He jugado a Shin-Chan: Mi verano con el profesor y mi pregunta es: ¿qué esperabais?

Este juego nos ofrece una atmósfera tranquila y calmada de la mano de Shin-Chan. Una forma distinta de ver desde sus ojos.

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La primera vez que vimos este juego de Shin-Chan, todos quedamos prendados de su encanto. Un título que inicialmente solo iba a salir en Japón y que ahora llega a diferentes territorios traducido, incluyendo el español. Y precisamente ha sido este enamoramiento por parte del público el causante de ello. Así, «Mi verano con el profesor», también conocido como Crayon Shin-Chan, ha llegado por fin a plataformas como Nintendo Switch o PlayStation.

Sin embargo, una vez que este título ya ha sido lanzado, han habido críticas en torno al contenido del juego. «¿Qué es esto?», se preguntaban y lo que yo pregunto es: ¿Qué esperabais? No voy a entrar en polémicas y meterme en el debate de lo ocurrido tras la equivocación de la eShop, pero lo que sí voy a hacer es hablaros de mi particular análisis de este título y de por qué pienso que es un juego mal entendido.

Análisis de Shin-Chan: Mi verano con el profesor

Shin-Chan: Mi verano con el profesor-La semana infinita trata de eso: de la familia Nohara de vacaciones en un Japón rural que, por cierto, me ha recordado mucho a Tokio-3 de Evangelion por algunos planos que he encontrado, salvando las distancias, claro. Obviamente, este juego no va de referencias bíblicas, mechas y combates. Al revés, es un juego tremendamente calmado y creo que aquí reside el primer problema de entendimiento entre lo que se esperaba del juego y lo que de verdad proponía.

Hambrientos por una aventura de Shin-Chan enorme y bella, algunos seguidores de la obra de Yoshito Usui se han sentido algo tibios con esta propuesta. ¿Hablábamos de vacaciones de verano? Pues de eso se trata, de desconectar. Día tras día, podremos recorrer los escenarios del pequeño pueblo y ver cómo se desarrollan las vacaciones de Shinosuke con un componente fantástico añadido.

Podemos pescar, cazar insectos, cuidar de la vegetación e incluso tener combates por turnos, pero todo ello desde una perspectiva relajada. Eso puede llevar a que algunos jugadores sientan el tedio de una lentitud latente en la que la jugabilidad está ahí sí, pero la acción no es el eje principal de la aventura. Entonces, ¿qué nos ofrece?

Análisis Shin-Chan: Mi verano con el profesor

Una maravilla visual

A mi parecer, desde la perspectiva del pequeño, encontraremos una propuesta muy narrativa y experiencial, en la que aprenderemos quienes son los nuevos personajes, el funcionamiento de Asso en su día a día, las tareas que debemos realizar y cómo funciona el entorno. Nos podremos deleitar a través de sus paisajes cuidadosamente construidos con dibujos hechos a mano. 

Conforme avanza el día, estos entornos cambian de luz y en general constituyen uno de los pilares principales del juego: su belleza. Son lugares pensados para movernos por un entorno apacible en el que podemos movernos al son de «culito-culito», detalle que por cierto, consume energía.

Por otra parte, desde un inicio vamos a tener mucho que hacer. Llegué a escuchar que tardas más de 1 hora en empezar a moverte y eso no es así. Y sí, claro que hay muchos textos y diálogos, ya que este juego responde a un modelo que podemos calificar de «muy japonés». Sabemos que allí los juegos a lo visual novel tienen mucho éxito y este título, en parte, bebe de ello. Sin embargo, tenemos una gran lista de misiones desde casi el primer momento, ya sea en el tablón de anuncios o en la redacción del periódico.

Análisis Shin-Chan: Mi verano con el profesor

Con todo ello, este título no engancha tanto como para cogerlo y pasarnos de una tacada las 15 horas que dura, más o menos. No, es un juego pensado para matar los ratos muertos y he llegado a la conclusión de que si hubiera llegado a inicios de verano, el mensaje que pretende transmitir hubiera tenido algo más de sentido.

Por otra parte, tenemos que tener en cuenta que, por mucho que el fandom de Shin-Chan ya estemos mayores, no es una aventura orientada para nosotros. En cuanto a algunos aspectos narrativos, tal vez, pero es una gran opción para los más pequeños. Mecánicas sencillas, entornos llamativos y diálogos con humor son perfectos para ellos. Además, por mucho que el juego esté traducido con los textos en español, he echado en falta esa atmósfera gamberra a la que nos tiene acostumbrados los dibujos en español.

Algunos detalles de Shin-Chan

Personalmente, no he sentido a los personajes tal y como los conozco y esto puede ser un problema para los que lleven las expectativas de revivir su infancia muy altas. Claro que el niño sigue teniendo características propias, como su afición por las chicas guapas, las frases dadas de vuelta o la crispación de los adultos, pero la conexión no es la misma. Esto es inevitable, por supuesto. De hecho, alabo el trabajo de traducción al incluir frases que conocemos como la de «¿te gusta el pimiento?».

Siguiendo con la atmósfera, es notable que han reunido muchos de los elementos típicos de la serie o películas y los han intentado acoplar dentro del título. Por ejemplo: si los amigos de Shin-Chan no están presentes, encontraremos otros personajes que literalmente son iguales. Si Ultrahéroe no tiene cabida, aparecerá en forma de muñeco y así con muchos más detalles que nos hacen entender que estamos ante lo que nos gusta.

Análisis Shin-Chan: Mi verano con el profesor

Conclusiones de Shin-Chan: mi verano con el profesor

Ahora bien, ¿merece la pena jugar a este título? Yo creo que sí, por diferentes motivos. En primer lugar, encontramos una propuesta que se aleja de lo que estamos acostumbrados. Lo segundo, por el factor nostalgia. Lo tercero, solo por admiración artística, merece la pena si te gustan los juegos bonitos y, por último, creo que es perfecto para desconectar de un largo día de trabajo o de estrés y echar un rato con una aventura relajante.

Personalmente, lo he disfrutado mucho. No siempre todos los juegos deben ofrecer ni lo más puntero, ni horas y horas de contenido. En este caso, no es el juego más profundo del mundo, pero sí creo que cumple con lo que prometía, que no es lo mismo que lo que la gente quería ver. Ya sabéis, perfecto para desconectar. ¡Nos vemos pronto!

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