
Tocar fondo y emerger de un lugar oscuro. Sin salida y sin un halo de luz que te denote esperanza en la vida. Un lienzo en blanco en el que caen gotas de distintos colores hasta llegar al tono deseado que tiña todo aquello que impregna. Un sinfín de emociones que brotan de GRIS y que te las transmite a ti.
El primer título del estudio independiente español, Nomada Studio, mira más allá de lo estipulado, buscando hacer sentir al jugador e indagando en el viaje que debe realizar su protagonista para recuperar el color, la luz y la voz en su vida.
Una obra artística de Conrad Roset que se funde con los mejores aspectos de un videojuego como el sonido o las mecánicas para trasladarte a paisajes cargados de elementos libres de interpretación.

Una obra para ver el alma
Un comienzo con una situación de agonía donde todo su mundo se derrumba y su voz se apaga. Tú solo observas una caída que posiciona a GRIS como centro emocional de la escena mientras se desdibuja su figura.
Tras una animación llena de carácter y con el estilo característico de Roset, nos encontramos sumergidos en un lugar de tonalidades monocromáticas. Esto denota la ausencia del colorido que presenciamos en la primera escena. Allí está GRIS, esperando que nosotros tomemos las riendas para comenzar su profundo viaje y luchar contra la tristeza que le invade.

A lo largo del recorrido, el juego contiene una gran cantidad de elementos simbólicos. Aluden a las metáforas para poder dotar de ese carácter poético que tiene el apartado artístico. El punto fuerte reside en los colores que se van encontrado y que llenan de forma predominante cada una de las escenas.
A pesar de las obviedades y linealidad que se encuentran en determinados momentos, hay muchos detalles que guían al jugador. Aun así, permite divagar con todo aquello que se ve y sentirse identificado en las grietas que presenta GRIS.
Nada está colocado por casualidad y cada pequeño guiño nos permite conducir nuestra propia experiencia por los impresionantes paisajes del juego.

Perdida en el arte donde me encontré
GRIS alude a temas como la ansiedad o la depresión que se refleja en el viaje sin rumbo que realiza su protagonista en busca de una maduración emocional. El arte va más allá de unas simples pinceladas pictóricas que embellecen cada rincón explorable del juego.
Los cuadros que componen este título se han convertido en un arte jugable. No podemos olvidar que se trata de un juego de puzles con exploración en 2D. Durante el trayecto, se desbloquearán diversas mecánicas que dotarán de mayor complejidad a los puzles. Iremos encontrando múltiples retos para obtener las ansiadas estrellas que nos ayudarán a formar puentes y alejarnos de las profundidades.

El diseño de nivel está bien pensado. Este guía al jugador de manera sutil e intuitiva para no entorpecer el flujo del juego. El comienzo es lento y quizás poco emocionante en cuestión de mecánicas. Conforme vamos avanzando y descubriendo distintas facetas de los escenarios, la protagonista se adapta. Nos ofrece nuevas habilidades para afrontar los retos que están por venir.
En determinados momentos habrá que echarle una vuelta para poder superar los desafíos que se presentan durante la aventura. Aun así, si te ves con ganas de seguir dándole a la cabeza puedes optar por conseguir los coleccionables. La presencia de estos se justifica claramente en el aumento de horas de juego, así como matizar aun más determinados detalles, pero carecen de total relevancia para disfrutar de la experiencia de juego.

Sin magia, no hay arte
Seguramente sea hablar de obviedades, pero es un hecho que el apartado artístico de GRIS es impresionante. La puesta en escena y el balance entre los distintos planos aporta movimiento y enfatizan los momentos dignos de admirar. Las acuarelas se aúnan perfectamente con la música de Berlinist para proporcionar una experiencia envolvente al jugador.
La banda sonora realiza una simbiosis ideal con el apartado gráfico para llevar el ritmo del juego. En todo momento nos hace saber cuándo debemos relajarnos o estar preparados para la acción. El sonido responde a cada momento siendo clave para poder dar ese toque de magia y momentos inolvidables que contiene GRIS.

Una imagen vale más que mil palabras
Como bien dice el refrán “lo bueno, si es breve, dos veces bueno”, justo lo que ocurre con GRIS. Nos rompe el alma decir adiós a su protagonista, después de acompañarla en un largo viaje. Su rumbo ha estado lleno de altibajos, de momentos que recordar, de escenarios memorables… Aun así, como pasa con otros grandes juegos indies como Journey o Celeste, sin duda GRIS quedará inmortalizado como uno de los referentes en expresión artística.
Analizar este juego y ponerle nota es una tarea compleja debido a la subjetividad que trae consigo. Así que, te invito a jugarlo y vivir en tus propias carnes la experiencia cargada de emociones de GRIS.