Bien es sabido por mis conocidos que el género de los farming simulator es uno de mis preferidos. Adoro, sin más, dejarme llevar por la tranquilidad que nos suelen ofrecer esta clase de experiencias. Algunas de ellas tienen muchísima historia tras de sí, como podría ser en los casos de Story of Seasons o Harvest Moon.
La franquicia Rune Factory es algo más de nicho, sobre todo en occidente, hasta el punto de que el lenguaje en castellano todavía no es una de las opciones del título. Una pena, porque el título de Xseed Games, Marvelous y el estudio Neverland tiene maneras.
En cualquier caso, no quiero entretenerme demasiado con mi presentación, así que os diré lo siguiente: es la remasterización de un juego de Nintendo 3DS con nuevo contenido y mejoras técnicas. No jugué a la versión original, así que no puedo deciros mucho sí ha cambiado o no. Os hablaré, por tanto, desde la perspectiva de un novicio en la saga. Dicho esto, comencemos.
Análisis de Rune Factory 4 Special. Un farming simulator… y mucho más
De buenas a primeras, conviene explicar qué es exactamente Rune Factory. A grandes rasgos, hablamos de una franquicia con un sentido de la jugabilidad y la estética marcadamente oriental, siguiendo no pocos de los preceptos propios de la industria nipona. Asimismo, dentro del género de los simuladores de granja se distancia de otros congéneres a través de un desarrollo mucho más profundo y lonvego, incluyendo elementos más propios de las visual novel que de los farming simulator. De la misma manera, agrega un importante componente de tipo rolero así como diversas mecánicas típicas de un juego de acción sencillo.
Entendemos, por lo tanto, que es un proyecto que va más allá de crear tu propio hogar y crear tu imperio agrícola, que también. Sabiendo esto, podemos reformurlar nuestras expectativas previas a través de un gameplay mucho más amplio de miras respecto a la mayoría de referentes del género. Esto habla muy bien del estudio de desarrollo, Neverland, así como de las distribuidoras: Xseed Games y Marvelous. La segunda, de hecho, lleva muchos años apostando por esta clase de videojuegos, aunque por desgracia no viene siendo habitual que integren traducciones al castellano en los mismos.
Habiendo esclarecido los primeros puntos —es importante para comprender y desarrollar el presente análisis— podemos hablaros un poquito más del juego. No obstante, me gustaría ofreceros una primera gran conclusión antes de empezar: Rune Factory 4 Special es un gran videojuego, pero va más allá de los simuladores de granja convencionales a través de sus muy diversas mecánicas. Asimismo, no debemos olvidar que Rune Factory 4 Special es una versión mejorada de un juego de Nintendo 3DS, así que sus cualidades técnicas y gráficas son más bien… limitadas.
Un argumento tópico, pero más complejo de lo habitual
Me gustaría empezar hablando del argumento. No por nada, es un tema algo… complejo. Acostumbrados a variantes mucho más occidentales, el peso narrativo de la historia principal es, cuando menos, bastante notorio. Los farming simulator suelen presentar un guion sencillo que, en los mejores casos, gana muchísimo peso gracias a la construcción de sus personajes. En Rune Factory 4 Special no podemos afirmar que el elenco sea especialmente original y/o que sus personalidades sorprendan. A cambio, el estudio nos ofrece una historia que podría corresponderse a la de cualquier JRPG simple del mercado actual.
Arranca la historia con un dirigible y una especie de guardián (nuestro personaje) Tras escoger si somos hombre o mujer, sin opción a alterar nuestra apariencia —un factor diferencial con otros exponentes de los farming—, nos encontraremos viajando por el cielo. Al parecer estamos protegiendo algo. Más concretamente, una ofrenda. Por desgracia, sufrimos un ataque por parte de una ¿banda criminal? algo peculiar. Al final, por azares del destino, siendo este un giro de guion bastante predecible y un recurso fácil para cualquier guionista, nos llevamos un golpe y perdemos la memoria.
Así empieza nuestra nueva vida. Aterrizamos en un reino venido a menos: Selphia. De una u otra manera, nos convertiremos en el adalid del progreso y comenzaremos a hacer de las nuestras tras ser apadrinados por un divertido dragón con un diseño muy, muy japonés. Desde el primer momento, tanto los diálogos (en inglés) como las expresiones faciales siguen las dinámicas propias del mercado nipón. Es más, nos recordará, en muchos momentos, a sus no pocas series de animación. Estoy siendo generalista, pero creo que os haréis a la idea. Más o menos.
Clichés orientales con un buen encuadre
Desde el mismo comienzo nos daremos cuenta de que, en realidad, Neverland no pretende crear un argumento revolucionario. La trama y el transcurso de los eventos se podrían corresponder a los de cualquier juego de rol de su época. Sin embargo, si tenemos en cuenta que estamos hablando de un simulador de granjas con toques roleros, gestión y novela visual, pues nos encontramos con una premisa netamente más original de lo habitual. Es, por lo tanto, un soplo de aire fresco dentro del espectro de su género, aunque no tanto de la industria en general.
La narrativa es mayormente sencilla, con muchas bromas y expresiones graciosas. Hay mucho humor e ironía, y tira de tópicos a los que el propio estudia termina parodiando —o eso parece— de una manera u otra. Todo, eso sí, con muchos clichés propios, como ya he dicho anteriormente, del desarrollo más japonés. Si me conocéis, sabréis que no me gusta hablar de estereotipos o generalizar. En este caso, no obstante, considero que es la mejor manera de definir qué es lo que nos vamos a encontrar.
Es muy importante, además, que todas estas características nos hablan de una clase de videojuego muy concreto: de los que tienen muchos, muchos diálogos. Aquí nos vamos a pasar unas cuantas horas leyendo no pocas líneas de guion. Si no manejáis bien el inglés, es muy posible que se os haga un tanto espeso. Aunque no maneja términos especialmente complicados ni tiempos verbales demasiado enrevesados, es posible que os toque tirar de diccionario en más de una ocasión.
Una jugabilidad versátil
Toca hablar de la jugabilidad… y la verdad es que la cosa se complica un poquito. Y no porque sea un juego difícil, sino porque abarca mecánicas muy dispares las unas de las otras. Curiosamente, tocas encajan bastante bien, pero os tomará un buen par de horas adaptaros a todo. Por suerte, Rune Factory 4 Special nos lo pone relativamente fácil, pues las 2 o 3 primeras horas de juego son casi más un tutorial largo que otra cosa.
A continuación os hablaré de los diversos apartados del gameplay, aunque os pediré que tengáis en cuenta lo siguiente: todos están interrelacionados. Eso sí, la dificultad no está bien planteada del todo, pues en ciertos momentos nos encontraremos con picos demasiado exacerbados en donde el nivel de desafío crece exponencialmente sin ninguna razón aparente.
Simulador de granja
Empecemos hablando de su valor como simulador de granja. Por diversas circunstancias, acabaremos viviendo en un castillo. Nuestra granja, por lo tanto, más allá de una parcela de tierra destartalada y heredada, es el jardín trasero de nuestro… Sí, eso, de nuestro castillo. Ahí, como viene siendo habitual, dispondremos de una serie de zonas divididas en cuadrículas en las que podremos plantar toda suerte de verduras y hortalizas al tiempo en que arreglamos diversos desperfectos ya sea arrancando malas hierbas, eliminando troncos y tocones o quitando las piedras que haya por en medio. Es, hasta cierto punto, un poco lo de siempre, aunque en este caso tendrá repercusiones sociales, pues gran parte de nuestras tareas serán por y para el pueblo.
En efecto, tendremos que ayudar a nuestros vecinos, y para ello también tendremos que cultivar. No obstante, esto es solo uno de los diversos modos en que podemos hacerlo. En cualquier caso, volviendo al tema del cultivo, podremos hacer las acciones básicas: labrar, plantar, regar, etc. El juego es bastante claro en ese apartado y nos lo pone bastante fácil. No os tendréis que calentar demasiado la cabeza para hacer bien las cosas.
Aun con todo, no deja de ser cierto que el huerto es el eje principal de la jugabilidad, siendo uno de los lugares en el que más tiempo pasemos. No por nada, será a través de este que podamos desbloquear diversas recompensas, como runas, o accedamos a nuevas mazmorras.
Gestión
Más que gestión al uso, podríamos hablar de una serie de mandatos que debemos cumplimentar a través de nuestra condición de… vamos a decir gestor, pues no quiero estropearos la sorpresa. La cosa es que nos encargaremos de que el pueblo vaya bien de diversas maneras, y una de estas será a través de las misiones que los propios habitantes nos vayan solicitando o encomendando. A todo esto debemos sumarle el apartado social, pues será muy, muy importante aprender a relacionarnos con nuestros vecinos.
Ya sea a través de sus muy extensos diálogos, o mediante esas mismas misiones, iremos desbloqueando nuevas zonas. Mientras conocemos a nuestros conciudadanos, nos ocuparemos de sus necesidades sin olvidarnos de que debemos hacer convocatorias para eventos sociales, festivales, etc. Vamos, que seremos algo así como un alcalde que debe velar por el bienestar social de muy diversas maneras.
Combates, rol y dungeon crawler
El rol y el combate se toman de la mano en Rune Factory 4 Special, y están estrechamente ligadas con las labores sociales y nuestra huerta, pues será a través de estas que desbloqueemos nuevas zonas y mazmorras. El combate es sencillo y en tiempo real con una serie de movimientos simples, pero entretenidos. Es, en cierto modo, una suerte de dungeon crawler en la que tendremos que batirnos en duelo con enemigos cada vez más complicados mientras exploramos ruinas y mazmorras.
Este sistema de combate se sustenta, muchísimo, en nuestras estadísticas y equipamiento, gozando de un sistema de parámetros relativamente complejo en donde podremos alterar nuestras características a través de diversas piezas. Asimismo, podremos obtener diversas magias y/o mejorar nuestro equipamiento, siendo esta una sensación bastante gratificante.
Por lo tanto, podemos decir que es un juego de rol y combate en tiempo real bastante interesante dentro del género de los farming simulator, pero que se queda algo por detrás de otros exponentes roleros. Es normal, pues a fin de cuentas es una rama que se desliga de la huerta; es un componente importante, pero no es el principal. Entretenido y bien planteado, tiene ciertos defectos (la hit box es un poco errática en algunas ocasiones), aunque cumple bastante bien su papel y nos ofrece una buena dosis de entretenimiento. Un bastante diferente a lo habitual en el género. Es directo y funciona gracias a su satisfactorio sistema de progreso.
Una jugabilidad bien encuadrada
A todo esto debemos sumarle otras actividades opcionales y/o complementarias como la herrería, la minería, la cocina o el crafting, erigiéndose como un auténtico todoterreno que encantará a quienes gusten de los juegos con mucho, mucho contenido. Y aunque pueda parecer un popurri, la verdad es que Neverland hace un gran trabajo dosificando la jugabilidad, dándonos la opción de jugar a nuestro ritmo y hacer las tareas de la forma que queramos. Funciona de forma orgánica y cohesionada, engendrando un gameplay muy bien planteado con una ejecución cuasi excelente en donde solo le traiciona ese carácter algo más obsoleto (el juego tiene unos 6 años, más o menos) más propio de la generación pasada que de la actual. Es algo normal si tenemos en cuenta que se trata de una remasterización de un juego de 3DS, pero ahí lo dejo.
Un apartado gráfico con sus más y sus menos
No dudo de que, en su época, Rune Factory 4 fuese un juego muy bonito, ya que el acabado es bueno. La escenografía, ya sea en el mismo pueblo o a través de las muy diversas mazmorras que iremos explorando, es rica y variada. Se nota que hay mimo en el juego, pero no deja de ser un producto de 3DS que acaba de aterrizar en toda una nueva generación de consolas. Probablemente, Nintendo Switch sea la plataforma que mejor aproveche sus bondades, pero yo lo he jugado en PC.
Ahí le saltan un poco más los colores y, sin dejar de tener su propio encanto, se nota que es un juego más bien antiguo. Tiene unas limitaciones técnicas a nivle gráfico muy evidente, aunque no por ello deja de gustarme. Simple y llanamente se nota que no es de esta generación. Destaca el arte de los personajes, el cual recuerda a las novelas visuales tanto en el diseño como en las conversaciones. Sigue ciertos tópicos, pero el acabado es resultón. Sobre todo si te gusta ese tipo de estética.
Por suerte, la interfaz sí que parece de la actualidad, pues tanto por organización como por presentación cumple a la perfección —disculpad la cacofonía— con su función. Es decir, que no tendremos ningún problema a la hora de navegar por los diferentes menús del juego mientras disfrutamos de la experiencia.
Sobre la banda sonora, es bonita, pero no dispone de grandes temas. Acompaña bien al juego en todo momento sin llegar a destacar. No cansa demasiado, aunque si dedicáis mucho tiempo al juego… Bueno, tiene sus límites, y puede ser ligeramente repetitiva. No obstante, me ha gustado, ya que mide bien los tempos y se adapta con pericia a las circunstancias.
Análisis de Rune Factory 4 Special. Conclusiones
Dejando a un lado que el juego durará lo que queramos que dure, Rune Factory 4 Special me ha parecido un muy buen juego de simulación de granjas con toques bastante interesantes de novela visual (por la construcción de sus diálogos), rol (por el sistema de estadísticas y la ejecución de su universo) y dungeon crawler (por las mecánicas de combate y exploración de mazmorras).
Cumple con buena nota en la mayoría de los apartados, respetando la predominancia e importancia del componente farming para presentarse como tal. La gráfica está algo obsoleta, pero la jugabilidad es buena. En resumen, un buen juego que gustará a quienes disfruten del género y que encantará a los que ya disfrutaton de la experiencia original allá en Nintendo 3DS.
Ahora bien, paciencia, pues arranca con algo de lentitud y le cuesta coger ritmo. Tendréis que dedicarle varias horas antes de haceros a él y poder disfrutar de la experiencia al máximo. No es un juego que vaya esencialmente al grano.
Análisis de Rune Factory 4 Special. Clave de juego para PC cedida por Decibel PR.