Antes de lanzarme a la aventura con mi análisis de Legends of Kingdom Rush, no conocía la franquicia. Después de informarme, descubrí que se trataba de una suerte de spin-off inspirado en los personajes de Kingdom Rush, un tower defense para móviles con una comunidad relativamente grande y varios juegos más. Creyendo que esto influiría en el desarrollo del producto, me extrañó que Ironhide Game Studio se atreviese con un juego táctico por casillas.
Después de investigar un poquito más, descubrí que, en realidad, la saga contaba con millones de jugadores por todo el mundo. Así fue como entendí un poco a qué me estaba enfrentando. Mi primera duda surgió respecto al lore, pues no sabía si era necesario haber disfrutado de los títulos anteriores antes de catar esta. La respuesta es no. Aunque no tenía ni idea de la franquicia ni de sus protagonistas, me adapté muy pronto a su narrativa.
Análisis de Legends of Kingdom Rush | Una narrativa entretenida, pero simple
No obstante, esto se explica de la siguiente manera: es simplista y directa. Legends of Kingdom Rush no tiene una historia demasiado trabajada. De hecho, sus diálogos —traducidos al español, aunque con algún que otro fallo— son bastante simples. Las conversaciones, en general, no tienen nada del otro mundo y, a grandes rasgos, la trama no pretende rompernos la cabeza.
En cierto modo, podríamos decir que el juego se compone de una serie de relatos independientes interconectados los unos con los otros a través de sus propios personajes. En general, estos relatos son bastante tópicos, ya sea escapando de una prisión en forma de fortaleza o rescatando a un pueblo humano que está siendo asediado por los orcos.
Consecuentemente, no podemos esperar un desarrollo argumental demasiado profundo ni unos personajes con mucha evolución. Esto no quita que tengan su carisma, pues mediante su desenfadado sentido del humor son capaces de conectar con los usuarios. Macarra y particular, se define a sí mismo como uno de esos juegos simpaticones que no pretenden ir más allá.
Estrategia al más puro Tactics
Mecánicamente hablando tampoco pretenden romper el género, pero hacen bien su trabajo. En cierto modo, podríamos hablar de un roguelite táctico en donde controlaremos a un grupo de héroes con sus propias habilidades. Mediante estos tendremos que ir superando una serie de mapas marcados por rutas y puntos de interés, con diversos eventos, hasta alcanzar el final del mapa. Una vez logremos concluirlo, desbloquearemos nuevos mapas y campeones.
Así pues, aunque estaremos limitados por las propias condiciones del mapa, iremos progresando poco a poco, desbloqueando cada vez más héroes y campeones. Lo curioso es que, aunque alcancemos la victoria, perderemos todo. Cuando terminemos un mapa, el nivel y las características de nuestros héroes se reiniciarán.
Sin embargo, iremos adquiriendo cada vez más experiencia, desbloqueando alternativas. ¿A qué me refiero? Básicamente, cuando avancemos por un mapa, podremos subir de nivel a nuestros personajes. Al hacerlo, podrán aprender habilidades. Bueno, pues con la experiencia que acumulemos, el potencial de nuestros héroes aumentará, pudiendo elegir entre más habilidades cada vez que subamos de nivel.
Como puede resultar algo confuso, lo explico de manera algo más gráfica. Nuestro Paladín sube a nivel 2 y solo puede aprender la habilidad A. Después de superar varios mapas, decidimos desbloquear parte de su potencial. La próxima vez que ingrese en un mapa y suba a nivel 2, podrá aprender la habilidad A o la habilidad B. Así pues, con el paso del tiempo iremos aumentando nuestras opciones tácticas.
Explora, combate, evoluciona y destruye
Dicho esto, podríamos hablar de una suerte de Tactics con mapas predefinidos y rutas variables con un estilo de juego y una narrativa muy directas. Es un título que opta por la sencillez y que no prende complicar demasiado las cosas, aunque su curva de dificultad —en realidad— dice otra cosa. Si te decides por la dificultad más alta, es muy posible que acabes sudando sangre para superar los mapas intermedios y finales. Inclusive, alguno de los primeros puede darte problemas.
Es un juego que en sus niveles inferiores no ofrece reto alguno, pero que se vuelve loco cuando queremos disfrutar de las variantes más desafiantes. Esto desentona ligeramente con su estilo gráfico, muy humilde y (una vez más) simpaticón. Y es que, en efecto, esta es la palabra que mejor define al juego: simpático. Legends of Kingdom Rush nos entra por los ojos y por los oídos gracias a eso.
Para ir concluyendo, diré que lo que menos me ha gustado es que hay secciones y personajes bastante desbalanceados. En teoría, cada héroe tendría que tener sus puntos fuertes, pero hay algunos que no logran aportar casi nada, quedándose en el olvido y reduciendo muchísimo nuestras opciones. Pese a esto, en general es un juego divertido.
- El estilo gráfico.
- La variedad de héroes.
- La sencillez de sus mecánicas.
- Es muy entretenido.
- Es como disfrutar de un cómic en vivo.
- La trama no está muy trabajada.
- Algunos héroes no tienen utilidad alguna.
