
Death Stranding 2 – On the Beach ya está disponible, y en FreakEliteX nos hemos volcado al máximo para ofreceros un análisis detallado de lo que, sin duda, es uno de los principales candidatos a GOTY de este año. Han pasado más de cinco años desde que Kojima lanzara su obra más arriesgada y profunda hasta la fecha, una propuesta magistral que, no obstante, dejó varios interrogantes abiertos en su trayecto —nunca mejor dicho.
Imaginad que toma todo eso que hizo bien y no tan bien y lo convierte en un título mucho más profundo y completo, sin perder la originalidad que lo hizo único y con un abanico de novedades enorme. Pues bien, eso es Death Stranding 2: On de Beach y tenemos mucho de lo que hablaros sin dejar nada por alto.
La historia rompe el séptimo arte con más profundidad y detalle: análisis de Death Stranding 2: On the Beach

11 meses después de los acontecimientos de la primera entrega, Sam Porter vive sus días retirados junto a Lou, la niña condenada a la que consiguió salvar de su destino. Sin embargo todo cambia con la llegada de Fragile, quien propone a nuestro héroe conectar a la red quiral con Australia. Lo que una vez más empieza con un viaje tranquilo, acaba convirtiéndose en una misión donde la humanidad se enfrenta a su propia extinción.
La narrativa y el desarrollo de personajes vuelven a erigirse como los pilares fundamentales de Death Stranding 2, destacando especialmente el elenco de secundarios. Entre los rostros ya conocidos figuran Fragile, Deadman (interpretado por Guillermo del Toro) y Heartman (encarnado por Nicolas Winding Refn), mientras que las nuevas incorporaciones —como Rainy (Shioli Kutsuna), Tomorrow (Elle Fanning) y Neil (Luca Marinelli)— aportan frescura y profundidad al reparto.
La trama, tanto la central como la de los personajes secundarios, mantiene un gran interés a lo largo del desarrollo, presentándose además con una narrativa más pulida y accesible que la del primer Death Stranding. En mi opinión, el principal defecto del primer juego residía en su narrativa, que en múltiples ocasiones resultaba confusa y generaba explicaciones que, lejos de aclarar, complicaban la comprensión.
En Death Stranding 2, esta problemática se ha solucionado notablemente. Además, ante cualquier duda que pudiera surgir, se introduce una innovación significativa: el corpus, una enciclopedia dinámica que se enriquece continuamente con entradas detalladas sobre personajes, ubicaciones, armas, enemigos, estructuras y conceptos.
Ideas y conceptos nuevos que dan más detalles sin perder el enfoque de su mundo

Aunque Death Stranding 2 incorpora numerosas ideas y conceptos novedosos, las reglas fundamentales que gobiernan su universo ya son familiares para los jugadores, lo que reduce la sensación de descubrimiento que tuvo la entrega original. Por suerte, con nuestra nueva herramienta podemos consultar todo lo acontecido hasta el momento para no perder detalle. De hecho, al igual que en Final Fantasy XVI, podemos hacerlo incluso en las escenas, por lo que siempre estamos «conectados».
El profundo amor de Kojima por el cine se percibe en cada secuencia, reflejado tanto en la exquisita elección de planos y la audaz dirección de cámara, como en las continuas referencias al Séptimo Arte. Sin embargo, su verdadero fuerte siguen siendo las impresionantes escenas de acción, tan espectaculares que invitan a ser disfrutadas una y otra vez.
Otro de los puntos fuertes que me hacía desconectar de la anterior entrega, eran las escenas kilométricas, donde algunos casos superaban la media hora de duración (o más). En esta ocasión, Kojima apuesta por una fórmula más concisa, donde no duda en ir directo al grano.
También hemos notado un Kojima mucho más libre y sin ataduras a la hora de hacer lo que le venga en gana. Referencias a Metal Gear muy directas, personajes calcados… el director ha recuperado lo que es suyo y le da igual las comparaciones porque su estilo y humor sigue siendo inconfudible.
Una jugabilidad que va más allá de conectar

En términos jugables, esta secuela conserva los fundamentos del título original. Sus críticos suelen etiquetarla como un ‘simulador de repartidor’, dado que la mecánica central consiste en transportar paquetes de un punto a otro. No obstante, reducir Death Stranding (y su secuela) a esa descripción resulta injusto, pues el juego ofrece una experiencia mucho más profunda y compleja.
Un solo recorrido en Death Stranding demanda una cuidadosa planificación: es necesario conocer el terreno, equiparse con las herramientas adecuadas, trazar la ruta óptima y adaptarse a los múltiples peligros que acechan, desde lluvias corrosivas que dañan la carga hasta la amenaza de los Entes Varados, capaces de desencadenar explosiones devastadoras al entrar en contacto con Sam.
Prácticamente todos los elementos jugables del primer título han sido refinados al máximo en Death Stranding 2. La experiencia es más intuitiva, con explicaciones más claras y controles simplificados que facilitan la interacción. Por ejemplo, las estadísticas de Sam, que progresan conforme ejecutamos diversas acciones, están ahora mejor estructuradas, incentivándonos a variar nuestro estilo de juego para desarrollarlas gradualmente.
Mucha más acción e infiltración, justo lo que necesitaba el anterior

Existen numerosas mejoras y pequeños cambios que hacen que todo lo relativo al desplazamiento, la gestión de inventario y la construcción de estructuras sea considerablemente más fluido y cómodo en Death Stranding 2. Sin embargo, las áreas que han experimentado una evolución más destacada son la acción y la infiltración.
Ya en una entrevista, Hideo Kojima expresó su preocupación de que Death Stranding 2 pudiera parecerse demasiado a Metal Gear, y ahora resulta evidente por qué: en muchos aspectos, esta secuela representa una progresión natural de lo visto en The Phantom Pain.
En el primer Death Stranding, el sigilo era una posibilidad, aunque resultaba poco práctico. En esta secuela, sin embargo, contamos con todas las herramientas —y más— para infiltrarnos en los campamentos enemigos con la destreza de un experto como Solid Snake, gracias a nuevas acciones y una amplia variedad de gadgets diseñados para el sigilo.
Además, el juego incentiva activamente esta estrategia: numerosos encargos requieren atravesar o infiltrarse en campamentos hostiles, lo que en varias ocasiones evocó sensaciones similares a estar en una misión en Afganistán.
El Decima Engine alcanza un nuevo nivel y audiovisualmente es una locura

El Decima Engine, desarrollado por Guerrilla Games, confirma una vez más su posición como uno de los motores gráficos más potentes y visualmente impactantes en consolas. Destacan numerosos aspectos, desde la impresionante distancia de renderizado hasta la minuciosa calidad de cada material empleado.
Si hay algo que realmente destaca en Death Stranding 2 son las animaciones faciales. Todo el trabajo minucioso de captura de movimiento con el elenco ha dado resultados impresionantes, entregándonos expresiones tan naturales que a ratos olvidas que estás viendo personajes digitales y no personas reales. Es una auténtica pasada.
En la versión estándar para PS5, el juego nos ofrece dos modos: calidad y rendimiento. El modo calidad apuesta por una resolución más alta a 30fps, mientras que el modo rendimiento baja la resolución pero sube a 60fps. Ambos van como la seda, pero personalmente prefiero el modo calidad, porque con un juego así merece la pena priorizar lo visual.
Además, Death Stranding 2 exprime a fondo las virtudes de la PS5. Los tiempos de carga son casi inexistentes; de hecho, cuando pulsas ‘continuar’ en el menú principal, antes de que termines de soltar el botón ya estás dentro del juego.
La banda sonora es un punto a parte y pilar de la experiencia

Al igual que en su antecesor, la banda sonora de Death Stranding 2 sigue siendo uno de sus pilares fundamentales, combinando las composiciones originales de Ludvig Forssell con una cuidada selección de canciones licenciadas que marcan los momentos clave. En esta entrega destacan artistas como Caroline Polachek, Magnolian, Grimm Grimm y Daichi Miura.
El grupo Low Roar, cuya música se fusionó estrechamente con la identidad del primer juego, vuelve a tener un papel destacado. Esta presencia es también un sentido homenaje a su vocalista y líder, Ryan Karazija, fallecido en 2022. En palabras de Kojima, ‘sin Ryan, Death Stranding jamás habría existido’.
Y para cerrar, pero no por eso menos relevante, destacar que Death Stranding 2 llega doblado íntegramente al español, con un elenco de voces de primer nivel que representan lo mejor del doblaje nacional.
Conclusiones finales: análisis Death Stranding 2: On the Beach

Death Stranding 2: On the Beach es un claro ejemplo de como tomar el feedback de la comunidad y mejorar un producto manteniendo su esencia. No podemos negar que en algunos aspectos peca de ser continuista y perder el factor sorpresa de la primera parte. Sin embargo, si podemos asegurar que es una verdadera segunda parte y mejora absolutamente los pirales de esta obra: jugabilidad, trama y apartado audivisual.
La duración centrándonos en la trama y explorando lo justo, no excede de las 40 horas, por lo que es bastante competente. Aunque si vamos a por el platino y el 100%, nos esperan mas de 80 horas de recadero uniendo naciones.
Death Stranding 2 no es solo una carta de amor a todo lo que ama Kojima como el cine, también lo es a los videojuegos. En un mundo donde cada vez es más difícil sacar rendimiento económico a las grandes producciones, él nos sorprende con una obra que arriesga muchísimo y sale airoso en todas sus bazas.


- Una trama mucho más profunda acompañada de la banda sonora única, pero yendo más al grano.
- Mejoras jugables que completan todo lo que le faltaba a la primera entrega, muy mejorado.
- El combate con sigilo por fin es una opción.

- El factor sorpresa se ha perdido, aunque conserva novedades en su mundo.