¡Hola, muy buenas amantes de los videojuegos! Durante estas últimas semanas hemos tenido el placer de probar uno de los últimos periféricos de Razer: Razer DeathAdder V2, un ratón orientado al gaming. Con un precio de 79,99€, DeathAdder V2 hace las veces de revisión de uno de los ratones con más relevancia dentro del mercado de los últimos años. Si bien es cierto que no era la única opción para quienes buscaban una herramienta de trabajo —o un dispositivo de juego— en el mundo de los deportes electrónicos, su rendimiento quedó fuera de toda discusión desde el día uno. ¿Razer DeathAdder V2 cumple con las expectativas en relación a modelos anteriores? Os lo contamos. Con todo, tened en cuenta que nuestro análisis está enfocado desde un prisma menos técnico y más práctico, más en la experiencia que en las características y/o cualidades.
Análisis de Razer DeathAdder V2, un ratón orientado al gaming
En primer lugar, el diseño. Uno de los aspectos que solemos tener más en cuenta a la hora de optar por un ratón u otro es, sin lugar a dudas, el acabado. En ese sentido, Razer DeathAdder V2 opta por un acabado minimalista, pero bonito. Con un color negro muy depurado y una iluminación relativamente humilde, obtenemos un periférico bonito. Aunque pueda parecer una definición obtusa, no tiene más. Ahondar en otras cualidades en lo referente al aspecto seria, cuando menos, redundante. No obstante, esto no deja de ser una característica de importancia minoritario, pues al final hay otros detalles más importantes.
A priori, el diseño de Razer DeathAdder V2 destaca —frente a otros ratones del mercado— por la comodidad del agarre. Siendo sincero, no sabría explicaros bien el porqué, pero es cierto. Optando por un punto de vista genérico, existen tres modelos de agarre diferentes: con la punta de los dedos, en forma de garra o de palma. Sea como fuere, Razer DeathAdder V2 posee un diseño ergonómico que se adapta a casi cualquier forma. No obstante, es importante destacar que está diseñado para manos de tamaño medio o grande. Por consiguiente, y esto lo he podido certificar, gente que tienda a preferir ratones pequeños ya sea por el tamaño de sus manos, o por cualquier otra cosa, sentirá que algo falla.
Rendimiento
Podría deciros que cuenta con una sensibilidad de hasta 20.000 DPI, que utiliza el sensor Razer FOCUS+ y que emplea interruptores ópticos, pero, ¿para qué? ¿Qué información aporto si comento que cuenta con una precisión de 650 IPS y 50G de aceleración y usa el software Razer Synapse 3? Un momento… ¿Aspectos técnicos concretos? ¡Maldición! He roto mi promesa. Bromas aparte, he querido resaltar algunas de sus características para aquellos que tienen un conocimiento algo más profundo al respecto. Dejando esto a un lado, ¿cuál es la realidad de su rendimiento?
Por un lado, la sensibilidad. Razer DeathAdder V2 es, como bien dije con anterioridad, un ratón muy cómodo. Podemos ajustar la sensibilidad DPI, por lo que el resultado es bastante bueno. Es deslizamiento es muy suave y, en general, es fácil adaptarse aun cambiando de periférico. Por su parte, no requiere de grandes ajustes para ofrecer un buen rendimiento, pero si decidimos personalizar su funcionamiento sube bastante. En resumidas cuentas, el ratón es cómodo y preciso; la experiencia de uso es notable. Su principal pega, en ese sentido, es que se echa en falta poder hacer ajustes relativos a su peso, por ejemplo.
Podremos programar los ocho botones de los cuales dispone. De todas formas, esta es una característica compartida por la mayoría de ratones gaming. Por encima de la media se sitúa, eso sí, el cable. Parece una tontería, pero su flexibilidad y longitud resulta bastante idónea para adaptarse a nuestro escritorio. Lo único malo —no sabría especificar hasta que punto, pues soy diestro— es que no está enfocado al uso ambidextro; el jugador zurdo podría tener ciertas dificultades.
Conclusiones
Se agradece que Razer DeathAdder V2 sea tan sencillo en lo que se refiere a diseño, pues no solemos disponer de ratones de tanta calidad de este estilo. Podemos personalizarlo bastante, lo cual resulta agradable si buscamos una experiencia de juego más completa, mas no es un requisito indispensable. ¿Vale sus 79,99 euros de precio? Diría que sí, pero ahí depende de cada uno. Con todo, puedo decir que en lo que se refiere a rendimiento y calidad de material es sobresaliente; sea cual sea tú decisión, es un periférico que no decepciona. Simple, pero efectivo.