Análisis de Saints Row. ¿Un reboot descafeinado?

La franquicia Saints Row comenzó en Xbox 360 con un título que básicamente se podía definir como una copia de Grand Theft Auto con una temática centrada en pandilleros. Ojo, que naciera bajo esta premisa no quiere decir que el título no supiera tener su propia personalidad y algunas propuestas interesantes.

En su segunda entrega, la franquicia de Volition comenzó a desmarcarse mucho de la de Rockstar. El juego sabía mezclar de forma brillante una historia seria y dramática en ocasiones con momentos de humor disparatado. 

En su tercera entrega, la balanza comenzó a inclinarse a favor de la exageración, aunque mantenía momentos narrativos interesantes y, con la cuarta, la cosa se fue de madre. No obstante, incluso llegando a ser el presidente de Estados Unidos luchando contra alienígenas en una simulación, la saga nunca perdió el buen humor ni la originalidad a la hora de plantear sus historias.

Ahora, 7 años después de su último lanzamiento, nos llega Saints Row bajo la premisa de reinventar la franquicia desde sus orígenes y, sin duda, lo consigue. Lamentablemente, esta nueva versión de la banda morada queda muy por debajo de la original. Que vuelvan mis viejos Saints.

Análisis de Saints Row | Los nuevos orígenes de los Saints y “el jefe”

Como os decía, esta nueva entrega reescribe el origen de la banda y de su líder (personaje al que controlamos). La historia arranca con nuestro protagonista a las órdenes de los Marshall, una gran empresa de seguridad en la que trabajamos para poder pagar el alquiler. De este modo, nos vemos envueltos en una misión para capturar a un peligroso criminal y nosotros seremos los que acabaremos solucionando la papeleta. ¿Nuestra recompensa? Una buena bronca por saltarnos las órdenes. 

Esto, sumado a otra serie de acontecimientos similares, produce que nuestro personaje decida tomar las riendas de su vida y ser su propio jefe, ¿cómo? Montando una organización criminal, claro. Junto a sus tres inseparables amigos de los cuales sólo sabemos eso, que somos muy amigos, llegará el momento de crear su propia banda.

Este nuevo punto de partida de la franquicia queda mucho menos natural que el original. En la primera entrega, éramos alguien anónimo que acababa en los Saints cuando estos le salvan la vida de una banda rival. Poco a poco nuestra repercusión en la banda, y la de esta en la ciudad, van creciendo a través de acontecimientos coherentes durante el primer y segundo título hasta convertir a los Saints en la leyenda que terminan siendo.

Aquí todas las bandas parecen existir porque sí, sin saber nada más de ellas. Por otro lado, nuestro grupo consigue formar una gran organización criminal “de la noche a la mañana”, simplemente porque son geniales en todo lo que hacen, sin mucho sentido tampoco. Tampoco esperéis ver ningún momento dramático ni especialmente épico e incluso, cuando el título intenta jugar la baza del sentimentalismo con la amistad, tampoco funciona. A día de hoy sigo recordando a Johnny Gat, a Shaundi, a Oleg o al grandísimo Zimos entre otros. Os aseguro, que en unos años no recordaré a nadie de este reboot. Al final, nos deja una sensación indiferente. La antigua personalidad de la franquicia no está, se nota un ejercicio de moderación en las situaciones que se nos plantean y el nuevo enfoque es, simplemente, mucho más genérico.

Diversión sin complejos y sin mucha variedad

En la parte jugable, Saints Row deja una sensación similar a la narrativa, aunque aquí el balance general es más positivo. La jugabilidad sigue siendo sincera consigo misma, no pretende ofrecer nada revolucionario pero sí diversión, y lo consigue. En este punto, las novedades en la franquicia pasan por haberle dado cierto punto “rolero”. Ahora contamos con habilidades activas y pasivas que podemos equipar a nuestro gusto. Esto se suma a la gestión de vida y blindaje de los enemigos, ya que en esta entrega nuestros oponentes no morirán de un disparo a la cabeza, sino que tendrán ciertos puntos de salud representados por una barra.

Así pues, mezclar las habilidades, con los disparos y mejoras de armas será clave para superar con éxito los enfrentamientos. Ahora bien, si queréis una experiencia más clásica, Saints Row cuenta con múltiples opciones para personalizar la dificultad. De este modo, podemos configurar de forma independiente que los enemigos mueran mucho más rápido o nosotros también, modificar la resistencia de vehículos o la salud o munición que obtenemos entre otros.

Otra de las novedades de esta entrega son los remates. Se trata de una suerte de ejecuciones con las que eliminaremos a los enemigos al instante y recuperaremos un porcentaje de salud. Dicha habilidad debe recuperarse entre usos y en especial, me ha llamado la atención la enorme -y espectacular- variedad de animaciones que Volition ha plasmado para esta función.

Las sensaciones a los mandos son buenas, aunque demasiado continuistas con lo visto en entregas anteriores. Al final, el título recuerda a juegos de hace ya varios años, lo que deja entrever la necesidad de una evolución en este aspecto. Por otra parte, el desarrollo de las misiones es mucho menos satisfactorio. La mayoría se basan en matar enemigos o llevar vehículos del punto A al punto B. En algunos casos, podemos vislumbrar cierta originalidad pero, nuevamente, se pierde toda la variedad y el impacto del que hacían gala las entregas anteriores.

Análisis de Saints Row | Santo Ileso, un bonito y desaprovechado lugar

El mapa en el que se desarrolla la acción de Saints Row es uno de sus puntos fuertes. Al menos, en el aspecto estético, ya que el diseño de Santo Ileso es sobresaliente. El contraste de las zonas desérticas con los grandes rascacielos del distrito financiero, pasando por los barrios bajos de la ciudad, dejan postales para el recuerdo. Además, el juego cuenta con algunos detalles visuales bastante trabajados, como la iluminación -esos atardeceres-, los reflejos o las tormentas de arena. 

Eso sí, a efectos prácticos, este gran y bonito escenario no deja de ser un campo en el que ir de una actividad a otra para hacer la siguiente misión. Cierto es que hay muchos pequeños detalles de narrativa ambiental. Por ejemplo, podremos encontrar accidentes de tráfico, policía multando a conductores, discusiones entre peatones y mucho más. Sin embargo, en lo que respecta a nosotros, no hay mucho que hacer en Santo Ileso más allá de ir de compras o realizar misiones. No obstante, quiero dejar claro que pese a las carencias jugables del título, el balance final es positivo. Si no vais con grandes pretensiones y simplemente queréis acción rápida sin mucho en lo que pensar, Saints Row cumple su cometido notablemente. Por último, si decidís jugar en compañía de un amigo, las risas están más que aseguradas y sin duda, gana muchos puntos.

Un apartado gráfico correcto, empañado por los bugs

En cuanto a su apartado técnico, el juego tiene algunas bondades, pero bastantes defectos. Principalmente, el título sufre de ese mal casi endémico en la industria de los últimos años, y es que parece haber salido a medio cocer. Saints Row cuenta con una interminable lista de bugs y errores de diferente calibre. Algunos serán molestos, como el hecho de que se nos cambien ciertas prendas de ropa cuando al juego se le antoja. En otros casos, tendremos que repetir misiones enteras por los múltiples crasheos. Volition ya ha publicado un parche con diversas mejoras, aunque no ha llegado a consolas Xbox, donde lo he analizado, concretamente, en Series X.

Por otro lado, es muy positivo el abanico de opciones de rendimiento que nos brinda el título: 1080p con ray tracing o priorizando FPS, lo mismo pero a 1440p o por último, 4k a 30 FPS sin trazado de rayos. Estas configuraciones ofrecen la posibilidad de que cada jugador disfrute de la experiencia como quiera o en función a su monitor o televisor. En mi caso, he jugado a 1440p priorizando los fotogramas, ya que el ray tracing es muy discreto. La experiencia es muy fluida, sin tirones ni ralentizaciones perceptibles.

Saints Row no es ningún portento gráfico, la saga nunca lo ha sido, pero sí consigue dejar momentos notables. Por una parte, la iluminación tiene un buen nivel, tanto de día como de noche y el efecto de la luz en las noches con tormentas de arena está muy conseguido. Por otro lado, cuenta con algunos defectos como un popping excesivo en algunos puntos, incluso de vehículos y enemigos, que aparecerán frente a nuestros ojos. No obstante, pese a estas cuestiones, en términos generales, el juego cumple a nivel gráfico con los estándares de la franquicia.

La banda sonora también ha perdido potencia con respecto a entregas anteriores. Podemos disfrutar de diferentes géneros musicales: Rock, electrónica, latina, etc. Olvidaros, eso sí, de temas clásicos o muy reconocidos -Adiós a Bonnie Tyler o Aerosmith-.

Personalización extrema y brillante, sí, pero no debería ser el pilar sobre el que sustentar un título

Cuando se anunció este reboot, hicieron especial hincapié en el potencial de la personalización, y no es para menos. Saints Row nos permite personalizar a nuestro personaje hasta límites impensables. Pero no solo esto, ya que nuestra base, vehículos e incluso armas tienen un nivel de customización brutal. Es genial bucear por las creaciones de jefes de la comunidad, donde podemos encontrar obras de otros jugadores. De esta forma, encontraremos celebridades como Bruce Willis, Michael Jackson, La Máscara y muchos más. No sólo están caracterizados a nivel de vestimenta, es que las caras son idénticas, demostrando así el increíble potencial del editor.

Sin embargo, pese a que este punto es sobresaliente, no es suficiente para tapar todas las carencias que tiene esta reinvención de la franquicia Saints Row. El juego, incluso sin los errores de programación, es un título correcto y divertido, pero que no llega a destacar en ningún apartado. Me considero un fan de la saga, mi favorito es sin duda el 2 y, me da pena que en Volition no hayan querido volver a ese camino, al que tantos jugadores le pedíamos regresar cuando vimos el rumbo en su tercera entrega.

Si esto no es posible, utilizar la locura como recurso para crear misiones ingeniosas y variadas, como hacían el 3 y el 4, es otra opción. Lamentablemente, este juego no hace ni lo uno ni lo otro, conformándose con ofrecer un mundo abierto en el que pasarlo bien, especialmente junto a un amigo, pero sin muchas pretensiones más.

Espero y deseo que si nos llega una nueva entrega de Saints Row, Volition se arme de valentía y tengan claro que quieren ofrecer: o una historia coherente, o una locura sin mucho sentido. Pero, si eligen la segunda opción, tener vergüenza o dejarse llevar por lo políticamente correcto no es viable. Eso es algo que nunca haría un auténtico Saint.

• Santo Ileso tiene un diseño fantástico.
• La personalización es brutal.
• Diversión simple y directa, especialmente en cooperativo.
• Múltiples opciones gráficas, de dificultad y accesibilidad.

• Los nuevos Saints no tienen ni de lejos el carisma de los antiguos.
• La historia no deja ningún momento memorable.
• El desarrollo de misiones y la progresión es muy monótono.
• Multitud de errores de programación, algunos muy graves.