los dos de recolección. Es decir, podemos bloquear dados concretos que pensemos que nos puedan servir más adelante.
Un equilibrio delicado, pero bien medido

Las tiradas, por si había alguna duda, son ilimitadas, pero repetir una y otra vez puede tener consecuencias; el paso del tiempo es una realidad que debemos tener en cuenta, pues los dados tienen durabilidad máxima. Esta durabilidad, para que os hagáis una idea, vendría ser la salud de los aldeanos. Si tiramos una y otra vez los estaremos «forzando», lo cual puede repercutir muy negativamente en su persona hasta provocarles incluso la muerte. Tendremos que dejarles descansar y recuperarse. No es, simplemente, lanzar una y otra vez.
Y así con todo. Más allá de esta peculiaridad, Dice Legacy es como cualquier otro juego de estrategia y construcción de ciudades. Tendremos, pues, que prestar atención al estado de nuestros habitantes, a los posibles ataques enemigos, a la evolución de nuestro sistema económico y el estado de las obras en la ciudad, etc. Vamos, que nos toca convertirnos en los dioses del nuevo mundo y asegurarnos de que todo funcione correctamente. ¿Cómo? Pues asegurando una buena educación con la construcción de escuelas, el correcto divertimento de los aldeanos a través de tabernas o la seguridad de su religiosidad mediante iglesias y sacerdotes.
Muchas de estas mejoras y/o necesidades, no obstante, estarán bloqueados por un árbol de tecnología que tendremos que revisar de cuando en cuando. Es, como viene siendo costumbre, un elemento indispensable que marca el ritmo de nuestra progresión. En función de nuestras decisiones, todo sea dicho, podremos enfocar nuestra estrategia por un lado u otro, pues dispondremos de opciones belicistas, eruditas, etc. Al ir asentando nuestro sistema de juego el RNG disminuirá, pero seguirá estando ahí.
Asume las consecuencias de tus actos

Y mientras desarrollamos nuestra ciudad también podremos explorar el mapa, lo cual desembocará en ruinas, campamentos, refugios, etc. Aquí entra, una vez más, el RNG, ya que en estos campamentos podremos encontrarnos con un enfrentamiento, una posibilidad comercial o un pequeño grupo de refugiados que se unan a nuestra ciudad. Las ruinas, por su parte, tendrán dificultades, y será cosa nuestra si decidimos o no explorarlas. Recordad, pues, que los dados (aldeanos) pueden morir o resultar heridos. Será nuestra responsabilidad velar por su salud… o no. ¿Y si los perdemos? Bueno, siempre podremos conseguir más si nuestra aldea ha prosperado de forma adecuada.
También tendremos que tener cuidado con las circunstancias del entorno y la climatología. Además de sorpresas desagradables, el frío del invierno puede congelar nuestros dados, lo que impedirá que estos hagan nada hasta que llegue el calor del veranito. ¿Y no es esto una verdadera…? Sí, podría ser molesto, pero existen mecanismos para evitarlo o remediarlo. Otro aspecto muy interesante es el factor social, ya que durante nuestra aventura expansionista irán surgiendo decisiones. Nos tocará, en cada estación, tomar una ruta política que afectará de forma negativa o positiva a alguno de los estamentos de nuestro asentamiento.
Esto afectará al nivel de felicidad o desdicha de, por ejemplo, los militares o los religiosos. Será importante encontrar el equilibrio o imponer nuestro sistema de una forma u otra. ¿Podremos? Sí, pero hay que tener cuidado, ya que las revueltas están a la orden del día. Es divertido, la verdad. Si nos convertimos en un erudito de la religión, lo mismo se nos cabrea el aldeano hambriento. ¿Y si somos un dictador militar? Pues es posible que al ejercito se le vaya la olla y terminemos librando una batalla contra nuestro propio pueblo. Ten cuidado.
Un peculiar apartado gráfico

No quiero marcharme sin hablaros, por un lado, del rendimiento y, por otra parte, del apartado creativo. Sobre el primero poco más puedo deciros más que «está todo correcto». He creído detectar algún que otro error menor y ciertos comportamientos extraños en algunas animaciones, pero más allá de eso todo ha ido bastante bien. Nosotros lo hemos jugado en PC, así que no puedo deciros nada de la versión de Nintendo Switch, aunque no creo que haya problema; no se trata de un título que necesite demasiada potencia para funcionar de forma adecuada.
Sobre el apartado gráfico, es bonito. Los edificios están bien cuidados, el mapa es interesante y las texturas no están nada mal. Eso sí, es un título —más bien— de la generación pasada. No hay nada especialmente reseñable y pasa desapercibido si establecemos una comparativa directa con otros tantos productos del mercado. Lo que sí me ha llamado la atención es, sin lugar a dudas, la ruptura de los dados: no pegan ni con cola. Tienen un rollo muy suyo y, aunque destrozan el sentimiento de inmersión, son muy graciosos. Vamos, que me ha encantado ver como, cuando pelean, un par de soldados salen del interior del dado, se zurran con el enemigo y luego vuelven.
Análisis de Dice Legacy | Conclusiones

Dice Legacy es un constructor de ciudades muy interesante, pues apuesta por algo bastante poco común. Los dados, al final, son el epicentro de todo, lo cual nos permite disfrutar de algo bien diferente. La aleatoriedad de su gameplay puede resultar molesta si te gusta tenerlo todo controlado, pero le da un toque muy especial. Es desafiante y entretenido. Aparte, dispone de varios niveles de dificultad. Aprovecha una premisa estúpida (los dados son aldeanos) y lo convierte en algo tremendamente llamativo. Es muy, muy peculiar. Juega en su contra el RNG, así que si no te gusta, pues no lo pruebes. Es clave. Sin más.
Análisis de Dice Legacy. Clave de juego para PC cedida por Koch Media.